La primera 5 de mayo | TURISTEANDO CON EL BARÓN ROJO

Según crónicas narradas en el libro del germano - poblano Hugo Leiht, su historia comienza en el año de 1548

Jorge Eduardo Zamora | El Sol de Puebla

  · sábado 15 de febrero de 2020

Foto: Jorge Eduardo Zamora | El Sol de Puebla

Hola queridos lectores, gracias nuevamente por recibirme en la calidad y la calidez de sus hogares, ahora en este sábado trabajador, así es, ahora los voy a acompañar en sus trabajos sabatinos siempre con el deseo de compartirles mis editoriales con el agrado de siempre.

En esta ocasión les voy a narrar la historia de una calle que, para mi sorpresa se llama 5 de mayo, ¿la 5 de mayo que parte del zócalo hacia San José?, no, es otra calle totalmente distinta, y tampoco es el Boulevard 5 de Mayo. Aunque no lo creas, la calle al sur del templo de San Agustín, la 5 Poniente entre 5 y 7 Sur, se llamaba originalmente Calle 5 de mayo, pero ¿cómo es eso?, pues a continuación te platico:

Esta fue la primera calle llamada 5 de mayo en la ciudad y según crónicas narradas en el libro del germano - poblano Hugo Leiht, su historia comienza en el año de 1548, cuando se construye el templo de san Agustín originalmente abarcaba, junto con su huerta y monasterio, las 3 actuales manzanas alrededor de esta, una al sur y dos a su espalda, entre las actuales 5, 7 y 9 Sur y la 3, 5 y 7 poniente.

Por las leyes de reforma se le expropian las tres manzanas mencionadas y las autoridades ordenan abrir una calle por el conflicto armado contra los franceses esta apertura se pospone, pero no su lotificación y es hasta el año de 1871 cuando por fin se traza la actual 5 Poniente y sus transversales, 5, 7 y 9 Sur.

Cabe hacer notar que, a pesar de que se le expropian sus terrenos al monasterio de san Agustín, en 1894 se instala, junto con el convento de la orden de las carmelitas, en dos casas sobre la 5 Poniente (actual número 527), el Liceo de Artes y Oficios de la Sacra Familia, escuela para niños pobres y mujeres necesitadas, donde se les enseña desde leer, escribir y actividades artísticas, hasta oficios varios que les ayuden a llevar el sustento a sus hogares.

Según crónicas, se le llamó 5 de mayo provisionalmente, únicamente por referencia, pues en las fechas del conflicto armado contra los franceses la parte sur del monasterio agustino se utilizó por el ejército como caballeriza, polvorín y troje, exactamente donde hoy en día existe un estacionamiento; dicho nombre lo conservó accidentalmente, pues ninguna autoridad se lo cambió, quedándose este como nombre oficial para la posteridad. Cabe recordar que la actual calle 5 de mayo fue nombrada así hasta el año de 1917, cuando se implementa la nomenclatura cardinal actual.

Actualmente esta calle es un verdadero catálogo de los tipos y épocas arquitectónicos de nuestra ciudad; para su servidor, reúne todos los estilos de los cinco siglos de vida de nuestra ciudad, desde casas muy representativas del siglo XVI, con ventanas pequeñas, casonas con balcones y ventanearía muy clásicas del siglo XVII, casas con estilo español mediterráneo del siglo XVIII, casas con fachada de piedra de cantera, estilo afrancesado del siglo XIX, y finalmente, departamentos con fachadas que muestran el fin del estilo colonial, de los años treintas del siglo pasado,

Como dato curioso, en esta calle estuvo el primer taller de servicio automotriz de la ciudad, dando servicio a los primeros Ford T que circularon en los alocados años veintes.

Dicho sea de paso, querido lector, para mí es la más hermosa calle del centro histórico, bellamente conservada, mucho muy tranquila, y vaya que esto es algo raro, pues está a tan solo tres cuadras del zócalo citadino. Solamente los mayores recordamos el bullicio de esta calle en los años setentas, que hoy es visita obligada de todo estudiante de arquitectura.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón rojo. Nos leemos ahora todos los sábados.

  • WhatsApp: 22 14 15 85 38
  • Facebook: Eduardo Zamora Martínez

Dale ME GUSTA Facebook El Sol de Puebla

Regístrate al Whatsapp Noticias

El gato, el animal del futuro. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla