En esta época, además de honrar la vida de los muertos, a los mexicanos nos encanta escuchar leyendas de terror que nos erizan la piel.
Gritos desgarradores, duendes, bolas de fuego y presencias del más allá forman parte de estas historias populares que se han trasmitido por generaciones logrando mantener una psicosis general.
Ármate de valor para conocer estos lugares que solo los valientes se atreven a visitar.
LA CASA DE LOS PERROS EN GUADALAJARA
La leyenda más popular relata la historia de una pareja que compró el caserón a principios del siglo XX y mando a poner dos esculturas de perro en el exterior de la misma para que la cuidaran.
La pareja estuvo a punto de naufragar en un viaje y se hicieron la promesa de que si uno de ellos moría el otro debía rezarle un rosario en cada aniversario luctuoso. Al poco tiempo el esposo falleció y ella cumplió su promesa solo hasta que se volvió a casar.
Desde entonces cuentan que la casa ha estado plagada de fenómenos sobrenaturales. Dicen que quien logre rezar un rosario por el alma del difunto a la media noche, acompañado únicamente de una veladora, recibirá las escrituras de la casa en propiedad ¿te atreves?
EL NIÑO MALDITO DE ORIZABA
Existen varias historias entorno al balneario Ojo de Agua de esta ciudad.
La más popular habla de un humilde trabajador que un día tomó el camino del balneario para llegar rápido a su casa. Al pasar por un pozo escuchó el llanto de un niño, se detuvo y al acercarse, el pequeño le dijo que se había perdido. Entonces lo cargó y lo llevó a la iglesia donde sería encontrado por sus papás.
A unos pasos de la entrada se escucharon ruidos desconcertantes, el hombre volteó y al ver al niño se llenó de horror porque cargaba ¡a un monstruo! que se carcajeaba de manera aterradora.
De inmediato el hombre lo arrojo y entro a refugiarse al templo. Entonces el sacristán le contó una leyenda: “dicen que cuando el monstruo logre entrar a la iglesia, ese día crecerá tanto el caudal de Ojo de Agua que Orizaba desaparecerá por completo”, es algo que el destino tiene señalado ¿Será?
LA LLORONA DE TLAXCALA
Gracias a La Señora, cuando cae la noche en San Pablo del Monte, los pobladores sienten tal temor que se encierran en sus casas.
En los tiempos de la Colonia ella era la mujer más hermosa del pueblo y un día se casó con un hombre muy celoso que la encerró y le prohibió salir.
Por dos años nadie pudo verla hasta que un día escuchó a su marido maltratar a sus hijos. La mujer salió hecha una piltrafa, las ratas la habían mordido dejándole marcas en la piel, pero le arrebató los hijos al hombre y salió corriendo cargando sus cuerpos sin vida en medio de la noche.
Dicen que ahora aparece deslizándose suavemente entre las milpas y se anuncia desde lejos con un chillido de dolor que nace desde sus entrañas, tan intenso que le eriza la piel a cualquiera, ahora es conocida como La Llorona de San Pablo del Monte, ¡pobrecita!
LOS FANTASMAS DE LECUMBERRI EN CDMX
El Palacio de Lecumberri en Ciudad de México fue la cárcel más temida en la época del Porfiriato.
La cárcel era conocida como el Palacio Negro, porque ahí caía gente encarcelada injustamente que era golpeada y torturada; también se habla de desapariciones, asesinatos y hasta abortos, porque en algún momento fue mixta.
Hoy el edificio es sede del Archivo General de la Nación y los trabajadores hablan de eventos paranormales como sombras, figuras fantasmales, gritos y apariciones, como la de don Jacinto, cuyo expediente dice que cayó en la cárcel gracias a su esposa.
Es descrito como un hombre de mirada triste, delgado y demacrado que murió esperando que su esposa lo fuera a visitar…dicen que con un largo respiro siempre se escucha susurrar: “otra vez no vino Amalia”, triste ¿verdad?
LOS CHANEQUES DE OAXACA
Estos seres son de aspecto raro y corta estatura. Habitan los bosques y selvas. Se cree que son almas de niños que murieron sin ser bautizados, por eso sus espíritus son traviesos y esconden cosas para que la gente se distraiga y se pierda.
La gente asegura que por las noches se les puede escuchar en las calles jugando. Dicen que buscan comida y entran a las casas a mover las cosas, por eso a los niños se les acuesta temprano y sus papás les colocan tijeras bajo la almohada con la creencia de que esto los ahuyentará.
Aunque estas parecieran historias que los mayores cuentan para asustar a los niños, son precisamente ellos los que dicen haber escuchado pisadas que hacen crujir las hojas secas del bosque y ver luces o flamas en las laderas de los cerros.
Si alguna vez te pierdes en el bosque, recuerda colocarte la ropa al revés para evitar que los Chaneques te pierdan aún más y logres encontrar tú camino, al menos eso es lo que le gente dice.