Hola queridos lectores gracias nuevamente por abrirme las puertas de sus hogares en este domingo ya muy friolento, donde desempolvamos chamarras, suéteres y bufandas, y donde nos damos cuenta con tristeza, que después de un año, lo único que nos queda a la perfección, son las bufandas, lo demás, ni hablar de eso.
En esta entrega les voy a narrar mi experiencia al caminar por una de estas calles citadinas, la calle de Cosme Furlong. Para que se ubiquen es la calle 8 Oriente, entre la 2 y la 4 norte, para mayor referencia, en la esquina de la 2 Norte se encuentra el templo de Santa Teresa.
Esta calle se caracteriza porque cuando se fundó la ciudad de Los Ángeles fue el lugar donde se establecieron los primeros hostales y sitios de reposo en la ciudad, recuerden que la Puebla actual fue establecida para sitio de descanso entre las ciudades de Veracruz y la Nueva España, donde la entrada a la ciudad era por el oriente, por las poblaciones de Amozoc, Chachapa, el barrio de El Alto, y para finalizar el viaje, el majestuoso templo de San Francisco; y al otro lado del río, a través del puente del mismo nombre, la Plazuela del Boliche, el Teatro Principal, El Portalillo, y la actual 8 Oriente. Por eso la importancia de esta calle, en la cual al llegar a la esquina de la actual 2 Norte, se encuentra la calle de mercaderes, llamada así porque fue en esta calle donde se establecieron todas las principales casas comerciales de la ciudad, y desde luego, los más finos restaurantes, todos en esta calle que comunicaba directamente a la Plaza de Armas. Pero de esta calle hablaremos en una futura entrega.
La calle de Cosme Furlong fue bautizada así por la importancia que tenía en la sociedad poblana la familia de don James Diego Furlong Downes, oriundo de Irlanda. Abandonó su patria para establecerse aquí en la Nueva España en el año de 1772 y dedicarse a la industria de la molienda de trigo; llegó a ser el dueño de tres de los más grandes molinos de la ciudad. Contrajo nupcias con la acaudalada Ana Malpica, con quien procreó ocho hijos: José Sebastián, Tomás, Apolonio, Diego, Baltasar, Joaquín, Patricio y Cosme.
Entre ellos destaca Joaquín, quien se dedica al sacerdocio y llegó a ser presbítero del oratorio de San Felipe Neri La Concordia, en la cual se imprime en sus oficinas en el año de 1821, el plan de Iguala o acta de Independencia.
Todos los hijos se establecen en esta calle. Cosme construye la casona más simbólica de la acera sur y se dedica a la prestación de servicio de renta de diligencias y calandrias, digamos que funda en la ciudad el servicio de alquiler de autos, de la época, desde luego.
Pero regresando a lo que les escribí líneas arriba les voy a narrar algo muy característico de esta calle: que fue la primera en la ciudad en la que todas sus casonas fueron de tres pisos. Aquí empiezo por describir las casas de la acera sur comenzando por la de la esquina con la 2 Norte: una bella casa con fachada de petatillo y talavera, algo muy común, pero esta casa, muestra el mismo patrón de petatillo en todo el frente, algo que solamente se puede apreciar desde las aceras contrarias, forma un efecto óptico de profundidad, una especie de 3D de la época.
La siguiente casa muestra un diseño bellísimo, uniforme, igual de petatillo y talavera con el mismo patrón en toda la fachada. La siguiente, el número 205, muestra en sus tres niveles una fachada de piedra de cantera, incluidos sus balcones, tres en el segundo piso y cuatro en su tercer nivel.
El número 207, para mi opinión fue la primera casa de la acera en ser construida, yo creo que del siglo XVI, pues muestra un diseño muy sobrio totalmente de aplanado de caliche carente de todo diseño colonial; sus balcones cuentan con barandales de hierro forjado, también carentes de diseño, pero los barandales del tercer piso, a mi criterio, fueron agregados o actualizados pues ya muestran un diseño colonial. Un detalle curioso sobre el zaguán muestra una pequeña ventana con enrejado completo de hierro forjado y es la única casa de la acera en mostrar esta habitación.
La siguiente casa, número 209, tiene diseño neoclásico uniforme con mezcla de colonial, fachada de petatillo pero muy pobre en talavera, con diez balcones y aquí ya aparece el balcón ceremonial, al centro sobre la entrada principal. Desde mi punto de vista fue construida a finales del siglo XIX, o en su caso, modernizada en los años treinta del siglo XX.
El número 2011 es la casa principal de la que fue la familia Cosme Furlong, es la más bella de la acera sur, de dos niveles con entre piso totalmente de petatillo, con incrustes de talavera; su herrería totalmente forjada y sus pilastras, dintel y decoración de piedra de cantera ¡ardo en deseos por conocerla por dentro!
Las últimas tres casas muestran, un ahorro en sus decoraciones, por no decir que los propietarios ya no tuvieron el nivel de vida que sí tuvieron sus vecinos. Muestran diseños muy sencillos, sin petatillo o talavera, fachadas totalmente de caliche, sus balcones muy sencillos pero no por eso dejan de ser bellas muestras del diseño colonial poblano de la época.
En una futura entrega, les hare una descripción de las casas de la acera norte, casas que también forman parte de la calle de la renombrada familia Cosme Furlong.
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención, mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com, mis páginas Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora, WhatsApp: 22 12 532690, y Twitter: @elbaronrojo62, se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo. Hasta la próxima.
