Hola queridos lectores, gracias por recibirme en sus hogares, en este ya quinto mes del año, en esta ocasión decidí titular mi nota con esta frase muy célebre porque aparece al principio de la película “Lo que el viento se llevó”, de Margaret Mitchel, y viene muy acorde con el tema que les presento: los calendarios.
En México el origen del calendario comercial se remonta a principios de los años 20, cuando se inicia lo que sería la publicidad, gracias a la instalación en el país de las imprentas litográficas, las cuales hacen la impresión más rápida, más barata y más comercial.
Dos de las imágenes más reproducidas en calendarios publicitarios fueron la Virgen de Guadalupe y la Piedra del Sol, la cual, gracias a que miles de mexicanos crecieron viendo esta imagen en el calendario de la cocina de sus casas, dieron en bautizarle como calendario azteca, pero ni era calendario, ni era azteca; era Mexica y era una piedra de sacrificios, pues su posición original era en forma horizontal.
La Piedra del Sol tiene grabadas imágenes de un cronograma de cultivo, fue descubierta en el zócalo capitalino en 1770, desenterrada y colocada al pie de la torre poniente de catedral en 1790. Permaneció ahí hasta que Porfirio Díaz en 1900 crea el INAH y es trasladada al antiguo Museo de Antropología en el centro histórico de la capital; luego, en 1964 cambia su residencia al nuevo Museo de Antropología en Chapultepec.
Todo esto viene a colación porque en días pasados tuve la oportunidad de visitar una exposición en conocido centro deportivo ibérico, donde don Pedro Sarda Cué, coleccionista poblano, nos compartió una pequeña muestra de su vasta colección de fotografías y documentos, calendarios mexicanos impresos en el siglo XX, desde principios de los años 30, hasta calendarios setenteros, muchos de casas comerciales que a traves del tiempo dejaron huella en las calles poblanas, papelerías, mercerías, tlapalerías, vinaterías, etcétera.
Parece que uno se desplaza a través del tiempo, pues no solamente es la historia gráfica de la publicidad, sino también de la tecnología, pues algunos calendarios todavía se muestran en blanco y negro, otros en dibujos litográficos y los más modernos impresos en OFFSET, tecnología tricolor traída al país gracias a la visión emprendedora del editor fundador de la cadena El Sol de México, José García Valseca, quien como dato curioso, de todos sus periódicos regionales, El Sol de Puebla fue el primero en ser impreso a colores en el país. Felicidades don Pedro Sardá, por compartirnos un pedacito de historia resguardada en su colección personal.
- Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo, como cada domingo, turisteando en nuestra ciudad.
- Contacto:
- WhatsApp: 22 14 15 85 38
- Facebook: Eduardo Zamora Martínez