Hola queridos lectores, nuevamente les doy las gracias por permitirme entrar a sus hogares en este maravilloso sábado. En esta ocasión el Barón Rojo, al estar turisteando, aterriza en la 3 Oriente, antigua Calle de la Barranca, en el barrio de Analco. En el número 1018 nos encontramos con la Fábrica de vidrio La Luz, la más antigua de la ciudad, que funciona desde el año 1935.
Según datos de cronistas de la antigua España, en México no se fabricaba objeto alguno de vidrio, a pesar de contar con los materiales y abundante materia prima, como sílice, carbonato de sodio y cal; el único material parecido al vidrio eran las piedras de obsidiana, con la particularidad de que al fraccionarse se obtienen fragmentos filosos que se utilizaban como puntas de flecha, cuchillos y otros objetos punzocortantes.
Fue hasta el año de 1542, 11 años después de fundada la ciudad de Puebla, cuando el señor Rodrigo Espinoza establece, unos metros al norte del templo de Santo Domingo, el primer horno de fundición de vidrio, donde comenzó a fabricar vasos, botellas y vinateras; después le siguió el señor Juan Gómez, quien ocupó los hornos establecidos por el señor Espinoza, esto por los años 1712 y 1724.
Después se estableció el señor Antonio Pardo, en 1786, con su horno de fundición cerca del convento de Santa Teresa, hoy avenida 10 Poniente y le siguió su hijo, el señor Juan Pardo en el año 1814, quien se estableció frente a la puerta del costado de Santo Domingo, hoy Avenida 4 Poniente. Otro vidriero de la época fue Miguel Ignacio de Renteria, quien en 1805, se estableció en la calle de iglesias, hoy 2 poniente.
Otro empresario vidriero fue el fundador de la industria textil en Puebla, Esteban de Antuñano, quien estableció un horno en la Calle del Solar de Castro, hoy 8 Poniente y la trabajó hasta el año 1840, reanudando la fundición en el año 1885 la familia Quinard. Otros hornos fueron los establecidos en la 9 Norte 400, uno más frente al templo de San Antonio en la 22 Poniente, otro frente a la Capilla de Dolores, antigua 8 Oriente y muchos más.
Pero de todos los hornos, el más famoso y el que le dio fama a la fabricación de vidrio en Puebla, fue el establecido en el año 1900 frente al templo del Corazón de Jesús, en la 9 Norte, a cargo del señor Camilo Álvarez Razo, a quien con el tiempo se le calificó como el mejor fundidor y soplador de vidrio del país.
En el año 1907 entran a trabajar con el señor Razo los hermanos Víctor, Nicolás, Enrique y Victoriano Martínez Filoteo, quienes aprenden el oficio de fundidor soplador y en el año 1935 establecen su propio horno en la Calle Ávila Camacho, hoy Juan de Palafox, en el número 1603, donde comienzan a fabricar el vidrio verde artesanal y bautizan la empresa con el nombre de “Fábrica de vidrio La Luz”. En 1942 se mudan al número 1615 de la 5 Oriente, en Analco y posteriormente, en 1972, a San Pablo Xochimehuacán, sitio donde permanece hasta la actualidad.
Hoy en día, para poder dar un excelente servicio a sus clientes, los herederos establecieron en la avenida 3 oriente 1018 un local comercial que no solo es sala de exhibición y venta de artículos de vidrio, sino que es un pequeño museo, donde se muestran maquinaria y herramientas de fabricación de vidrio.
¿Recuerdan aquellos garrafones de agua purificada que se comercializaban hasta los años 70?, pues esta fábrica los elaboraba. Aquí se muestra la máquina moldeadora para hacerlos y, si acaso piensan que son grandes máquinas, se sorprenderán al ver su tamaño pues son incluso portátiles, ya que cuentan con ruedas para su fácil traslado.
También tienen en exhibición otras máquinas moldeadoras de objetos como vasos, jarras, tarros cerveceros y algunos objetos dignos de colección, como pequeños vasos y copas de juguete, los tradicionales saleros con forma de gallinitas, vinateras con variadas formas, esferas de distintos tamaños y unas enormes como pelotas de softbol.
Esta empresa tiene varias líneas de fabricación de variados productos, como su línea industrial, donde elabora tragaluces para techo y pared de distintos colores, ceniceros de distintas formas y tamaños, ¿se acuerdan de unas pequeñas bases de vidrio que se colocaban bajo las patas de las consolas y las televisiones antiguas para que no maltrataran las alfombras?, pues esta fabrica todavía elabora esas bases, e incluso exprimidores de cítricos, los cuales eran obligados en la cocina de la abuela o juguetes que ya son una tradición, ¿a quién no le compraron nuestros papás unos pequeños buzos de vidrio?, eran unos pequeños muñecos que colgaban de una burbuja de vidrio y que los colocábamos en nuestras peceras para adornarlas, pues todavía aquí los puedes encontrar.
Gracias queridos lectores y, sobre todo, gracias a mi editora por darme la oportunidad de colaborar con esta casa, pues con esta nota completo 250 artículos publicados ininterrumpidamente. Cinco años, más los que falten, todos siempre con el deseo de ofrecerles un poco de cultura y conocimiento.
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