Puebla, destino turístico consolidado  | 75 Aniversario El Sol de Puebla

En la actualidad, la capital del estado es una de las cinco más visitadas en toda la república mexicana por sus diversos atractivos

Maritza Mena | Verónica de la Luz | Belén Cancino

  · jueves 2 de mayo de 2019

Cuetzalan, fue el primer sitio de nueve catalogados como “Pueblos Mágicos” | Foto: El Sol de Puebla

Hoy es una de las cinco ciudades más visitadas del interior de México por sus atractivos arquitectónicos y el desarrollo de la infraestructura turística que creció 17.1 por ciento sólo en los últimos tres años, pero Puebla era una urbe pequeña hace 75 y conservaba cristalino el río San Francisco, que podía cruzarse con la ayuda de puentes, como el que lleva su nombre, mismo que aún se conserva.

En ese entonces, la ciudad terminaba en la 18 Oriente-Poniente, en el norte, y hasta el templo de El Carmen, en el sur, mientras que hacia el Oriente el río conocido como San Francisco dibujaba los límites. En el Poniente se llegaba al Paseo Bravo.

Los atractivos que tiene Puebla han estado ligados a la religión porque las familias disfrutaban las misas dominicales e ir al cerro de Loreto y Guadalupe para pasar un momento agradable. Hoy los templos siguen siendo recintos de adoración de los fieles, pero además de admiración, por creyentes y no creyentes, porque son monumentos con una importante riqueza arquitectónica barroca.

En el pasado no había una gran industria turística, pues todas las visitas eran locales, según recuerda Juan Manuel Enríquez García, quien hoy tiene 75 años cumplidos y vio el desarrollo de Puebla y cómo algunos de los lugares que conoció se transformaron.

Cuando era niño, expone, los Fuertes de Loreto y Guadalupe eran lugares donde las familias poblanas paseaban en las tardes, después de las misas que se llevaban a cabo en las iglesias. Esa zona es desde 1976 protegida y conservada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y hoy es uno de los lugares más visitados de la ciudad, con 81 mil personas al cierre de 2018, debido a las remodelaciones que iniciaron en noviembre de 2011, pues esa zona estuvo prácticamente abandonada por varias décadas.

En los años en los que EL SOL DE PUEBLA fue fundado era común que al zócalo de la ciudad acudieran personas a presenciar el “Combate de las Flores”, que fue una conmemoración fundada en 1895 y que terminó alrededor de los años 60, aunque cinco décadas después, en el año 2016, durante la gestión del presidente municipal Luis Banck Serrato se intentó rescatar, con poco éxito.

Los recuerdos de Enríquez, de origen poblano, señalan que era un evento memorable porque tanto hombres como mujeres tenían la oportunidad de encontrar una pareja. Esas festividades eran parte de los atractivos de la ciudad y donde la gente se concentraba para convivir.

El ritual consistía en una andanza de hombres que llevaban con ellos flores para ser regaladas a las mujeres que llegaban a la cita incluso con sus padres. Cuando la flor era aceptada, el hombre caminaba alrededor de la plancha del zócalo junto a la dama, para conocerla.

LA CASA DEL QUE MATÓ AL ANIMAL

“La casa del que mató el animal” es uno de los inmuebles de Puebla que guarda un relato y es la misma en donde se encuentran las oficinas de este diario. Es uno de los atractivos de la ciudad, igual que lo han sido desde siglos La Catedral de Puebla o la Capilla de la Virgen del Rosario (anexa al Templo de Santo Domingo). Y después el Museo Bello, que nació en 1944 y que se volvería uno de los rincones icónicos de la ciudad porque ahí se encuentra una de las colecciones artísticas de mayor prestigio en México.

Enríquez, de oficio periodista de la época, recuerda que los medios de comunicación como EL SOL DE PUEBLA, entre los años 60 y 70, solamente aceptaban como reporteros a personajes de renombre como Mimí García Barna, quien escribía en la sección de Sociales y que se convirtió en un referente estatal por su estilo en ese tipo de periodismo, muy influyente en la Puebla conservadora y ávida de información de las familias más reconocidas de la época.

La casa que hoy forma parte de los atractivos del estado antes fue el Hotel Colonial, el mejor de Puebla. Hoy muchos edificios y casonas históricas se han convertido en hoteles con una oferta de habitaciones que llega a 9 mil 311, tan solo en la capital.

CRECIMIENTO EN LA ÚLTIMA DÉCADA

A partir de 2011, en la ciudad y su zona metropolitana da inicio un desarrollo turístico que se concreta en nuevos atractivos en el cerro de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, donde hoy existe el Museo de la No Intervención, un teleférico y otras zonas de esparcimiento que atraen eventos musicales de gran envergadura como los festivales de electrónica Daydream y Medusa.

Hacia el sur de la ciudad, concretamente en la zona de Angelópolis, se construyó el Museo Internacional Barroco (MIB), la Rueda de Observación, además del Parque Metropolitano y una red de ciclo-pistas que ha logrado atraer más visitantes al estado, tanto del país como extranjeros.

PUEBLOS MÁGICOS, DESARROLLO AL INTERIOR DEL ESTADO

Cada uno de los 217 municipios de Puebla tiene su encanto: personajes que le dan vida, ruinas, vegetación, fauna, tipo de arquitectura, museos, paisajes o emblemas. Sin embargo, hay algunos que resaltan por su historia, leyendas y otras manifestaciones culturales. Nueve de ellos se catalogan como “Pueblos Mágicos”, un distintivo del gobierno federal que les ha dado acceso a recursos y con el que podrían lograr la obtención de créditos mediante la banca de desarrollo, en la actual administración.

El programa fue creado en 2001, en el mandato de Vicente Fox Quesada, para fomentar el turismo.

El primer Pueblo Mágico de Puebla fue Cuetzalan, ubicado en la Sierra Norte de Puebla. Este lugar, “donde abundan los quetzales”, se caracteriza por su flora y fauna, las parroquias, la zona arqueológica de Yohualichan, la cascada Cola de Caballo, danzas típicas como la de “Los Voladores”, gastronomía típica, café, bebida alcohólica llamada Yolixpa y un clima húmedo.

En 2011, Zacatlán obtuvo el distintivo. Este sitio, “donde abundan los zacates”, se caracteriza por los paisajes y la producción de manzana, además de la sidra de diferentes sabores, su tradición relojera y lugares como el Valle de Piedras Encimadas.

En 2012, Chignahuapan, “donde abunda el agua”, fue declarado Pueblo Mágico debido a sus aguas termales, a la producción de esferas, la arquitectura religiosa, las casas coloridas y los techos de teja, así como el kiosko estilo mudéjar o la comida y bebida que caracterizan al lugar.

Durante ese mismo año fueron declarados con el distintivo, tanto San Pedro como San Andrés Cholula, dos municipios de la zona conurbada de Puebla que resguardan a la pirámide con la base más ancha del mundo.

También en el 2012, Tlatlauquitepec, que significa “en el cielo rojo”, y Xicotepec, “cerro de los Abejorros”, obtuvieron el nombramiento. Ambos con tradición histórica y paisajes irrepetibles.

En 2015 fueron declarados como Pueblos Mágicos Atlixco y Huauchinango. El primero de ellos se encuentra antes de la Mixteca poblana y el segundo en el norte del estado.

Atlixco, “lugar del valle de agua”, es una ciudad que se conoce por su producción de flores y un clima ideal. Sufrió daños en el sismo del 19 de septiembre de 2017, y aunque la vida va normalizándose, todavía se pueden apreciar marcajes del movimiento telúrico.

UN AEROPUERTO INTERNACIONAL PARA DETONAR EL TURISMO

El 18 de noviembre de 1985 Puebla celebró algo más que el 75 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana de 1910, pues se convirtió en una ciudad moderna que a partir de entonces cuenta con el aeropuerto “Hermanos Serdán”.

El presidente de México, Miguel de la Madrid, de visita en Puebla, inauguró con el gobernador, Guillermo Jiménez Morales, la magna obra, que después de 20 años de espera se concretó con una inversión de mil 920 millones de pesos en un aeropuerto con una pista de 3 mil 600 metros y una terminal y una torre de control provisional.

Desde aquel día, en que un Boing 727-200 de Aeromexico estrenó la terminal aérea con el vuelo Puebla-Guadalajara, y hasta la fecha, el aeropuerto ha sido el punto de llegada y salida de muchos poblanos y visitantes.

Esta terminal aérea, importante para incrementar el turismo en el estado, registró 511 mil 833 viajeros en 2017 y 685 mil 583 en 2018.

Actualmente da cabida a seis aerolíneas: United Airlines, Aeromar, Aeromexico, Calafia Airlines, Vivaaerobus y Volaris, que operan seis rutas nacionales a Cancún, Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Tuxtla Gutiérrez, Puerto Vallarta y una internacional, a Houston, Texas.