Tepexi de Rodríguez. Pue. El Tempexquixtle, también conocidas como las “aceitunas mixtecas”, por su gran parecido, son es un árbol frutal de la familia de las sapotáceas, del náhuatl que proviene del tempesquistle. Desde nuestros antepasados lo consumían en guisos o como fruta, ya que contienen un alto valor nutricional, sin embargo, es difícil conseguirlos en el mercado ya que no se cultivan en abundancia.
En la región existen muy pocos arboles de este tipo pero son para el auto consumo y el mínimo para la venta en los mercados locales, como en el Tianguis de Moralillo en Tepexi e Ixcaquixtla, así como en el mercado de Tehuacan y Acatlán de Osorio. La escases de este fruto se debe a que los arboles tardan más de 50 años en crecer y dar frutos, lo pocos que los cultivan son porque tienen algún árbol en su huerto familiar.
De acuerdo al blog de la gastronomía mexicana, los primeros pobladores que se asentaron en la Mixteca y en el antiguo valle de Tehuacán, Puebla, se encontraron evidencias arqueobotánicas del Tempesquistle (Sideroxylon Palmeri). Las tribus nómadas desde 6,500 años, a.C. Lo recolectaban para consumo humano.
En entrevista con abuelitas de la región de Coyotepec, coinciden que uno de los principales platillos en cuaresma son los guisos de salsa roja o adobo con tortas de camarón, acompañados con los tempequixtles.
“Los primeros tempexquixtles de la temporada, es decir, aun tiernos, se comen con frijoles martajados. Cuando ya están a mitad de su madurez se degustan en guisos, con algunas salsa o solos. Ya cuando maduran lo suficiente cambian del color verde a negro y se llaman tilapos, y los comemos como cualquier fruta”, comentó Sofía Gonzáles, una abuelita de 87 años que aún recuerda con gusto cómo prepararlos.
Según información publicada en la Revista Internacional de Investigación e Innovación Tecnológica, el valor nutricional del tempexquixtle, radica en la fuente de energía (185.7 kcal/100 g), que aporta entre el 30 y 50 % del requerimiento diario, y por su alto contenido en fibra. Además de que los frutos verdes y maduros sin procesar presentan gran cantidad de bacterias, ácidos lácticos, que son utilizadas en la industria alimentaria.
DISTINTAS FORMAS DE CONSUMIRLOS
Los primeros tempexquixtles son más pequeños de lo normal, su tamaño es menor al de una canica, aun no se les forma bien la semilla, y los hierven con frijoles martajados o quebrados y se consumen enteros.
Cuando están a mitad de la madurez, ya tienen bien formada la semilla, y esta se tiene que retirar después de coserlos.
Se hierven únicamente con agua y sal. Una vez que se han cocido se agregan a algún guiso, salsa, se combinan con huevo o simplemente se consumen solos.
También se pueden preparar en conserva con sal y vinagre, algo similar como las aceitunas.
Son muy parecidos en tamaño y textura a las aceitunas, aunque el tempexquixtle, es de textura dura. Desprende un líquido gomoso que hace que el fruto sea un poco chicloso y su sabor es ligeramente dulce, cuando es cocinado verde y se le agrega sal.
Cuando el tempexquixtle ha ido madurando hasta perder su color verde, y cambia a negro, incluso cambia hasta un tamaño un poco más grande, reciben el nombre de tilapos, y se pueden comer solos, sin ningún proceso adicional y son considerados como un fruto silvestre.
La temporada del Tempequixtle inicia en marzo y culmina en julio, aunque los últimos por lo regular en su mayoría son tilapos, los que alcanzaron su máxima madurez y además de cambiar de color y texturas al ser más blandos, son dulces como la miel.
El tempexquixtle se comercializa por litros, si es crudo, o por medidas, si es cocido. Unos 250 gramos llegan a costar hasta 30 pesos, pero no es muy común encontrarlos en el mercado.
A las personas mayores les preocupa que se llegue a perder este es tipo de árboles, ya que quedan muy pocos, además, porque tardan años en crecer y no hay quienes cultiven o planten más de este tipo para las futuras generaciones.