Hola queridos lectores, como todos los sábados agradeciéndoles el favor de abrirme las puertas de sus hogares, siempre con el deseo de que mis notas sean de su agrado. En esta ocasión se preguntarán el porqué de tan peculiar título; bueno, tiene su razón de ser y a continuación se los explico.
Una de las características de nuestra ciudad es la gran cantidad de templos con que cuenta el Centro Histórico, un total de 43 y dentro de estos se encuentra el museo pictórico más grande del continente, con más de 500 pinturas de todos tamaños y estilos, pero dentro de esta vasta colección, la cual es totalmente de temas religiosos, les voy a mencionar unos detalles, que probablemente nunca han notado.
Como regla universal, todo templo católico debe de contener dentro de sus imágenes una del señor Jesucristo, una de la virgen María y una de la advocación mariana del país donde se encuentra, en nuestro caso, una imagen de la Guadalupana.
En este momento nos vamos a avocar a la imagen de la virgen María. Cuando has visitado un templo en nuestro país ¿te fijaste en dos detalles en las pinturas donde está plasmada la virgen María? El primero, ella siempre es representada joven, esto es, nunca a una edad mayor a los 17 años; esto se debe a que los pintores desde el siglo VIII, por respeto, la plasmaron siempre así para indicar la pureza de su virginidad, por eso nunca te encontrarás en el mundo una imagen donde represente más de veinte años.
El otro detalle es su vestimenta, la virgen María siempre se plasmó en lienzos vestida con una túnica blanca y azul (o con algunas variantes en colores, pero siempre se incluye el azul), ¿y por qué azul?, esto se debió a que, desde el siglo XII los artistas del óleo carecían de tonos azules, no existían porque no había algún material que al procesarlo y fabricarlas se pudiera obtener ese tono; para los aficionados a la historia del arte este es un indicativo de la edad de una pintura: si carece de tonos azules, es de antes del siglo XII, si ya cuenta con colores azules, ya es del siglo XIII.
No fue sino hasta finales del siglo XII, inicios del XIII, cuando se descubre un mineral que al procesarlo se obtiene ese color: la piedra lapislázuli, la cual se encuentra a más de setenta metros de profundidad en las costas orientales del mar Mediterráneo.
Su costo era excesivo en comparación con otros minerales de la época, incluso más caro que el oro, debido a que solamente nadadores experimentados y debidamente entrenados podían sostener la presión de bucear a estas profundidades, recuerden que hablamos del siglo XIII, tan solo la escafandra se inventó hasta el siglo XVIII.
La piedra lapislázuli fue la que marcó un antes y un después del arte sacro en el mundo, por su alto costo de elaboración; esto obligó a que los pintores, quienes como todos trabajaban bajo encomienda o encargo, elevaran el costo de un cuadro si este incluía tonos azules, lo cual motivó que el tono azul se reservara exclusivamente para la túnica de la virgen María, de ahí que incluso las autoridades eclesiásticas le designaran este color hasta la fecha.
¿Qué te parecen estos detalles?, de seguro no los habías notado. La próxima vez que visites un templo no solo admires sus pinturas, estúdialas y analízalas, así es como se inicia el aprendizaje de la historia del arte.
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Nos leemos el próximo sábado.
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