/ sábado 22 de agosto de 2020

Una alineación muy desalineada | TURISTEANDO CON EL BARÓN ROJO

La traza de las calles del centro de la ciudad de Puebla es perfectas… bueno, casi

Buenos días queridos lectores, como cada sábado agradezco el favor de abrirme las puertas de sus hogares, siempre con el deseo de su servidor de que se encuentren muy bien en compañía de sus familias. En esta ocasión les voy a narrar la historia de un detalle que tiene nuestro Centro Histórico, concretamente nuestro zócalo.

¿Sabían que la traza de las calles de nuestra ciudad es perfecta?, bueno, casi, porque las primeras calles que no respetan esta norma urbanística son precisamente los portales oriente y poniente de nuestro zócalo. Así es, los portales Iturbide, sobre la calle 16 de Septiembre y el Morelos, sobre la calle 2 Sur. ¿Y por qué esta desalineación?, pues aquí te platico la historia.

Este tema viene a colación porque al estar en una plática al frente de un grupo familiar que me invitó a compartir el pan y la sal, uno de los presentes me hizo ver este detalle y cuál fue mi sorpresa ¡que no encontré respuesta alguna! Esto me obligó a ponerme a investigar y encontré esta historia en la hemeroteca de El Sol de Puebla.

Foto: Cortesía Eduardo Zamora

Corría el año del señor de 1537 cuando la autoridad municipal autorizó la construcción de inmuebles sobre estas dos aceras, la actual 16 de Septiembre y la actual 2 sur. La autoridad ya había construido el actual portal del Ayuntamiento, el cual abarcaba toda la acera desde la 5 de Mayo hasta la 2 Sur.

¿Y POR QUÉ LOS PORTALES?

Estos se construyeron por mandato de la autoridad para dar refugio y resguardo de las inclemencias del tiempo a los compradores y mercaderes del tianguis que se instalaba en la actual plancha del zócalo; recuerden que la Ciudad de los Ángeles, hoy Puebla, siempre ha sido de alta densidad pluvial.

Pero estos, los portales, deberían de estar construidos dentro de la alineación de las cuadras marcadas por los urbanistas de la época. La autoridad construyó el actual portal del Ayuntamiento respetando la alineación de la actual Avenida Reforma pero, aquí surgió un pero, que quedó marcado en la historia.

Los dueños de los solares de ambos extremos, oriente y poniente del zócalo protestaron porque la forma del zócalo no es cuadrada sino rectangular, por lo que si construían sobre la línea de las calles perderían una gran parte de sus propiedades.

Entonces aceptaron construir los portales, pagándolos totalmente de su bolso, pero con dos condiciones: una, construirían la mitad sobre su terreno y la otra mitad sobre el arroyo y dos, la superficie total de la planta alta de los portales seria de su propiedad y libre de gravamen.

La autoridad en turno pegó de brincos del coraje, pero debido a la carencia de dinero en las arcas municipales aceptó sus condiciones, permitiendo que los dueños construyeran los portales invadiendo el arroyo en ambos costados del zócalo.

Foto: Cortesía Eduardo Zamora

Para el año de 1545, ocho años después, el zócalo citadino ya lucía sus tres hermosos portales. Aquí un pequeño detalle: el portal del Ayuntamiento, también llamado de la audiencia, no estaba dividido, como luce hoy, por el pasaje. Fue hasta el año de 1887 cuando se derriban las casas que los unían para dar paso a la construcción del nuevo Palacio Municipal, inaugurado por Porfirio Díaz en el año de 1906, obra diseñada íntegramente por el arquitecto ingles Charles T. S. Hall.

Pero esta historia no termina aquí, querido lector. Existe la leyenda de que, hasta nuestros días, el impuesto predial que les corresponde a estos inmuebles, de los portales Iturbide y Morelos, no cubre el pago por la superficie que ocupan sobre la línea del trazo urbano de la calle, leyenda que no he podido comprobar, lo que obligó al origen de otra leyenda: los propietarios de los inmuebles del portal Hidalgo, la mitad poniente del portal del Ayuntamiento, en algún momento de la historia de la ciudad se ampararon contra este gravamen.

Se dice que tampoco pagan el predial que les corresponde, porque alegaron que la superficie de la planta baja de este portal es de su propiedad, pues sus inmuebles están construidos respetando la traza urbana y, sin embargo, se utiliza como vía pública peatonal.

Y así es como hasta la fecha, aunque tú no lo creas, existe el alegato jurídico de a quién pertenece la planta baja de los portales, a la autoridad o a los particulares. ¿Qué te parece, querido lector?, todo un caso para una tesis jurídico patrimonial.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Nos leemos el próximo sábado.

  • WhatsApp: 22 14 15 85 38
  • Facebook: Eduardo Zamora Martínez

Buenos días queridos lectores, como cada sábado agradezco el favor de abrirme las puertas de sus hogares, siempre con el deseo de su servidor de que se encuentren muy bien en compañía de sus familias. En esta ocasión les voy a narrar la historia de un detalle que tiene nuestro Centro Histórico, concretamente nuestro zócalo.

¿Sabían que la traza de las calles de nuestra ciudad es perfecta?, bueno, casi, porque las primeras calles que no respetan esta norma urbanística son precisamente los portales oriente y poniente de nuestro zócalo. Así es, los portales Iturbide, sobre la calle 16 de Septiembre y el Morelos, sobre la calle 2 Sur. ¿Y por qué esta desalineación?, pues aquí te platico la historia.

Este tema viene a colación porque al estar en una plática al frente de un grupo familiar que me invitó a compartir el pan y la sal, uno de los presentes me hizo ver este detalle y cuál fue mi sorpresa ¡que no encontré respuesta alguna! Esto me obligó a ponerme a investigar y encontré esta historia en la hemeroteca de El Sol de Puebla.

Foto: Cortesía Eduardo Zamora

Corría el año del señor de 1537 cuando la autoridad municipal autorizó la construcción de inmuebles sobre estas dos aceras, la actual 16 de Septiembre y la actual 2 sur. La autoridad ya había construido el actual portal del Ayuntamiento, el cual abarcaba toda la acera desde la 5 de Mayo hasta la 2 Sur.

¿Y POR QUÉ LOS PORTALES?

Estos se construyeron por mandato de la autoridad para dar refugio y resguardo de las inclemencias del tiempo a los compradores y mercaderes del tianguis que se instalaba en la actual plancha del zócalo; recuerden que la Ciudad de los Ángeles, hoy Puebla, siempre ha sido de alta densidad pluvial.

Pero estos, los portales, deberían de estar construidos dentro de la alineación de las cuadras marcadas por los urbanistas de la época. La autoridad construyó el actual portal del Ayuntamiento respetando la alineación de la actual Avenida Reforma pero, aquí surgió un pero, que quedó marcado en la historia.

Los dueños de los solares de ambos extremos, oriente y poniente del zócalo protestaron porque la forma del zócalo no es cuadrada sino rectangular, por lo que si construían sobre la línea de las calles perderían una gran parte de sus propiedades.

Entonces aceptaron construir los portales, pagándolos totalmente de su bolso, pero con dos condiciones: una, construirían la mitad sobre su terreno y la otra mitad sobre el arroyo y dos, la superficie total de la planta alta de los portales seria de su propiedad y libre de gravamen.

La autoridad en turno pegó de brincos del coraje, pero debido a la carencia de dinero en las arcas municipales aceptó sus condiciones, permitiendo que los dueños construyeran los portales invadiendo el arroyo en ambos costados del zócalo.

Foto: Cortesía Eduardo Zamora

Para el año de 1545, ocho años después, el zócalo citadino ya lucía sus tres hermosos portales. Aquí un pequeño detalle: el portal del Ayuntamiento, también llamado de la audiencia, no estaba dividido, como luce hoy, por el pasaje. Fue hasta el año de 1887 cuando se derriban las casas que los unían para dar paso a la construcción del nuevo Palacio Municipal, inaugurado por Porfirio Díaz en el año de 1906, obra diseñada íntegramente por el arquitecto ingles Charles T. S. Hall.

Pero esta historia no termina aquí, querido lector. Existe la leyenda de que, hasta nuestros días, el impuesto predial que les corresponde a estos inmuebles, de los portales Iturbide y Morelos, no cubre el pago por la superficie que ocupan sobre la línea del trazo urbano de la calle, leyenda que no he podido comprobar, lo que obligó al origen de otra leyenda: los propietarios de los inmuebles del portal Hidalgo, la mitad poniente del portal del Ayuntamiento, en algún momento de la historia de la ciudad se ampararon contra este gravamen.

Se dice que tampoco pagan el predial que les corresponde, porque alegaron que la superficie de la planta baja de este portal es de su propiedad, pues sus inmuebles están construidos respetando la traza urbana y, sin embargo, se utiliza como vía pública peatonal.

Y así es como hasta la fecha, aunque tú no lo creas, existe el alegato jurídico de a quién pertenece la planta baja de los portales, a la autoridad o a los particulares. ¿Qué te parece, querido lector?, todo un caso para una tesis jurídico patrimonial.

Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Nos leemos el próximo sábado.

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