Hola queridos lectores, como cada ocho días su servidor pasando lista de presente en la comodidad de su hogar en este de veras muy loco febrero; nos despertamos con heladas y al medio día los calores nos agobian y todavía falta marzo, haciéndole segunda a febrero.
En esta ocasión les voy a narrar acerca de uno de los juguetes, de los que se tiene registro, como el más antiguo de la historia: los soldaditos de plomo. Este popular juguete, del cual se tiene registro desde la época de la Francia del siglo XIV, ha logrado traspasar la prueba del tiempo y de la historia; es una verdadera aventura el que un niño tenga una colección de soldaditos de plomo, es casi por instinto natural el alimentar la imaginación de los niños el jugar enfrentándose en duras batallas en el campo de su imaginación.
¿Pero por qué de plomo? Bueno, según datos históricos, desde que se comenzó a fabricar armamento en la Europa del siglo XIV, sobre todo en Francia, Inglaterra y España, se implementó el plomo como materia prima para elaborar balas, pero siempre quedaba material de desperdicio y es ahí donde surge la industria de los soldaditos de plomo.
Primero surge la elaboración de moldes, los cuales se funden de fierro colado, ¿y por qué soldaditos? Muy sencillo: porque los primeros desempleados en la historia fueron los soldados veteranos de guerra y como medio de sustento se dedicaron a elaborarlos y como de lo único en que tenían conocimiento en la vida era la milicia, de ahí los soldaditos.
Pero ¿por qué se dejaron de fabricar? Bueno, aquí en el país se tiene el dato de que se fabricaban desde la época de la invasión francesa, tomando auge en la época porfiriana, dejándose de fabricar durante la revolución; de nuevo se elaboran hasta la década de los años sesentas, cuando las autoridades sanitarias le detectan al plomo sustancias tóxicas, no aptas para los niños; es entonces cuando se utilizan los mismos moldes, pero ahora para elaborar soldaditos de plástico, convirtiendo los de plomo en verdaderas piezas de colección.
LOS SOLDADOS REGRESAN A SANTA CLARA
En uno de mis varios andares por estas calles, para mi sorpresa me encuentro en la calle de los dulces un comercio que muestra en sus vitrinas toda una verdadera colección de regimientos militares, todos elaborados en plomo, de todos los países y de todas las épocas, pero además perfectamente pintados a mano.
Fue tanta mi curiosidad que no resistí las ganas de tomarles una serie de fotografías a estos aguerridos hombres armados, verdaderas piezas de colección, a pregunta expresa a los empleados para saber quién era su proveedor o su fabricante, dato que se reservaron con discreción; sus motivos tendrán, pero bueno, eso no deja el que a tu primera oportunidad, querido lector visites esta tienda en la calle de los dulces y disfruta el ver detenidamente esta bella colección de soldaditos de plomo, e incluso, no te detengas si deseas adquirir alguno, o un pelotón completo, los cuales adornarían bellamente la vitrina de tu comedor.
Irónico, tuvo que pasar un siglo para que los soldados regresaran a la calle de Santa Clara, pero ahora en plan pacífico y observar la casa de los Serdán desde una vitrina.
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo. Nos leemos la próxima semana.
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