Hola, queridos lectores, mil gracias por recibirme en la calidad y la calidez de sus hogares. Y, cuando me refiero a calidez, vaya que sí lo es en verdad, porque están los calorones que no los aguantamos. Recuerdo a mi abuelita que cuando a esta temporada la llamábamos “la canica”, ella nos corregía y nos decía que es “canícula” su nombre correcto; nombre que deriva de “can”, “perro”, porque en estos días, del 15 de junio al 15 de agosto, se observa perfectamente la constelación del Can Mayor, según rezan los cánones de la astronomía.
En esta ocasión, queridos lectores, les voy a continuar platicando algo de lo que yo he bautizado como “La Escuela de la Arquitectura poblana”, que, como su nombre lo indica, consta de pequeñas lecciones sobre las partes más importantes de la arquitectura de las casas coloniales poblanas. En esta ocasión hablaré de los adornos al pie de las escaleras, sobre o al lado del arranque de los barandales de estas. Comencemos:
Seguramente al visitar una casona antigua notarás que al inicio o arranque del barandal de esta tiene una pequeña figura, generalmente de piedra de cantera tallada. A esta pieza se le llama “esfinge” en alusión a la esfinge egipcia y usualmente representa una figura de dos tipos: mitológica o felina; en muy raros casos es una figura canina, esto tiene su razón de ser.
La figura es mitológica cuando representa a alguna deidad griega, romana o del Oriente, o criaturas como pegasos, centauros, minotauros, etcétera. Estos representan poderío, dominio, gubernatura, poder de mando. En cuanto a la representación romana, tenemos figuras marinas, dragones, leones, lobos, etcétera, representando autoridad, dominio, poder, riqueza y soberbia.
Del Oriente o Medio Oriente tenemos dragones chinos, serpientes marinas, gatos, felinos salvajes, como tigres, y, por último, perros, sobre todo un perrito muy del Oriente, de la raza POOH, significando salud, riqueza, bien contra el mal, fertilidad, etc.
Aquí en la Puebla virreinal este tipo de figuras no provienen de la España europea, sino de las tradiciones que llegaron a la ciudad con los viajeros y comerciantes de la Nao de China. Recuerden que hasta mediados del siglo XVIII la costa del Pacífico, incluido Acapulco, pertenecía al estado de Puebla, pues no existía el estado de Guerrero e incluso el norte del estado de Veracruz. Puebla perdió estos territorios al definirse los límites de dichos estados vecinos.
La Nao de China era una línea naviera que viajaba por toda la costa de América, hasta el norte, pasando al Oriente, bajando a Japón, rodeando China y terminando su recorrido en las Filipinas, que es donde surge la leyenda de La China Poblana. Pero bueno, esa es otra historia.
Cuando se construyeron las casas poblanas se volvió una tradición poner al pie de las escaleras, sobre el arranque del barandal, una figura, generalmente tallada en piedra. Entre algunos ejemplos representativos están las escalinatas del Carolino, de la Casa de Alfeñique, la Casa del que mató al animal, entre otras. Lamentablemente muchas de estas figuras se perdieron en el tiempo, en un afán erróneamente interpretado de modernización al ser desprendidas de sus sitios.
No solamente las hay de piedra de cantera tallada e incluso tallados en madera. Los barandales de herrería también tienen sus remates finales, pero estos no significan nada, pues más que adornar el arranque de estos usualmente tienen figuras torneadas en cobre, bronce o latón; muy raras veces figuras fundidas en estos metales.
Para tu servidor la más bella es un pequeño ángel que estaba en la escalinata de una casa frente al Paseo Bravo. Tristemente ya no se encuentra en su sitio. Ojalá y hayan sido los dueños los que por seguridad la retiraron de la vista.
Detalles curiosos que no sabías: se dice, según creencia popular, que estas figuras detenían las malas vibras al llegar a casa. Para ello se le debía de dar una caricia a la figura, pues se le consideraba el guardián de la planta alta. Las escalinatas monumentales, como la del Carolino, al estar al centro del patio debían tener doble figura para evitar que te rodearan los malos espíritus y te atraparan en tu habitación.
Existe una pequeña casa colonial en la Avenida 7 Oriente que cuenta con doble escalera, pues cada una tiene su figura mitológica de guardián. Lo bueno es que se puede visitar para admirar la belleza de este patio, cientos de veces reproducido por artistas del pincel.
¿Qué te parece esta narración, querido lector? Recuerda: cuando subas por una escalinata con una figura en su arranque no se te olvide darle una pequeña caricia para protegerte de los malos espíritus. ¿Verdad o mentira? Lo ignoro, pero no hay nada más bello que creer y acrecentar nuestras bellas leyendas y tradiciones poblanas. Si los ángeles subieron una campana, ¿por qué dudar de la protección de estas figuras?
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, agradezco el favor de tu atención. Mi correo a su disposición profelalo2002@hotmail.com. Mis páginas Eduardo Zamora Martínez y Lalo Zamora, WhatsApp 22 12 532690 y Twitter @elbaronrojo62. Se despide de ustedes su amigo El Barón Rojo. ¡Hasta la próxima!