¿Tus hijos no se despegan de los videojuegos? Cuidado puede ser una adicción

El jugarlos 10 o 12 horas no es necesariamente un signo de alerta, una especialista en salud mental nos dice cuáles sí podrían serlo

Erika Albisúa | El Sol de Puebla

  · miércoles 16 de junio de 2021

Foto: Cortesía | Gaceta Unam

A lo largo de todos estos meses que pasamos encerrados en casa y los niños con las clases en línea, sin poder salir prácticamente a ningún lado, los videojuegos para muchos de ellos se han convertido en la única opción de entretenimiento que, por supuesto, tiene su lado positivo, como veremos más adelante, pero también es necesario que los papás estén atentos ante cualquier signo de una posible adicción a estos.

Para saber qué sería aquello a lo que debemos poner atención y hacer algo en consecuencia, entrevistamos a Leticia Miranda, profesional con maestría en salud mental, especialidad en tanatología, adicciones, trauma complejo y terapia EMDR, quien para empezar explica qué es una adicción.

La especialista comenta que, a pesar de que a pesar de que existen corrientes que afirman que una adicción es una enfermedad crónica degenerativa y mortal, ella les apuesta más a otras que la ven más bien como un síntoma, un mensaje que indica que hay algo que no estamos viendo que hay algo que no estamos viendo.

“A título personal yo la definiría como la consecuencia de una distracción, es decir, vivimos muy distraídos de las cosas verdaderas de la vida y entonces, a consecuencia del vacío que nos causa esta distracción, tenemos que llenarnos de estas sustancias, conductas o actividades, en este caso estamos hablando específicamente de los videojuegos (…). Esto quiere decir que hay algún aspecto de la vida de ese individuo que no se ha atendido, no es que alguien sea culpable o que tenga algo mal”, expone.

Foto: rawpixel.com

LO POSITIVO DE LOS VIDEOJUEGOS

En los videojuegos, como en todo en la vida, sea las drogas, los fármacos, el tabaco, el café, el alcohol, absolutamente todas las conductas o sustancias tienen su aspecto positivo; en el tema de los videojuegos desarrollan habilidades sociales, destrezas, cualidades o habilidades superiores del pensamiento, porque hay muchos juegos que les ayudan a la creatividad, idean mundos, hacen que las cosas funcionen mecánicamente, por ejemplo, como es el caso de Minecraft, explica Leticia.

SU ASPECTO NEGATIVO

En cuanto a los aspectos negativos, menciona que en primer lugar está el que se han convertido, por la pandemia, en la única fuente de dispersión, sociabilización o entretenimiento, porque no han podido salir a jugar con amigos, andar en bicicleta, jugar futbol, basquetbol o cualquier deporte y por la contingencia ahora pasan, en muchos casos, 12 o 13 horas frente a las pantallas de cualquier dispositivo.

Por otro lado, en cuanto a lo negativo, biológicamente el estar tanto tiempo frente a los rayos que emiten las pantallas puede llegar a dañar sus ojos, por lo que recomienda usar lentes con filtro azul para protegerlos; también está el hecho de que en las manos les puede surgir el problema de que se deteriore el túnel del carpio.

Pueden presentar también cansancio en el cuello, por la posición y para esto enfatiza que sí se deberían de conseguir, de ser posible, sillas o escritorios ergonómicos, porque no por querer desincentivar el uso de los videojuegos, pueden tener problemas físicos, porque de todos modos los van a jugar.

Foto: Wayhomestudio

CUANDO PUEDE SER UNA ADICCIÓN

Ahora, ya que hablamos tanto de aspectos positivos como negativos, es necesario puntualizar que no en todos los casos un niño (también puede darse en adultos, pero en esta ocasión nos centraremos en los niños) va a desarrollar una conducta adictiva por jugar mucho tiempo este tipo de juegos, más bien depende de que se tenga una predisposición, a la que desde una aproximación de abordaje psicológico se le nombra como “vacío existencial”.

Este vacío, a decir de la especialista, solamente se puede llenar de dos maneras: la primera es a través de la conducta adictiva y la segunda es a través del amor verdadero. Y entonces si existe esa predisposición, puede presentarse la adicción tanto si juega solo una hora diaria como si lo hace 10, afirma.

Una señal de alerta para saber que podría tratarse de una adicción es si no pueden dejar el juego para realizar otras actividades que tengan en familia y se pone agresivo o violento cuando tiene que dejarlo, por ejemplo, o cuando ya le cuesta trabajo esta transición del mundo virtual al mundo real, cuando notamos que en su cerebro ya hay dificultades para adaptarse a otras formas de estar en la vida, cuando el niño encuentra que la única forma en la que puede desarrollarse o socializar es a través del videojuego, indica Miranda.

¿QUÉ HACER ANTE LA CONDUCTA ADICTIVA?

En el caso de menores de edad que se exceden en el uso de videojuegos -aunque a esto también están expuestos los adultos, por supuesto- la responsabilidad para darse cuenta, no la culpa bajo ninguna circunstancia, porque nadie es culpable de nada, es de los papás, que evidentemente no pueden lidiar con esto porque no saben cómo.

Entonces es su deber acudir con algún profesional de la salud mental, que por excelencia sería un psicólogo y quien puede ver cuáles son las faltas que presenta el niño y que busca llenar con la conducta adictiva, asegura Leticia Miranda, especialista en adicciones.

Agrega que muchas veces los padres estamos distraídos de amar y de comunicarnos verdaderamente, porque “platicamos todo el día”, pero es comunicación técnica, superficial, coloquial: “qué comemos, tiende la cama, vamos al súper, báñate; pero la comunicación existencial ya va a capas más profundas, toca la emoción y el sentimiento.

Debes preguntarles “¿cómo te sientes frente a esto?, ¿y tú qué opinas?, es como ir en capas más profundas para verdaderamente conocer a nuestros hijos y darnos cuenta de qué es lo que les duele emocionalmente, qué les afecta o les importa.

CONSEJOS PRÁCTICOS

La entrevistada recomienda, primero, desdramatizar el asunto, porque los videojuegos son eso y el niño está jugando, si hoy no puede jugar afuera, entonces lo hace adentro. Segundo: cada niño es diferente, por lo tanto, no se puede determinar, porque clínicamente algunos dicen que más de cuatro horas de juego ya es dañino, pero hay corrientes que dicen que tres horas ya hacen mucho daño; es a criterio de cada quien. Si el niño tiene vacío existencial va a desarrollar conducta adictiva juegue media hora o doce horas, y en ese caso va a desarrollar alguna adicción en su vida, asegura.

Agrega, además, que nadie es culpable de nada, pero sí hay que estar atentos, porque la conducta adictiva es la enfermedad de la distracción, y tratar encontrar cuáles son las faltas que tienen nuestros hijos, en el desarrollo de funciones o habilidades, que las desarrollan únicamente a través de este “avatar” o máscara que le ofrece la realidad virtual.

Entonces el consejo es: estar atentos, sentarse media hora y observar qué es lo que hace: el niño se violenta, puede lidiar con la frustración, puede hablar por teléfono con alguien en el mundo real o solo se comunica a través de los juegos y en caso de que no, animarlos a hablar para pedir una pizza, por ejemplo. Debemos poner atención, porque la adicción es producto de la distracción, concluye.

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