Hola queridos lectores, en esta ocasión les voy a narrar el recorrido de las 14 capillas del calvario en el antiguo e histórico barrio de El Alto. Estas capillas, algunas desaparecidas a través del tiempo, se construyeron por los frailes franciscanos para ayudar a la evangelización de la nueva Ciudad de Los Ángeles, posteriormente llamada Puebla.
De todo este conjunto de capillas, algunas desaparecieron con el tiempo, pero la mayoría existe todavía. Como detalle: Puebla fue la única ciudad de la Nueva España en contar, para la celebración de la Cuaresma, con una capilla para cada estación del viacrucis en el nuevo mundo.
Existe muy poca información acerca de la historia de cada capilla, y la que hay es muy ambigua, pero trataré de escribirla en la forma más ordenada posible, disculpen si me equivoco:
La primera capilla es la de “Los Azotes”, la segunda es “La Cruz a Cuestas”, y la tercera es “La Primera Caída”, desaparecidas, está dentro del templo de San Francisco y se ignora el porqué de su demolición.
La cuarta se encuentra a un costado al norte de la iglesia, sobre la acera, es llamada “El encuentro de Cristo con la Virgen”. Actualmente es el sitio donde se estacionan los autos llevados a bendecir por sus propietarios, costumbre muy poblana, ya que en el interior de este templo se conserva el cuerpo incorrupto del beato Sebastián de Aparicio, patrono de los choferes, ya que este fraile fue el primero en trazar caminos en la Nueva España.
La quinta capilla esta sobre la 14 oriente (frente al famoso mercadito de el alto), esta es llamada la “Cirine”. La sexta es “La Verónica”, ubicada a espaldas de la casa donde se asienta la gubernatura del estado, casa Aguayo, muy escondidita en su esquina norponiente. Frente a esta se localiza la iglesia de la Santa Cruz, sitio que históricamente se conoce como el punto exacto de la fundación de la ciudad.
Al costado poniente de esta, en un pequeño atrio o patio interior, se localiza la séptima capilla, la de “Platero”, o la segunda caída de Cristo. Bajando por la escalinata poniente del atrio de esta iglesia de la Cruz y caminando unos 100 metros al norte, en una explanada se localiza la octava capilla, la de “las lavanderas”.
Subiendo dos cuadras al norte, se localiza el actual centro deportivo “Margarita Maza de Juárez”, en cuyo interior se localizan dos capillas: la novena, que se aprecia desde la banqueta norte de la calle 20 oriente en total abandono, se ignora a quien correspondería su restauración, es “las piadosas”. Caminando hacia el norte y hacia la entrada al centro deportivo está la décima, y es en este punto donde aparecen las primeras discrepancias de los historiad que Mariano Fernández de Echeverríay Veytia, la llama El Calvario, y el historiador germano poblano Hugo Leicht, la nombra: la del “Vía crucis”, esta capilla, muy bien resguardada y cuidada, es la única que ofrece servicios religiosos con regularidad.
La onceava capilla, que de hecho ahora es templo, es la que, efectivamente, conocemos como El Calvario, localizada en la manzana al oriente del hospital de la cruz roja, es la única de todo el conjunto que funciona como un recinto religioso con todos los servicios que prestan estos y es regularmente llamada “La de la tercera caída”.
Dentro del enorme atrio de este templo se encuentra la doceava capilla y está integrada al conjunto arquitectónico del calvario, llamada la del “Despojo” o “Expolio”. Según crónicas obtenidas dentro del atrio de esta iglesia, existió un conjunto de 6 capillas, de las cuales solo sobreviven dos, la numero trece y la numero catorce, en total abandono: la “Crucifixión”, y la de la “Expiación“.
Sin embargo, a varias calles al oriente y al sur de este templo existen otras dos capillas en perfecto estado de conservación. Una en la esquina de la 16 norte y la 16 oriente, en la esquina sur de la escuela Julián Hinojosa, es llamada nuestra señora de Balbaneda. La otra está en la esquina de la 14 norte y la 8 oriente, la “Eche Homo”, se ignora si ambas fueron parte del circuito de capillas del viacrucis de El Alto, esta última tiene labrada fecha de construcción 1550.
Así es querido lector, ¿Qué te pareció esta narración?, increíble, en la primera oportunidad que se te presente, te invito a que visites alguna de estas capillas, verdaderas joyas de la fundación de nuestra ciudad.
Soy Jorge Eduardo Zamora Martínez, el Barón Rojo, y nos leemos el próximo sábado.
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