Un corazón en la Catedral de Puebla, 150 años del fusilamiento de Maximiliano

Redacción

  · jueves 22 de junio de 2017

Por Aldo Roberto Rivero Pastor

El general don Miguel de Miramón, nacido en la Ciudad deMéxico en 1831, ingresó a los quince años al Colegio Militar, alos diez y seis luchó contra los norteamericanos, en 1852ostentaba el grado de Subteniente de Artillería, en 1853 fuenombrado Capitán, profesor del Colegio Militar en Táctica deInfantería, combatió contra de los liberales, defendiendo a SantaAnna en la Revolución de Ayutla, durante la Guerra de Reformaescalonó el grado de Teniente y en el Triunfo del Plan de Tacubayafue jefe de los Conservadores, alcanzó el nombramiento de Generalde División en Diciembre de 1858, Presidente interino de laRepública tomó posesión el 2 de febrero de 1859 y el trece deagosto entrega el poder al presidente de la Suprema Corte deJusticia, José Ignacio Pavón, tomando posesión nuevamente el 15de agosto de 1860 por mayoría de votos de los representantes delos departamentos, combatió al Gobierno de Juárez, obteniendotriunfos y derrotas, vencido se retira a México, concluyendo sugestión el 24 de diciembre de 1860.

Visitó las cortes europeas regresando a México el 28 de juliode 1863, es nombrado por el Emperador Maximiliano Jefe de uno delos tres grandes Cuerpos en que se dividió el Ejército Imperial,en Zacatecas, estuvo a punto de tomar prisionero a Juárez, en latoma de Querétaro con una fuerte herida en la cara se leaprehendió; preso en el convento de las capuchinas en esa mismaCiudad, fue juzgado y sentenciado por el delito de traición a laPatria, y ejecutado en el cerro de Las Campanas el 19 de junio de1867. A grandes rasgos esta es la biografía del general don Miguelde Miramón, hombre valiente, al que la historia juzga por susideas conservadoras adjetivándolo en diversas formas.

Otro aspecto del general de Miramón es el que encuentro en lasamarillentas cartas escritas y fechadas en 1849, dirigidas a laseñorita Dolores Gómez y Fernández en que el entonces jovenmilitar expresaba en las mismas elocuentes versos con un espíritunoble y sensible aunado a una bien dibujada caligrafía; cuatroamarillentos retratos, dedicados con todo respeto a la cortejadadama y otros de su familia y hermanos, son ahora viejos recuerdosdel álbum familiar.

Esta efímera amistad terminada tiempo después, me crearía unavisión particular sobre lo que fue don Miguel, pues de haberseguido la relación yo no existiera ya que esa hermosa mujer fuemi tatarabuela; casada años más tarde con un distinguidopersonaje ancestro mío.

En el año de 1858 Miguel de Miramón contrae matrimonio con unainteligente y singular mujer: Concepción Lombardo y Gil dePartearroyo, fiel compañera que compartió triunfos y amarguras,en los peores momentos no se apartó del mal logrado general, sinopor orden del emperador Maximiliano, quien se sirvió de unpretexto para alejarla pues la sentencia de muerte debía cumplirseel 16 de junio y se aplazó para el día 19, desesperada la condesade Miramón intentó solicitar el perdón de Juárez emprendiendoel camino a San Luis Potosí y fue allí en donde la enteraron delfusilamiento, llevaba también la misión del emperador de entregara la madre del mismo una medalla y una cadena de oro haciéndolesaber que moría como cristiano, sugiriendo en carácter desúplica el patibulario personaje la diese a su progenitora cuandotuviera la oportunidad de verle.

Las tres cabezas de las famosas “emes” cayeron en el cerrode Las Campanas, lugar en el que se autorizó se encuadrase elterreno poniendo un monumento cristiano con tres cipos a la memoriade cada uno de los acribillados, erigiéndose más tarde unaCapilla que por gestión del Gobierno de Austria, logró el permisodel presidente Porfirio Díaz para su construcción, pagando losaustriacos los gastos de la misma, dentro de ella en el altarprincipal que se encuentra atrás de los mencionados cipos,existió una pintura de manufactura austriaca con el tema de“Nuestra Señora de La Piedad” ordenada por Francisco José,hermano del infortunado archiduque.

Los restos de Miramón descansaban en el Panteón de SanFernando en el polígono noroeste, dentro de un catafalco de piedraque en una de sus caras tenía las iniciales “M. M”, rematadopor una cruz latina y protegido por un barandal de hierro conadornos de plomo y cenefa colada.

[caption id="attachment_680230" align="aligncenter" width="480"]KONICA MINOLTA DIGITAL CAMERA[/caption]

El 24 de mayo de 1895 se exhumaron los restos, trasladados a laCapilla del Sagrado Corazón de Jesús dentro de la Catedral dePuebla. Su viuda la Condesa de Miramón vivía en la Ciudad de Romay en el año de 1898 hace una solicitud por escrito dirigida a laSanta Mitra, pidiendo licencia para colocar una estatua funerariasobre el sepulcro del general en esta Magna Iglesia, a lo que elIlustrísimo Cabildo Eclesiástico en comunicación con el señorobispo emitía su dictamen sobre el sitio en que fueron sepultadoslos restos, lo que se lee textualmente: “tenemos la honra demanifestar en nuestro concepto que no podrá accederse a talpretensión fundada en un decreto de la Santa Congregación deObispos y Regulares, de 26 de mayo de 1645, que dice: SupraSepulchri Tabulam pro hibito ornamenta plana quae libet haere desefformare valent dumnodo e solo non eniene ant el abs int coronaevulgo cornise.

Y muy terminante es también a este respecto el Concilio TerceroMexicano que en el Libro III párrafo sexto, muy presente debiótener estas disposiciones nuestro dignísimo prelado dejando elilustrísimo señor licenciado don Francisco Melitón Vargas que alacceder a la concesión otorgada en el año de 1888 de depositar enla Catedral los restos del general don Miguel Miramón, mandóextender el diez de mayo de 1895 la siguiente acta: en forma dedecreto: que los restos sean depositados en la Capilla del SagradoCorazón de Jesús, no en mausoleo sino en cripta, por consiguientesólo habrá sobre la fosa o en su dirección en el suelo un signocristiano, no se impedirán las preces privadas cerca de susepultura, como las que se proceden en general por los difuntospero no se tolerarán alocuciones, arengas, ni ninguna clase derazonamientos, ni por motivos de aniversario ni por fechasconmemorativas de algunos hechos, de fausta memoria como seacostumbraba en el templo de San Fernando, en general se impedirántoda clase de demostraciones que pueda ocasionarles a la VenerableCorporación disgustos y compromisos ya de los partidos, ya de lospolíticos, ya de infaustas circunstancias, cualquier pretensión oexigencia de esta naturaleza será motivo para derogar laconcesión y decretar la exhumación, Puebla 25 de agosto de 1898,Ilmo. y Rmo. Sr. Rafael Fernández de Lara, Juan N. Guerrero,Ignacio Rodríguez Rebolledo, Pascual Sánchez, ilustrísimo yreverendísimo don Perfecto Amézquita, dignísimo obispo de estaDiócesis presente, es copia Catalani secretario”.

Carta dirigida por doña Mercedes Fortuno de Velasco:“ilustrísimo señor, Mercedes Fortuno de Velasco, con domicilioen la casa número diez y siete de las calles de las Artes en estaCiudad, respetuosamente digo que en la Capilla de esa IglesiaCatedral se encuentran los restos de mi abuelo paterno el señorgeneral don Miguel Miramón, que fue disposición testamentaria demi abuela la Señora Concepción Lombardo de Miramón, fallecida enRoma, que se depositase su corazón con los restos de su esposo,que dicho corazón me acaba de ser enviado de la Ciudad de Romapara cumplimentar los deseos de mi señora abuela, a vuestrailustrísima atentamente suplico sea muy servido de concederlicencia para que se me permita disponer en la urna que guarda losrestos del general Miguel Miramón, la cajita de madera quecontiene dentro de un frasco de vidrio el corazón de mi expresadaseñora abuela, 25 de septiembre de 1934, México, D.F., firmaMercedes Fortuno de Velasco”, quien era hija de Mercedes FortunoMiramón y del señor Ernesto Velasco Rodríguez, cabe hacer unareflexión histórica ya que se sabe que la Condesa viudaconservaba el corazón del mal logrado General, el cual después deun periplo se conserva actualmente en propiedad particular; sinembargo, la carta es muy clara y enfática, refiriéndose alcorazón de doña Concha Lombardo, debiéndose investigar simediante disposición notarial expresa le fue retirado también asu cadáver el músculo cardiaco. Fue sin duda el General deMiramón un hombre que supo inculcar en las mujeres el más puro einconmensurable amor.