Como parte de su formación integral, los chicos de sexto de bachillerato del Instituto Oriente viven una experiencia laboral que les permite ser agentes de cambio. Esta es una actividad que “se lleva haciendo más de 30 años y es parte de su experiencia formativa”, asegura Isabel Fernández del área de formación social.
“El objetivo es que los chicos conozcan la realidad social de México y el desarrollo de sus habilidades sociales para poder responder a la realidad presente”, apuntó “por dos semanas trabajan en una empresa con horario de ocho horas, sin sueldo”.
La directora de formación Ignaciana, Laura Noriega, dijo que sus alumnos tienen un sello especial gracias a que “desde primero de preescolar los hacemos conscientes, competentes, compasivos y comprometidos, consigo mismos y con la sociedad”.
“Es un aprendizaje de vida que le damos a nuestros chicos”, subraya. A los alumnos no se les pregunta dónde quieren trabajar, se hace una ruleta que los niños giran, uno a uno, y donde caiga, será su lugar de trabajo.
Algunos trabajos pueden ser en un taller mecánico, en un lavado de autos o una fábrica de auto partes, hasta servicio a clientes en refaccionarias, restaurante o taquería, zapaterías, supermercados o súper de conveniencia.
PERSONAS EXTRAORDINARIAS
“Yo estoy en el instituto desde primero de preescolar”, dice José Ramón Sánchez González a quien le tocó vivir su experiencia laboral en un súper de conveniencia.
Ha descubierto habilidades que no conocía y que es capaz de hacer. Trabajó en un horario de 2 de la tarde a 9 de la noche, limpió y arregló anaqueles, y atendió a los clientes.
Enfatiza que desde pequeño le inculcaron que hay que ser personas extraordinarias, “darsiempre un extra o ser diferente para influenciar de manera positiva a los demás y creo que después de esta experiencia, puedo ser más capaz de esforzarme para dar lo mejor de mí en el estudio y en cualquier otro trabajo”.
FORMACIÓN INTEGRAL
“Tengo seis años estudiando en el colegio”, dice Ritta Flores Pérez, “mi papá estudio aquí toda su vida y por eso me cambie. Yo quedé fascinada con el Oriente, el acompañamiento que te dan es bueno porque no solo te forman en lo académico, también como persona”.
Ella hizo las mismas tareas que su compañero en un súper de conveniencia, “no me quejo, porque lo que importa es la actitud que tú le pones a las cosas”, sentenció.
Dice que lo que más le gusta “es interactuar con la gente, saber su historia es lo que más me retroalimenta como persona; en el súper trabajé con una familia, la mamá combina el trabajo con el estudio porque ellos quieren salir adelante, aspiran a más”, subrayó.
A este respecto la directora de formación Ignaciana, dijo sentirse orgullosa de los alumnos y de su equipo de trabajo, porque ésta es una experiencia de vida que ayudará a formar una sociedad más justa y humana.
