De la fiebre del Mundial no se salva nadie, y menos ahora que nuestra Selección nos ha dado tanta satisfacción.
Y como cada quien elige dónde quiere disfrutar cada partido, chicos y grande se reunieron en las instalaciones del Parque España para vivir en familia o grupos de amigos la emoción futbolera.
Dos horas al borde del asiento fue lo que se vivió durante la transmisión del último partido de la Selección en el que finalmente se clasificaron para la siguiente fase, entre porras y aplausos de los presentes.
Desayunando y, con un ojo al gato y otro al garabato, pero nadie se pierde de vivir en sana convivencia la emoción mundialista. ¡Vamos México!