/ sábado 6 de julio de 2024

Antigua Casa de Maternidad, el sueño de un ilustre poblano | Los tiempos idos

Luis de Haro y Tamariz fue quien decidió crear un centro de maternidad para ayudar a las mujeres de escasos recursos durante la gestación y el alumbramiento

La antigua Casa de Maternidad de Puebla fue la última voluntad del ilustre poblano Luis de Haro y Tamariz, quien después de presenciar un suceso que marcó su vida, decidió crear un centro de maternidad para ayudar a las mujeres de escasos recursos.

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Falleció antes de ver materializado su sueño, pero no sin antes dejar destinado un importante capital para la construcción y mantenimiento de la institución benéfica. Dicho capital fue administrado por un grupo de albaceas que tuvieron que sortear dificultades para cumplir el último deseo del empresario poblano, que se cristalizó a finales del siglo XIX.

Luis de Haro y Tamariz nació en el seno de una familia aristócrata de Puebla, poseedora de una gran fortuna. Él fue un empresario prolífico en molinos y fábricas textiles. Foto: Cortesía Fundación de Haro y Tamariz

Lo que cuenta la historia

Corría la segunda mitad del siglo XIX, la ciudad se estaba reconstruyendo tras el Sitio de Puebla y después de la restauración de la República, en 1867.

Cuenta la historia que un día de regreso a casa, el ilustre poblano Luis de Haro y Tamariz, observó en una zanja a una jauría de perros que devoraba a un recién nacido. Se cree que la madre, en situación de calle, había dado a luz a la criatura y los canes se la habían arrebatado.

De Haro y Tamariz quedó horrorizado con tan desagradable escena, entonces se prometió levantar una casa de maternidad para que las mujeres en situación vulnerable pudieran pasar su periodo de gestación y alumbramiento en condiciones dignas y salubres.

Lamentablemente, Luis de Haro y Tamariz, falleció antes de ver materializado su sueño, pero no sin antes dejar destinado un importante capital para la construcción y mantenimiento de la institución benéfica.

Así lucía la plazuela de San Agustín antes de que se construyera la Casa de Maternidad en el siglo XIX. Foto: Cortesía David Ramírez Huitrón

Acerca de Haro y Tamariz

Luis de Haro y Tamariz nació en el seno de una familia aristócrata de Puebla, poseedora de una gran fortuna. Tenían una hacienda en la que se sembraba algodón para abastecer los obrajes y talleres textiles de la ciudad.

Él fue dueño de varios molinos y fábricas textiles, como La Teja (hoy Plaza América) en 1841; la Aurora Yucateca, fundada en 1834 en Yucatán; las fábricas El Cristo y La Amistad; e incluso, de “La Constancia Mexicana”, fundada en 1835 por Esteban de Antuñano; y también del Molino de Guadalupe, en el río Alseseca.

La familia de Haro y Tamariz tiene una larga tradición familiar en Puebla que se remonta a la familia Ovando. Eran panaderos, dueños de varios molinos. Luis fue hermano de Antonio de Haro y Tamariz, un político mexicano conservador que después de la restauración de la República, terminó su vida exiliado como jesuita en Francia. Luis era médico de profesión pero también se dedicó a los negocios de la familia y fue regidor en 1843expone el investigador David Ramírez Huitrón

Haciendo negocios cambió la fábrica de La Teja por el Molino del Carmen. Fue amigo y socio de Esteban de Antuñano. Luis le ayudó a Antuñano a salir de deudas arrendándole La Constancia y cuando éste se murió, adquirió la fábrica El Cristo. De Haro y Tamariz murió el 14 de abril de 1877 y entre los albaceas de su capital dejó al regidor José Antonio Pérez Marín, quien se encargó de administrar el dinero para la Casa de Maternidad”, asegura.

Invitación a la inauguración de la Casa de Maternidad en abril de 1885. Foto: Cortesía Víctor Morales

El sitio propicio para edificarla

En el libro “Relación anecdótica de edificios poblanos”, disponible para su consulta en el Archivo General Municipal, Antonio Carrión, refiere que después de la muerte de Luis de Haro y Tamariz, sus albaceas presentaron la solicitud al ayuntamiento para establecer su legado en la calle de Porfirio Díaz (hoy 2 Poniente, entre 3 Norte y 5 de Mayo).

Por cuestiones de higiene, espacio, ventilación y por encontrarse en el centro de la ciudad, no fue autorizado por el comisionado de salubridad pública, Samuel Morales Pereira, quien a su vez les propuso construir el edificio de la Casa de Maternidad en el terreno que ocupaba la plazuela de San Agustín, que en ese momento se consideraba que estaba fuera de la ciudad.

En el libro se lee que entre los albaceas se encontraban un grupo de regidores, como el mencionado José Antonio Pérez Marín, Vicente Gutiérrez Palacios y Clemente López, además de los profesores de medicina, Manuel Noriega, Esteban Lamadrid y Francisco Arrioja.

Los albaceas decidieron que era propicio el terreno de la plazuela de San Agustín porque el edificio quedaría aislado en el centro de un jardín y sería ventilado por sus cuatro lados por el viento, y al estar rodeado de vecinos, eso le proporcionaría mayor seguridad. Seguridad con la que no contaban otros lugares en los que habían pensado, como el jardín botánico o el jardín de las Piadosas.

Estos eran los jardines que existían en la parte norte del edificio y actualmente ocupan el estacionamiento. Foto: Museo José Luis Bello y Zetina


El investigador Ramírez Huitrón, refiere que la plazuela de San Agustín era conocida así porque estaba a un costado del convento de los agustinos que se encontraba sobre la 3 Poniente, entre la 5 y 7 sur.

Desde que llegaron los agustinos a Puebla hasta después del Sitio de Puebla, cuando la ciudad se comenzó a reconstruir, los religiosos tuvieron cerrada la calle 5 Poniente. La plazoleta comprendía de la 5 a la 7 Poniente, entre la 7 y 9 Sur. Ésta también se conoció como plazuela de San Hipólito, porque ahí cerca, en la calle de Tecali (3 Poniente), estaba el obraje de San Hipólito. En la plaza había mercado una vez a la semana y en 1605 se puso una fuente que le daba servicio a todo el barrio”, señala.

Al ser la plazuela de San Agustín propiedad del municipio, se tuvieron que realizar diferentes trámites en Cabildo para la autorización y venta del terreno.

Según consta en los libros de Cabildo del Archivo Histórico Municipal de Puebla, la autorización legal para la venta del terreno fue firmada por el entonces gobernador del estado, Juan Crisóstomo Bonilla, el 31 de octubre de 1877.

Luis de Haro y Tamariz había dejado 100 mil pesos antiguos para la construcción y mantenimiento de la casa de maternidad, 50 mil para el edificio y otros 50 mil para el mantenimiento. El terreno se remató el 13 de septiembre de 1878 a un precio de 3 mil 500 antiguos pesos apunta.

Por su arquitectura y funcionalidad el edificio de la Casa de Maternidad se volvió referencia en Puebla. Su foto se incluyó en un plano del año en que se inauguró, abajo a la izquierda. Foto: Cortesía Libro Casa de Maternidad. Fundación Luis de Haro y Tamariz


Diseño y funcionalidad

La construcción de la Casa de Maternidad le fue encomendada a Eduardo Tamariz Almendaro, pariente de Haro y Tamariz. El arquitecto nació y murió en la Ciudad de México (1844-1886). Realizó sus estudios profesionales en la Escuela Central de Artes y Oficios de París.

Diseñó y construyó el edificio de la Casa de Maternidad, para ello se inspiró en la arquitectura mozárabe. Comenzó los trabajos en 1879 y los terminó seis años después. Fue la primera estructura de la ciudad que se hizo de ladrillo cosido unido con varilla. Al edificio se le considera uno de los primeros edificios en su tipo construidos en México”, detalla el investigador.

Una vez edificado, el edificio de la Casa de Maternidad hizo gala de diseño y vanguardia al estar perfectamente equipado y con una arquitectura moderna. Al centro de la edificación se encontraba un jardín, también grandes pasillos y columnas de cantera, y con una capilla de doble altura, además de detalles moriscos cuidados a la perfección.

De acuerdo con Carrión, el edificio de la Casa de Maternidad tiene una arquitectura sencilla y agradable en su exterior. Su fachada está mamposteada con fajas de ladrillo alternadas con otras de mampostería y coronada con una cornisa.

Tiene 28 ventanas al frente, 12 en el piso de abajo y 16 en el superior, los cuatro ángulos de la fachada forman baluartes, lo mismo la puerta principal. Todo el perímetro del edificio estaba circundado por un hermoso jardín con algunos camellones para sembrar hortalizas.

Aspecto interior del patio de la Casa de Maternidad en 1964-1969. Foto: Cortesía Libro Casa de Maternidad. Fundación Luis de Haro y Tamariz


En el interior de la casa, las habitaciones giran en torno a un gran patio cuadrilongo con un jardín frondoso. Los corredores se apoyan sobre delgadas columnas cilíndricas de piedra de 20 centímetros de diámetro. La escalera es cómoda y los techos son de bóveda catalana. La capilla, de aspecto gótico, está dedicada a la Virgen de la Maternidad, y se encuentra al centro del edificio, justo frente al acceso principal.

Los departamentos de las enfermeras estaban completamente aislados del ruido y tenían una sola pieza tapizada con papel y cielo raso, contaban con catre de bronce y colchón de lana sobre tambores de resortes.

La Casa de la Maternidad tenía un gran guardarropa para provisión de sábanas, toallas, camisones, pañales, fajeros, etcétera; también una botica surtida, una cocina pequeña, zotehuela con lavaderos y una terraza volada para que las convalecientes hicieran ejercicio o se asolearan. Además de baños, dirección, y una recepción con los retratos del filántropo y el arquitecto.

Eduardo Tamariz Almendaro, impulsó el estilo morisco en sus construcciones. Fue muy prolífico en su producción arquitectónica en Puebla, además de la Casa de Maternidad con su capilla, realizó obras emblemáticas como la antigua Penitenciaria del Estado (hoy CIS San Javier), el edificio del Congreso del Estado (5 Poniente), el Quisco del Zócalo, la casa del Molino de San Francisco y la reparación del teatro Guerrero (hoy Teatro de La ciudad)”, subraya.

De izquierda a derecha: José Luis Bello y Zetina, quien dirigió la institución; el obispo de Puebla, Emilio Abascal Salmerón; el licenciado Grünenberg Carrasco; y Miguel Marín Hirshmann. Foto: Cortesía Libro Casa de Maternidad. Fundación Luis de Haro y Tamariz

El sueño materializado

La Casa de Maternidad fue inaugurada el 13 de abril de 1885 por personalidades de la política, religión y sociedad de la época.

Se llamaba Casa Haro de Maternidad y el primer patrono de la institución fue el licenciado Antonio Pérez Marín. Fue fundada según la voluntad de Luis de Haro y Tamariz, para ayudar a las mujeres de escasos recursos a dar a luz. Siempre se rigió bajo los principios del patronato concluye el investigador.


En noviembre de 1977, la Casa de Maternidad se convirtió en Hospital UPAEP, compartía espacio con la Fundación Luis de Haro y Tamariz. Foto: Cortesía Víctor Morales

En el libro Casa de Maternidad. Fundación Luis de Haro y Tamariz, disponible para su consulta en el Archivo General Municipal de Puebla, dice que después de muchos años de ayudar a las nuevas mamás a dar a luz, la casa y la fundación, fueron dirigidas por José Luis Bello y Zetina, a partir de 1953. Él solicitó a las religiosas de la orden de Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, su participación para cuidar a los enfermos y en el apoyo a los servicios religiosos de la capilla. Su esposa, Julia de Haro y Breton de Bello, antes de morir donó sus joyas en beneficio de la institución y se compraron cunas.

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Se lee que en noviembre de 1977, la Fundación Luis de Haro y Tamariz, realizó un contrato de arrendamiento con las autoridades de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla para compartir sus espacios. Así, la Casa de Maternidad se convirtió en el Hospital UPAEP. Actualmente, el edificio forma parte del Patrimonio Arquitectónico de la ciudad y es sede del hospital Christus Muguerza.

Aspecto del edificio de la Casa del Maternidad que actualmente es sede del hospital Christus Muguerza y forma parte del Patrimonio Arquitectónico de la ciudad de Puebla. Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

La antigua Casa de Maternidad de Puebla fue la última voluntad del ilustre poblano Luis de Haro y Tamariz, quien después de presenciar un suceso que marcó su vida, decidió crear un centro de maternidad para ayudar a las mujeres de escasos recursos.

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Falleció antes de ver materializado su sueño, pero no sin antes dejar destinado un importante capital para la construcción y mantenimiento de la institución benéfica. Dicho capital fue administrado por un grupo de albaceas que tuvieron que sortear dificultades para cumplir el último deseo del empresario poblano, que se cristalizó a finales del siglo XIX.

Luis de Haro y Tamariz nació en el seno de una familia aristócrata de Puebla, poseedora de una gran fortuna. Él fue un empresario prolífico en molinos y fábricas textiles. Foto: Cortesía Fundación de Haro y Tamariz

Lo que cuenta la historia

Corría la segunda mitad del siglo XIX, la ciudad se estaba reconstruyendo tras el Sitio de Puebla y después de la restauración de la República, en 1867.

Cuenta la historia que un día de regreso a casa, el ilustre poblano Luis de Haro y Tamariz, observó en una zanja a una jauría de perros que devoraba a un recién nacido. Se cree que la madre, en situación de calle, había dado a luz a la criatura y los canes se la habían arrebatado.

De Haro y Tamariz quedó horrorizado con tan desagradable escena, entonces se prometió levantar una casa de maternidad para que las mujeres en situación vulnerable pudieran pasar su periodo de gestación y alumbramiento en condiciones dignas y salubres.

Lamentablemente, Luis de Haro y Tamariz, falleció antes de ver materializado su sueño, pero no sin antes dejar destinado un importante capital para la construcción y mantenimiento de la institución benéfica.

Así lucía la plazuela de San Agustín antes de que se construyera la Casa de Maternidad en el siglo XIX. Foto: Cortesía David Ramírez Huitrón

Acerca de Haro y Tamariz

Luis de Haro y Tamariz nació en el seno de una familia aristócrata de Puebla, poseedora de una gran fortuna. Tenían una hacienda en la que se sembraba algodón para abastecer los obrajes y talleres textiles de la ciudad.

Él fue dueño de varios molinos y fábricas textiles, como La Teja (hoy Plaza América) en 1841; la Aurora Yucateca, fundada en 1834 en Yucatán; las fábricas El Cristo y La Amistad; e incluso, de “La Constancia Mexicana”, fundada en 1835 por Esteban de Antuñano; y también del Molino de Guadalupe, en el río Alseseca.

La familia de Haro y Tamariz tiene una larga tradición familiar en Puebla que se remonta a la familia Ovando. Eran panaderos, dueños de varios molinos. Luis fue hermano de Antonio de Haro y Tamariz, un político mexicano conservador que después de la restauración de la República, terminó su vida exiliado como jesuita en Francia. Luis era médico de profesión pero también se dedicó a los negocios de la familia y fue regidor en 1843expone el investigador David Ramírez Huitrón

Haciendo negocios cambió la fábrica de La Teja por el Molino del Carmen. Fue amigo y socio de Esteban de Antuñano. Luis le ayudó a Antuñano a salir de deudas arrendándole La Constancia y cuando éste se murió, adquirió la fábrica El Cristo. De Haro y Tamariz murió el 14 de abril de 1877 y entre los albaceas de su capital dejó al regidor José Antonio Pérez Marín, quien se encargó de administrar el dinero para la Casa de Maternidad”, asegura.

Invitación a la inauguración de la Casa de Maternidad en abril de 1885. Foto: Cortesía Víctor Morales

El sitio propicio para edificarla

En el libro “Relación anecdótica de edificios poblanos”, disponible para su consulta en el Archivo General Municipal, Antonio Carrión, refiere que después de la muerte de Luis de Haro y Tamariz, sus albaceas presentaron la solicitud al ayuntamiento para establecer su legado en la calle de Porfirio Díaz (hoy 2 Poniente, entre 3 Norte y 5 de Mayo).

Por cuestiones de higiene, espacio, ventilación y por encontrarse en el centro de la ciudad, no fue autorizado por el comisionado de salubridad pública, Samuel Morales Pereira, quien a su vez les propuso construir el edificio de la Casa de Maternidad en el terreno que ocupaba la plazuela de San Agustín, que en ese momento se consideraba que estaba fuera de la ciudad.

En el libro se lee que entre los albaceas se encontraban un grupo de regidores, como el mencionado José Antonio Pérez Marín, Vicente Gutiérrez Palacios y Clemente López, además de los profesores de medicina, Manuel Noriega, Esteban Lamadrid y Francisco Arrioja.

Los albaceas decidieron que era propicio el terreno de la plazuela de San Agustín porque el edificio quedaría aislado en el centro de un jardín y sería ventilado por sus cuatro lados por el viento, y al estar rodeado de vecinos, eso le proporcionaría mayor seguridad. Seguridad con la que no contaban otros lugares en los que habían pensado, como el jardín botánico o el jardín de las Piadosas.

Estos eran los jardines que existían en la parte norte del edificio y actualmente ocupan el estacionamiento. Foto: Museo José Luis Bello y Zetina


El investigador Ramírez Huitrón, refiere que la plazuela de San Agustín era conocida así porque estaba a un costado del convento de los agustinos que se encontraba sobre la 3 Poniente, entre la 5 y 7 sur.

Desde que llegaron los agustinos a Puebla hasta después del Sitio de Puebla, cuando la ciudad se comenzó a reconstruir, los religiosos tuvieron cerrada la calle 5 Poniente. La plazoleta comprendía de la 5 a la 7 Poniente, entre la 7 y 9 Sur. Ésta también se conoció como plazuela de San Hipólito, porque ahí cerca, en la calle de Tecali (3 Poniente), estaba el obraje de San Hipólito. En la plaza había mercado una vez a la semana y en 1605 se puso una fuente que le daba servicio a todo el barrio”, señala.

Al ser la plazuela de San Agustín propiedad del municipio, se tuvieron que realizar diferentes trámites en Cabildo para la autorización y venta del terreno.

Según consta en los libros de Cabildo del Archivo Histórico Municipal de Puebla, la autorización legal para la venta del terreno fue firmada por el entonces gobernador del estado, Juan Crisóstomo Bonilla, el 31 de octubre de 1877.

Luis de Haro y Tamariz había dejado 100 mil pesos antiguos para la construcción y mantenimiento de la casa de maternidad, 50 mil para el edificio y otros 50 mil para el mantenimiento. El terreno se remató el 13 de septiembre de 1878 a un precio de 3 mil 500 antiguos pesos apunta.

Por su arquitectura y funcionalidad el edificio de la Casa de Maternidad se volvió referencia en Puebla. Su foto se incluyó en un plano del año en que se inauguró, abajo a la izquierda. Foto: Cortesía Libro Casa de Maternidad. Fundación Luis de Haro y Tamariz


Diseño y funcionalidad

La construcción de la Casa de Maternidad le fue encomendada a Eduardo Tamariz Almendaro, pariente de Haro y Tamariz. El arquitecto nació y murió en la Ciudad de México (1844-1886). Realizó sus estudios profesionales en la Escuela Central de Artes y Oficios de París.

Diseñó y construyó el edificio de la Casa de Maternidad, para ello se inspiró en la arquitectura mozárabe. Comenzó los trabajos en 1879 y los terminó seis años después. Fue la primera estructura de la ciudad que se hizo de ladrillo cosido unido con varilla. Al edificio se le considera uno de los primeros edificios en su tipo construidos en México”, detalla el investigador.

Una vez edificado, el edificio de la Casa de Maternidad hizo gala de diseño y vanguardia al estar perfectamente equipado y con una arquitectura moderna. Al centro de la edificación se encontraba un jardín, también grandes pasillos y columnas de cantera, y con una capilla de doble altura, además de detalles moriscos cuidados a la perfección.

De acuerdo con Carrión, el edificio de la Casa de Maternidad tiene una arquitectura sencilla y agradable en su exterior. Su fachada está mamposteada con fajas de ladrillo alternadas con otras de mampostería y coronada con una cornisa.

Tiene 28 ventanas al frente, 12 en el piso de abajo y 16 en el superior, los cuatro ángulos de la fachada forman baluartes, lo mismo la puerta principal. Todo el perímetro del edificio estaba circundado por un hermoso jardín con algunos camellones para sembrar hortalizas.

Aspecto interior del patio de la Casa de Maternidad en 1964-1969. Foto: Cortesía Libro Casa de Maternidad. Fundación Luis de Haro y Tamariz


En el interior de la casa, las habitaciones giran en torno a un gran patio cuadrilongo con un jardín frondoso. Los corredores se apoyan sobre delgadas columnas cilíndricas de piedra de 20 centímetros de diámetro. La escalera es cómoda y los techos son de bóveda catalana. La capilla, de aspecto gótico, está dedicada a la Virgen de la Maternidad, y se encuentra al centro del edificio, justo frente al acceso principal.

Los departamentos de las enfermeras estaban completamente aislados del ruido y tenían una sola pieza tapizada con papel y cielo raso, contaban con catre de bronce y colchón de lana sobre tambores de resortes.

La Casa de la Maternidad tenía un gran guardarropa para provisión de sábanas, toallas, camisones, pañales, fajeros, etcétera; también una botica surtida, una cocina pequeña, zotehuela con lavaderos y una terraza volada para que las convalecientes hicieran ejercicio o se asolearan. Además de baños, dirección, y una recepción con los retratos del filántropo y el arquitecto.

Eduardo Tamariz Almendaro, impulsó el estilo morisco en sus construcciones. Fue muy prolífico en su producción arquitectónica en Puebla, además de la Casa de Maternidad con su capilla, realizó obras emblemáticas como la antigua Penitenciaria del Estado (hoy CIS San Javier), el edificio del Congreso del Estado (5 Poniente), el Quisco del Zócalo, la casa del Molino de San Francisco y la reparación del teatro Guerrero (hoy Teatro de La ciudad)”, subraya.

De izquierda a derecha: José Luis Bello y Zetina, quien dirigió la institución; el obispo de Puebla, Emilio Abascal Salmerón; el licenciado Grünenberg Carrasco; y Miguel Marín Hirshmann. Foto: Cortesía Libro Casa de Maternidad. Fundación Luis de Haro y Tamariz

El sueño materializado

La Casa de Maternidad fue inaugurada el 13 de abril de 1885 por personalidades de la política, religión y sociedad de la época.

Se llamaba Casa Haro de Maternidad y el primer patrono de la institución fue el licenciado Antonio Pérez Marín. Fue fundada según la voluntad de Luis de Haro y Tamariz, para ayudar a las mujeres de escasos recursos a dar a luz. Siempre se rigió bajo los principios del patronato concluye el investigador.


En noviembre de 1977, la Casa de Maternidad se convirtió en Hospital UPAEP, compartía espacio con la Fundación Luis de Haro y Tamariz. Foto: Cortesía Víctor Morales

En el libro Casa de Maternidad. Fundación Luis de Haro y Tamariz, disponible para su consulta en el Archivo General Municipal de Puebla, dice que después de muchos años de ayudar a las nuevas mamás a dar a luz, la casa y la fundación, fueron dirigidas por José Luis Bello y Zetina, a partir de 1953. Él solicitó a las religiosas de la orden de Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, su participación para cuidar a los enfermos y en el apoyo a los servicios religiosos de la capilla. Su esposa, Julia de Haro y Breton de Bello, antes de morir donó sus joyas en beneficio de la institución y se compraron cunas.

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Se lee que en noviembre de 1977, la Fundación Luis de Haro y Tamariz, realizó un contrato de arrendamiento con las autoridades de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla para compartir sus espacios. Así, la Casa de Maternidad se convirtió en el Hospital UPAEP. Actualmente, el edificio forma parte del Patrimonio Arquitectónico de la ciudad y es sede del hospital Christus Muguerza.

Aspecto del edificio de la Casa del Maternidad que actualmente es sede del hospital Christus Muguerza y forma parte del Patrimonio Arquitectónico de la ciudad de Puebla. Foto: Julio César Martínez / El Sol de Puebla

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