Sin duda alguna, una de las pinturas más famosas en el mundo del arte es la de “El ángel caído” o “Fallen Angel”, una obra del artista francés Alexandre Cabanel que creó en 1847, misma que retrata a Lucifer tras su expulsión del paraíso; no obstante, a pesar de que muchos identifican al pintor por este retrato, lo cierto es que no es su única obra reconocida, ya que tiene otras también importantes.
Nacido el 28 de septiembre de 1823, en el seno de una familia humilde en Montpellier, Francia, Cabanel fue alumno de Francois-Édouard Picot en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de su país natal.
Debido a que, desde muy joven dio muestra del gran talento que poseía, llegó a ganar una segunda medalla en el Salón de Roma, en Italia, en 1845, además de que residió durante cinco años en la Villa Médicis.
Es importante mencionar que Alexandre no solo fue pintor, ya que también fue uno de los mejores profesores de arte e historia de su época, además de que tuvo muchos alumnos que triunfaron en menor o mayor medida.
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Si bien el cuadro que retrata la famosa “Lágrima de Lucifer”, se podría decir que es una de sus obras más conocidas, lo cierto es que, debido a la relevancia que tuvo en su época, logró una gran cantidad de pinturas y retratos que hoy en día son muy conocidos, y a continuación te los presentamos:
El nacimiento de Venus (1863)
Se dice que esta obra, creada en 1863, fue la que lo catapultó a la fama. En ella, el artista retrata el nacimiento más famoso de todas las divinidades: Venus (o Afrodita según la mitología griega) que emerge, ya adulta, entre la espuma de las olas del mar. En ella se muestra la anatomía de Venus, que parece dormida sobre las olas, en un hermoso paisaje en armonía con tantos tonos azules mientras que un grupo de ángeles revolotean sobre ella. A pesar de ser una obra evidentemente bella, fue repudiado por un grupo de artistas que lo señalaron de haber hecho una obra totalmente idealizada, al no retratar a una mujer real.
Muerte de Moisés (1850)
Cabanel inició su carrera oficial en el Salón de 1851. ¡Y vaya si triunfó! Pues presentó este cuadro sobre la muerte de Moisés, en el que quiso mostrar a la Academia lo mucho que sabía de pintura y sobre todo restregarle a todo el mundo el dominio de ese estilo italiano. La obra, como dice su título, representa la muerte del patriarca Moisés, rodeado de ángeles y acompañado de Dios, a través del que muestra perfecta anatomía, composición, la luz y el color.
Fedra (1880)
Para identificar al personaje, según la mitología griega Fedra fue una princesa de la isla de Creta, hija del rey Minos y Pasifae y cuyo esposo fue Teseo, quien mató a su hermanastro. En esta obra, Alexandre Cabanel la pintó en sus aposentos, melancólica, antes de morir probablemente con veneno. La expresión de su rostro lo dice todo, una mezcla de tristeza y culpabilidad.
Cleopatra probando venenos con prisioneros condenados (1887)
Finalmente, en este cuadro, el artista interpreta la adaptación de Plutarco en Vidas paralelas, capítulo sobre Marco Antonio. Y es que, una de las versiones sobre la muerte de Cleopatra es que se envenenó. Por tal motivo, Alexandre Cabanel la pinta sentada en su sofá, probando con frialdad venenos con prisioneros condenados para averiguar cuál sería el más rápido e indoloro. A su lado, la diosa Mafdet, protectora de los faraones a cargo de la justicia.