La gastronomía es parte esencial de la cultura de un lugar, y en la ciudad de Puebla, México, hay un establecimiento que ha dejado un sabor en el paladar de sus habitantes y visitantes. Cemitas América, ubicado en la 2 Norte, entre 12 y 14 Oriente del Centro Histórico de Puebla, ha sido un referente desde hace más de siete décadas. Fundado en 1953 por el señor Manuel Merlo Cuanalo, este negocio familiar ha deleitado a generaciones con sus cemitas de cabeza de puerco, convirtiéndose en un ícono. Actualmente luce con los colores del equipo de futbol americanista.
La historia de Cemitas América se remonta a sus raíces como una modesta carnicería, propiedad del padre de Manuel. Sin embargo, la visión emprendedora de Manuel lo llevó a convertir este espacio en un punto de encuentro para los amantes de la comida. Durante sus viajes a lo que hoy es la Ciudad de México, ya que su mamá estaba enferma, Manuel descubrió los tacos de cabeza de puerco y decidió incorporarlos al negocio de su papá, añadiendo las cemitas.
Inicialmente, la carnicería y el puesto de tacos coexistieron, pero cuando el padre de Manuel se retiró, decidió enfocarse completamente en la comida y transformó el lugar en un pequeño local con un mostrador y una mesa.
“Al principio vendíamos más tacos… pero después la gente comenzó a consumir tanto las cemitas que decidimos se quedaran solo las cemitas, dejamos de vender los tacos, ya que era lo que pedía toda la gente”, explica Manuel Merlo, quien actualmente tiene 88 años de edad y emprendió desde los 18.
Teatro de espectáculos
La calidad de las cemitas atrajo a una clientela diversa, tanto local como foránea, quienes hacían largas filas en la pequeña entrada del establecimiento. Además, la cercanía de un teatro de espectáculos en la esquina de la 14 Oriente atrajo a famosos que disfrutaban de una cemita de cabeza de puerco, acompañada de su característica salsa verde. Cemitas América llegó a vender más de 150 cemitas al día.
“En la esquina del lugar estaba un lugar llamado ‘Melmo Rodante’, si mal no recuerdo, entonces muchos artistas al finalizar sus eventos se venían por sus cemitas, una de ella fue (la actriz) Verónica Castro, una niña que era muy bonita”, recuerda.
Los iban a clausurar
Sin embargo, no todo fue fácil para Manuel y su negocio. En cierto momento, se enfrentaron a la amenaza de clausura debido a la grasa acumulada en la acera frente al local. Las autoridades de Puebla capital les solicitaron reparar la banqueta o limpiarla adecuadamente. Aunque fue un desafío, Manuel y su equipo lograron superar esta dificultad y mantener abierto su querido establecimiento.
“Intentaba lavar yo, pero ya no se quitaba, entonces creíamos que nos iban a cerrar, pero un día accidentalmente eché jabón y se me olvidó enjuagarlo, cuando regresamos vimos que estaba pintado, pero era del jabón (narra entre risas), entonces desde ahí lo limpiábamos así”, relata a quien también llamaban Manuelito y Manolo.
¿Por qué América?
Un detalle curioso es que, a pesar de que el negocio lleva el nombre de "Cemitas América", no tiene relación directa con el equipo de fútbol homónimo. El nombre se debe a la devoción de Manuel hacia la Virgen de Guadalupe. No obstante, en el local se pueden apreciar logotipos y murales relacionados con el Club América, uno de los equipos de fútbol más populares de México. Incluso se pueden encontrar imágenes de reconocidos futbolistas americanistas, como Luis Roberto Alves “Zague”, Guillermo Ochoa y Cuauhtémoc Blanco. (Además de una pintura de Manuel Boxeando, ya que antes de vender sus cemitas era un apasionado de ese deporte).
“Comienzo porque la virgen de Guadalupe es Reina de América, no del equipo de futbol (vuelve a reírse), de ahí se me quedó y dije que mi equipo favorito era el América, entonces se terminó quedando ese nombre”, confiesa.
Durante muchos años, Manuel Merlo le cantaba las mañanitas a la Virgen de Guadalupe en la madrugada del 12 de diciembre, cerrando la calle del negocio, e incluso regalaba comida a las personas que acudían.
Ganó la lotería tres veces
Además de su éxito culinario, Manuel tuvo la fortuna de ganar la lotería en tres ocasiones mientras operaba el negocio. Estos premios, dos de ellos por una suma de 30 millones de pesos y otro por 3 millones de viejos pesos, le brindaron la oportunidad de apoyar a personas que se acercaban a él en busca de ayuda, así como para comprar viviendas para sus hijos.
Relata que, en ocasiones, personas conocidas iban a pedirle ayuda económica y él accedía a prestarles, siempre y cuando no le quedaran mal, es decir, que sí le pagaran. “Venía gente y me decían que les faltaba tal cantidad de dinero, y les decía que sí, a algunos incluso les dije que, si ya no iban a pagarme, mínimo que no dejaran de consumir aquí, ya que además de perder mi dinero perdería un cliente”, menciona.
Siguen rentando
Una de las cosas que narra Manuel es que actualmente siguen rentando el local, ya que nunca se los quisieron vender, e incluso comenta que en una ocasión el gobierno de Puebla, encabezado por Mario Marín Torres, le dio la opción de ayudarles a quitarles la casa a los propietarios, pero él no quiso, ya que “iba a ser desleal de su parte”.
“Miguel, el hijo de la dueña, era mi amigo, y no podía jugarle chueco, hubiera sido muy desleal, nunca le he platicado a su esposa, pero ya es momento de contar lo que pasó, porque es algo real”, revela varios años después.
Su hijo continúa
Hoy en día, su hijo, quien comparte su nombre, continúa con la tradición, y hace poco más de un año expandió el negocio para que más personas puedan disfrutar de la comida y ya no solo se oferte el producto en la entrada.
Cemitas América ha dejado de ejemplo a las personas, de cómo un pequeño establecimiento se puede convertir en un ícono culinario de la ciudad. “Me siento feliz por lo que se hizo y se sigue haciendo, no me gusta hacer mucho alarde a lo que he hecho, pero siempre intentamos ayudar a la gente”, concluye.