Cholula, Pueblo Mágico de Puebla conformado por los municipios de San Andrés y San Pedro Cholula, no sólo tiene la Pirámide con el basamento más grande del mundo, sino también la Ruta Religiosa más reconocida de México, en la cual, un visitante puede recorrer en dos horas y media, seis templos católicos que son atrayentes importantes por mostrar decorados de barroco indígena o novohispano, es decir la mezcla de lo prehispánico con lo cristiano.
Iglesias incluidas en la ruta religiosa de Cholula
Parroquia de San Pedro
Exconvento de San Gabriel
Capilla Real de Naturales
Santuario de la Virgen de los Remedios
Iglesia de Santa María Tonantzintla
Iglesia de San Francisco Acatepec
Justamente en esta semana, fue considerada por México Desconocido como la mejor “Ruta Religiosa para admirar la expresión de la fe”, luego de que así lo determinara una votación masiva de visitantes, quienes participaron en el concurso “Lo Mejor de México” y Cholula llegará al primer sitio, cuando competió con la Ruta de los Conventos, en Guanajuato, Ruta de Don Vasco, en Michoacán y Ruta del Peregrino, en Jalisco.
Un visitante nacional o extranjero que quiera realizar el recorrido, debe partir del zócalo de San Pedro Cholula, un sitio encontrado a 30 minutos de la ciudad de Puebla, si el viaje se hace en automóvil y si es transporte público deben aumentarse 20 minutos más, aunque también el traslado puede hacerse en bicicleta o turibús.
Justo en este espacio, se ubica con facilidad el primero de los seis sitios religiosos de la Ruta, que es la Parroquia de San Pedro Apóstol. La construcción de este inmueble fue decretada en 1640 por el ilustrísimo Juan de Palafox y Mendoza.
Entre los detalles arquitectónicos que deben admirarse, está su cúpula de estilo churrigueresco, que data del siglo XVlll. En su nicho principal, se encuentra la imagen del apóstol San Pedro.
Su arquitectura de estilo barroco, se muestra en su torre principal, formada por dos cuerpos y de sección cuadrada. Desde su campanario, puede verse una vista panorámica del zócalo de esta ciudad milenaria, teniendo como fondo el volcán Popocatépetl.
Exconvento de San Gabriel
La segunda parada debe hacerse en el Exconvento de San Gabriel, otro inmueble de San Pedro Cholula que está a una distancia de una cuadra de la Parroquia de San Pedro. Durante este trayecto, el visitante admirará el amplio zócalo y sus detalles.
Este Exconvento, fue fundado antes de 1529 sobre el terreno que antes de la Conquista, albergó un templo dedicado al culto de Quetzalcóatl, pero su edificación oficial se materializó 20 años después, cuando el tercer obispo de Puebla, Sebastián Martín de Hojacastro, colocó la primera piedra.
Mano de obra indígena estuvo a cargo de esta gran edificación que resalta del resto por lo alto de sus muros, ya que tienen 60 metros. Su arquitectura, en su interior, muestra el estilo barroco indígena, mientras que en el exterior es colonial de estilo gótico tipo rococó. Su construcción fue concluida en 1552 y la obra estuvo supervisada por fray Toribio de Alcaraz.
Recorrer este inmueble, genera emociones encontradas, porque su claustro, el atrio y sus capillas posas son espacios únicos en este municipio, además en su interior hay pinturas y oleos que fueron realizados por franciscanos, al igual hay tumbas de personajes religiosos que fueron enterrados en este sitio, donde algunas datan de los últimos tres siglos.
Es importante decir que una de sus piezas, es sede de la Biblioteca Franciscana y el Centro de Estudios Humanísticos Fray Bernardino de Sahagún de la UDLAP, recintos que fomentan la cultura e historia.
Capilla Real de Naturales
Solo basta caminar unos cuantos metros del Exconvento para llegar a la Capilla Real de Naturales, que es la tercera parada. Fue construida en la segunda mitad del siglo XVl (1540) y se distingue de entre otros espacios de estas características, porque cuenta con naves y 49 cúpulas.
Otro atractivo único que posee, es la pila de agua bendita que puede admirarse en su interior y que fue tallada en un solo cuerpo de piedra.
Lo mismo sucede, con un detalle observable en su atrio, donde está una cruz esculpida en 1668 y que es un diseño idéntico al que puede verse en la entrada principal del Santuario de la Virgen de los Remedios.
La Capilla Real de Naturales, en su interior no refleja una decoración excesiva del barroco novohispano, porque destacan las altas y gruesas columnas de piedra que sostienen su techo, el cual tiene 49 cúpulas, aspecto que la hace única en Puebla.
Este inmueble está dedicado a la virgen de Guadalupe, ya que su creación obedece a que fue proyectado como un lugar de adoctrinamiento.
Santuario de la Virgen de los Remedios
En este recorrido, la cima de la Gran Pirámide de Cholula es el cuarto punto a visitar en la Ruta Religiosa. Justo aquí se encuentra el Santuario de la Virgen de los Remedios, que es un icono en México.
La distancia del zócalo de San Pedro a esta zona, es de 15 minutos más otros 10 que se requieren para subir la gran escalinata de este montículo. Una vez en la cúspide, está en todo su esplendor este espacio católico, que antes de tener la construcción que es visible, fue una ermita construida por los españoles.
Antes de la conquista, esta Pirámide, era nombrado el cerro del Tlachihualtepetl y estaba dedicado a una divinidad prehispánica, donde los frailes franciscanos encontraron también caracoles marinos e ídolos enterrados.
Su edificación de la iglesia se inició en 1594 y fue terminada en 1666.
Es una capilla de tamaño regular, con decoración de barroco indígena, sin embargo, a diferencia del resto que conforma esta Ruta, tiene un gran mirador que permite ver en toda su magnificencia el Valle de los Volcanes, así como la zona conurbada de Puebla.
Iglesia de Tonantzintla, con decoración de oro de 24 kilates
Tras concluir el recorrido por las cuatro iglesias de San Pedro Cholula, se debe iniciar un viaje de 30 minutos para llegar a la comunidad de Santa María Tonantzintla, adscrita a San Andrés Cholula.
Una vez que se llega al zócalo, la iglesia dedicada a la virgen María se encuentra en la parte frontal. Es considerada como una de las bellas del estado, tanto por su fachada como por su interior, aunque más por el segundo. De todas, es la expresión más real de lo que significa el estilo barroco indígena, que es combinado con decoración en laminado de oro de 24 kilates.
Los cuidadores de este templo, que son gente del pueblo, son estrictos en sus reglas. No permiten fotografías y menos video. No obstante, con el simple hecho de entrar, se admira su arquitectura.
En la época prehispánica se idolatraba a Tonantzin “nuestra Madrecita” deidad ligada al maíz, pero tras la llegada de los españoles fue sustituida por la virgen María, ya que le construyeron un templo donde los indígenas modelaron las yeserías con iconografía mexicanista, compuesta de ángeles morenos, niños con penachos, frutos tropicales y mazorcas de maíz, que son visibles en el techo y cúpulas.
También destaca la decoración de estucos policromados que tapizan sus interiores.
La iglesia fue construida en cuatro etapas, que comprenden del siglo XVll al XX. Tiene una sola entrada y retablos neoclásicos, mientras que su fachada, destaca azulejos y mosaicos.
Última parada, Acatepec
La última parada es la iglesia de San Francisco Acatepec, y de Tonantzintla a este sitio se debe recorrer 15 minutos más.
No por ser el último punto de la ruta, significa que sea menos importante, al contrario, admirar la iglesia es un deleite para los conocedores del turismo religioso.
Antes de la Conquista, este lugar se llamó “En el cerro de los Carrizos”, pero tras la colonización, el santo patrono ahora es San Francisco de Asís, quien participó en la construcción de este templo.
La estructura arquitectónica del inmueble confirma que se trata de una edificación franciscana del siglo XVl, remontándose al año de 1560, no obstante, la parte principal de su planta arquitectónica data de la segunda mitad del siglo XVll y del XVlll, cuando se culminó su fachada, alrededor del año 1760.
Su estilo barroco es similar a la iglesia de Tonantzintla, solo en Acatepec no resaltan los colores llamativos, ya que la decoración en dorado y también cuenta con laminado de oro.
La fachada de esta iglesia es excepcional, porque combina Talavera, azulejo y mosaico, y su campanario es digno de fotografiar, por las columnas torneadas que luce.