Hacer Noche: Promised Land, es una iniciativa por la que las calles y las instituciones de la capital oaxaqueña se han convertido en un único y enorme museo abierto hasta diciembre próximo. En él se exhiben piezas de algunos de los más destacados artistas plásticos de nuestros tiempos, quienes reflexionan sobre temas actuales, desde el concepto de la posibilidad.
“Este proyecto lo que propone es reflexionar acerca de la posibilidad que tienen los artistas, los individuos y los colectivos de pensar en otras realidades, en otros futuros y presentes. Es una idea que surgió antes de la pandemia, pero que se acentuó con la misma. El arte es el espacio por excelencia donde podemos pensar mundos alternativos, las consecuencias de hacerlo son muy distintas, operan en el campo de la especulación”, explica en entrevista con El Sol de México, Francisco Berzunza, director artístico de la exposición.
El origen de la curaduría de esta macro exposición, con más de 500 obras en 10 instituciones oaxaqueñas fue la noción de “fabricaciones especulativas”, de la profesora estadounidense Donna Haraway, las cuales parten de la necesidad de generar interpretaciones, narrativas o fábulas que ofrezcan perspectivas de lo posible.
De las exposiciones destacan las que suceden en el Museo de las Culturas de Oaxaca y el Jardín Etnobotánico de Oaxaca, que tienen como punto de coincidencia la ejecución de obras en el espacio público y el desarrollo de performances efímeras recurrentes.
De los artistas, provenientes de Estados Unidos, España, Alemania, Sudámerica y México, se exhibe obra del arquitecto Siah Armajani, quien falleció en 2020 y dedicó su carrera al diseño y construcción de esculturas públicas en favor de la democracia; la artista oaxaqueña Berenice Olmedo, que centra su trabajo en la exploración de la diversidad de los cuerpos; y el artista camerunés Em’kal Eyongakpa que realiza artes escénicas que recuperan el sentido ritual de las estéticas indígenas.
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“Oaxaca es una ciudad con una diversidad muy plural de instituciones culturales, cosa que nos pareció muy interesante desde la primera edición. Cada uno de ellos tiene condiciones y forma de trabajo específicas para relacionarse con sus públicos. Pero lo que nosotros quisimos con esta programación fue verlas a todas como un gran museo que está vivo y que acerca públicos a la cultura”, comentó el director, por lo que a la exposición se han sumado más de 30 actividades, entre lecturas de poesía y conferencias.