Los Barrios Mágicos son áreas urbanas reconocidas por su riqueza cultural, histórica y arquitectónica. Estas zonas son una ventana a la vida tradicional y auténtica del país, permitiendo a los visitantes experimentar la esencia de las comunidades locales. Son parte de un programa similar al de los Pueblos Mágicos, pero enfocado las ciudades.
Cada uno de estos lugares tiene características únicas que lo distinguen. Algunos son conocidos por sus antiguas calles empedradas y sus casas coloniales, mientras que otros destacan por sus festivales, mercados, tradiciones y eventos que reflejan la diversidad y riqueza de las costumbres mexicanas; por lo que ofrecen una experiencia genuina a quienes los visitan.
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El programa busca promover el desarrollo económico y social al atraer a turistas, pues se generan oportunidades para los negocios locales, como restaurantes, tiendas de artesanías y guías turísticos. Hace unos las capital poblana ingresó esta categoría con cuatro sitios que captaron la atención de las autoridades federales.
¿Cuáles son los Barrios Mágico de Puebla?
La capital poblana recibió el título de Barrio Mágico ‘San Francisco, El Origen’, un galardón en el que se reconoce a El Alto, La Luz, Analco y San Francisco como un atractivo de la ciudad para todos los visitantes.
Este título fue entregado en el marco del Tianguis Turístico Internacional de Pueblos Mágicos, un evento en el que premiaron a las localidades que se caracterizan por sus atractivos gastronómicos, culturales y productos en contextos urbanos.
El Alto
Es un antiguo barrio que se convirtió en uno de los primeros asentamientos de Puebla. Aquí se realizó la misa de la fundación de la ciudad el 16 de abril de 1531, en el espacio que actualmente ocupa la parroquia de la Santa Cruz. Se encuentra unas calles del Centro Histórico.
A lo largo de los siglos, ha mantenido su esencia, con calles empedradas y edificaciones que reflejan su pasado histórico. Uno de los sitios más representativos es el mercado La Acocota, conocido por su vibrante oferta de productos locales, desde artesanías hasta alimentos típicos poblanos.
La Luz
Es uno de los más antiguos y emblemáticos de la región. Su historia se remonta al siglo XVI, cuando fue fundado como parte de la expansión de la ciudad colonial. Inicialmente, albergaba a artesanos y trabajadores
La Parroquia de Nuestra Señora de la Luz es uno de los puntos centrales, una iglesia barroca que destaca por su rica ornamentación y su importancia histórica. También se pueden visitar varios talleres de artesanos locales que producen cerámica, y otros productos tradicionales.
Analco
Este lugar obtuvo el apodo popular de ‘al otro lado del río', en referencia a su ubicación en relación con el río San Francisco, ha sido testigo de numerosos eventos importantes a lo largo de la historia de la entidad. Durante la época colonial, fue habitado principalmente por indígenas y mestizos que trabajaban en diversas actividades artesanales y comerciales.
Es posible pasear por sus calles empedradas y admirar las antiguas casonas coloniales, muchas de las cuales han sido restauradas y convertidas en museos, galerías de arte y restaurantes que preservan la arquitectura y el ambiente de aquella época.
San Francisco
Los fundaron los frailes franciscanos que llegaron a la región para evangelizar a la población originaria. La presencia de esta franciscana dejó una huella profunda en la arquitectura y en la vida cotidiana del lugar, visible en la iglesia y convento de San Francisco, que son el corazón del barrio.
El Convento de San Francisco es uno de los principales atractivos del barrio. Igual los visitantes pueden explorar el exconvento convertido en centro cultural, donde se realizan diversas actividades artísticas y culturales.