El legado de la talavera ya cuenta con validez internacional, así lo notificó la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, quien entregó este martes el certificado del Registro Binacional del “Proceso de Fabricación de la Cerámica de Talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” otorgado por la UNESCO.
Este “timbre de orgullo” reconoce a Puebla y Tlaxcala como entidades productoras de talavera, así como la talavera de la Reina y el Puente del Arzobispo en España.
“La Secretaría de Cultura está comprometida con ello y con las comunidades artesanales. De nada nos serviría (un certificado) si los talleres estuvieran parados, de nada nos serviría si los maestros no enseñaran a la siguiente generación a hacer lo que hacen; esta tradición está vigente y por eso es el patrimonio vivo de México, nuestra mayor fuerza como nación es la diversidad cultural”, afirmó Frausto Guerrero.
En su participación, el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández, resaltó la labor de los artesanos que han dedicado su talento a la creación de las piezas.
“Pone en primer término a los portadores, a los creadores, a los artistas, a las comunidades que son las que conservan este saber, este conocimiento y esta tradición, una tradición larga, compleja, porque incorpora los saberes que ya existían en nuestro territorio, alrededor de la producción cerámica, con la tradición de la talavera que nos viene de España”, dijo.
La declaratoria de la cerámica de Talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad fue resultado de un arduo trabajo interinstitucional que culminó el 11 de diciembre de 2019, en Bogotá, Colombia, durante la 14ª sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, donde finalmente se logró la inscripción en la Lista Representativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
La talavera de Puebla y Tlaxcala es ejemplo de aquellas expresiones que son herencia directa de la “Talavera de la Reina”, tradición alfarera española que llegó a México a través del Galeón de Manila, en tiempos de la Colonia.
Fue así que se construyó un diálogo a través de la tierra, el agua y el fuego, que alcanzó un grado de maestría y belleza que hoy es reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.