Latas de refresco, material que tiene a su alcance y un gran ingenio, son las principales herramientas que ha utilizado Eloy Tehuitzil Mejía, a lo largo de casi dos décadas, para dar vida a una colección de autobuses a escala, verdaderas obras de arte que ha logrado convertir en una réplica real de estos medios de transporte.
“Ahorita son a escala, a 1.60, y tengo una colección de mínimo 200 autobuses que los quiero mostrar al público para demostrar que, si se pueden hacer cosas con lo reciclado, a todo lo que se tira se le puede dar vida nuevamente”, comentó en entrevista con El Sol de Puebla.
Originario de la localidad de San Diego Cuachayotla, en San Pedro Cholula, y con 53 años de edad, don Eloy es un mecánico de oficio que, por el día trababa en su taller automotriz, mientras que, por las noches, antes de descansar, tiene como pasatiempo el crear estas figuras que hasta el momento lo han llevado a formar una colección de 200 autobuses hechos con sus propias manos.
La idea nació hace 33 años, cuando Eloy trabajaba en un grupo musical en donde compraron un autobús y de ahí se le ocurrió hacerlos en miniatura, solo que en sus inicios solo los hizo con cartulina; fue hasta el 2002 cuando descubrió que podía trabajarlos con latas de metal y más tarde perfeccionó la técnica viendo programas de televisión.
“Eso fue en el año 1987, de cartulina hasta que en el 2002 ya de lleno empecé a hacerlos de lata y eso fue porque hubo una fiesta aquí adelante y junté las latas al último porque me llamó la atención brillaban y cuando las junté se me zafaron, me agaché y me pegué en la cabeza con el autobús, ahí empezó la idea de para qué servían esos botes”, compartió.
A partir de ese momento, no ha dejado de dar rienda suelta a su creatividad para hacer diferentes diseños, entre los que varían los colores, las figuras, los detalles y hasta las ediciones especiales inspiradas en artistas, deportistas y hasta equipos de futbol, pues cada autobús es diferente.
El cuidado y la dedicación hacia estos estos inventos, van más allá de los exteriores, pues Tehuitzil Mejía nunca pierde de vista cada detalle de su interior, como volante, luces, placas, retrovisores, asientos, llantas y hasta estancias con camas y salas de entretenimiento, como los verdaderos autobuses de lujo, todo hecho por él mismo.
“Si, tiene asientos, canastillas arriba, se abren las cajuelas, se abre la puerta, el volante yo mismo lo hago, las palanquitas, todo lo que es un autobús (…) las ventanas son de acetato y los foquitos son de piedrita y ahorita les voy poniendo lo que les ponen a las mujeres en las uñas, los brillantitos”, aseguró, luego de revelar que algunos en su interior llevan el nombre de algunas mujeres, esto en memoria de quienes han perdido la vida por diferentes circunstancias, han desaparecido o incluso a las que han sido víctimas de feminicidios.
Cerca de 30 días es el tiempo que Eloy tarda en crear un solo autobús y necesita comprar entre cuatro y ocho latas –dependiendo del tamaño y el diseño- para realizarlos.
“En 30 días, son en ratos libres, no es todo el día completo, si me dedicara a eso, yo creo que si me lo hago en cuatro o cinco días (…) cada uno lleva de cuatro a seis latas, el autobús grande se llevó ocho y los tráileres se llevaron seis latas. Compro de más también por si me hacen falta o me sale uno mal”, dijo.
Pero su ingenio no solo lo ha llevado a dar vida a estas réplicas, pues debido a su experiencia en el ambiente musical, también ha creado un escenario sonidero con figuras de personas e instrumentos en miniatura que igualmente realiza con materiales que recicla, a los cuales les agregó luces y música.
“También fue una idea de mi muchacho de hacer un grupo musical, pero miniatura y ahora también los hago con el mismo material reciclado y con muñecos lego para que le dé más vida a un grupo musical”, expresó.
Finalmente, don Eloy confesó que por el momento no los tiene a la venta pues lo único que desea es darlos a conocer no solo en México, sino a en todo el mundo a través de las redes sociales y de los medios de comunicación, pues no pierde la esperanza de mostrar con su colección que en México hay talento, y mucho.