Una de las fiestas que en México tiene un significado importante es el Día de Muertos, pues representa el regreso de los seres queridos, por lo que cada uno de los elementos que se colocan en la ofrenda es meticulosamente cuidado y uno de los detalles que no puede faltar es la comida, principalmente aquella que era del agrado de los difuntos.
Dentro de estos platillos no puede faltar los típicos de la gastronomía mexicana, tal es el caso del atole, el cual puede tener diversos sabores, aunque existen algunos en específico que no pueden faltar en esta época debido a que su origen es de productos de la temporada, por lo que aquí te contamos de cuáles se trata y algunos consejos de cómo prepararlos.
¿Qué es el atole?
La palabra atole proviene del náhuatl “atolli” que significa aguado y hace referencia a una bebida de origen prehispánico, la cual consiste en una cocción dulce de maíz en agua, con una moderada viscosidad y que se sirve lo más caliente posible, puede ser condimentada con especias aromáticas y otros saborizantes como cacao, vainilla, canela, anís, azahar, hojas de naranjo, chocolate y jugo o pulpa de frutas.
Esta bebida suele ser endulzada con piloncillo, azúcar o miel, además de que hay quienes suele prepararlo con leche en lugar de agua e incluso en lugar de masa de maíz, actualmente suele prepararse con harina de maíz e incluso existen fórmulas en polvo a base de sémola de maíz trigo o arroz para preparar esta bebida al instante.
En cuanto a la manera de consumirlo, suele ser tomado junto con pan de sal o dulce como bolillos o conchas, mientras que en países como México y El Salvador comúnmente es acompañado de tamales, incluso hay quienes le dan una aplicación de uso medicinal para estabilizar y dar líquidos a pacientes con diarrea, en tanto que en estados como Puebla tiene un sabor salado y basado en chile.
¿Cuáles son los atoles para el Día de Muertos?
El primero es el atole de cempasúchil, la flor tradicional de esta temporada, pues además de su uso ornamental es utilizada en sopas y tamales, para el atole en una olla se hierve un poco de piloncillo en dos litros de agua, se agregan 100 gramos de masa de maíz blanco, la cual previamente es diluida en agua, para al momento que espese añadir media taza de pétalos de cempasúchil.
Otra opción es el atole de ceniza, el cual se elabora con ceniza obtenida del fogón con cáscaras de cacao o pelos de elote, disuelta en agua y endulzada con azúcar o panela, incluso este se acostumbra servir a las mujeres que acaban de dar a luz, así como a personas enfermas; a la lista se suma el atole de calabaza, mediante el que se busca aprovechar el dulce de calabaza en tacha.
Por su parte el atole blanco con dulce de calabaza, aunque pareciera similar al anterior, tiene la diferencia de que esta bebida es preparada, como su nombre lo dice, con masa blanca; la lista la cierra el atole de nalga, el cual se caracteriza porque está hecho a base de maíz negro y piloncillo, este suele ser servido con los “tamales de pedo”, los cuales son elaborados con masa de maíz negro.