La nuez de castilla no es solo un alimento en la comunidad de San Pedro Yancuitlalpan. Con este producto, los habitantes de la región elaboran artesanías y hasta juguetes, entre ellos el yoyo.
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Un ejemplo de ello es Bonifacio Cholula, habitante de la comunidad y cronista, quien elabora juguetes con este alimento, especialmente con piezas que pueden reunir de dos a once nueces.
En entrevista, narra que la nuez tiene un significado muy importante para los habitantes de la junta auxiliar perteneciente a San Nicolás de los Ranchos, pues desde la infancia son guiados para elaborar un sinfín de piezas con este producto.
En el caso particular del yoyo, este se compone de dos nueces, una encima de la otra. Sin embargo, aunque a simple vista pareciera ser un objeto ordinario, su magia está al interior, presume.
Para elaborarlo, primero se debe pelar una nuez en su totalidad, hasta dejar hueco su cascarón. Enseguida, con apoyo de un cuchillo y un desarmador, le perfora dos pequeños orificios en ambos extremos, para después hacer un tercero en la unión de ambas cáscaras.
Con ayuda de una varita y un trozo de hilo, Bonifacio explica que estos deben coincidir para que, al jalar de un extremo de la hilaza, esta haga girar la segunda nuez, la cual es colocada por encima de la primera, es decir, la del cascarón hueco.
Finalmente, la segunda, con aún el fruto dentro, es perforada con ayuda de las mismas herramientas en su interior, pues es la que dará vuelta con el hilo con el que está sostenida.
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Cabe mencionar que, las artesanías elaboradas con este producto van desde hormigas, hasta diversos animales, como catarinas, los cuales son comercializados cada fin de semana en esta junta auxiliar, ubicada a cinco minutos de la cabecera municipal de San Nicolás.