Con una inversión inicial de 11 millones 500 mil pesos fue restaurada la primera etapa del conjunto conventual franciscano de Cuautinchan.
Así lo informó, Alejandra Frausto Guerrero, Secretaria de Cultura del Gobierno de México, durante la entrega del templo del conjunto a la comunidad de San Juan Bautista, al medio día de este martes 5 de julio.
Un minuto y medio, y 7.1 grados Richter, bastaron para que, el conjunto conventual franciscano del siglo XVI de Cuautinchan sufriera graves afectaciones que lo mantuvieron cerrado casi cinco años. A partir de ahora se podrán impartir misas a la comunidad y podrá ser visitado.
Durante el acto, Frausto Guerrero, se hizo acompañar por, Diego Prieto Hernández y Manuel Villarruel Vázquez, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia federal y director del centro INAH Puebla, respectivamente; el presidente municipal, Daniel Torres García y Cecilia Tapia, de la asociación Amigos de Cuautinchan.
DEVUELVEN ESPLENDOR Y GRANDEZA
El 19 de septiembre de 2017, un sismo de 7.1 grados en escala Righter sacudió la región y con ello, derribó las ilusiones de la comunidad de Cuautinchan, cuyas tradiciones y costumbres giran en torno a la fe, cuando el conjunto conventual franciscano del siglo XVI sufrió severas afectaciones. El templo mantuvo cerradas sus puertas casi cinco años en los que las liturgias, sacramentos y fiesta patronales se verificaron en la parroquia del pueblo.
Para devolver el esplendor y la grandeza al conjunto conventual franciscano del siglo XVI de San Juan Bautista Cuautinchan, se invirtieron 11 millones 500 mil pesos que, en su mayoría, se destinaron para restaurar y asegurar la estructura del templo conventual, expuso la secretaria federal.
“La estructura es lo más importante, porque da la certeza y seguridad de que el ex convento puede volver a abrir sus puertas y que pueda entrar la comunidad. Faltan cerca de cuatro millones de pesos para la intervención, y estamos estimando concluir a finales del próximo año.”, señaló Frausto Guerrero.
La secretaria agradeció a la comunidad de Cuautinchan por su paciencia y adaptabilidad para no parar el culto y sus costumbre alrededor de la fe. Y dijo: “Las manos de esta comunidad construyeron este templo y son quienes tienes las capacidades de reconstruirlo y mantenerlo (…) agradezco a Ceci Margaona (de la fundación amigos de Cuautinchan) por su trabajo y entrega a esta comunidad que es ejemplar”.
“No vamos a irnos hasta concluir la restauración plena del inmueble, no solo por el cariño que le tengo a Cuautinchan, sino por el cariño que le tenemos al patrimonio de México”, aseveró, y mencionó, que ella conoció el pueblo desde pequeña y tuvo oportunidad de participar de sus costumbres y tradiciones.
Por su parte, Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, confió en las acciones que realizará Frausto, en el compromiso del presidente de la República y en el apoyo del gobierno del estado de Puebla, para dar continuidad a los trabajos de restauración.
“A partir de hoy, se podrán impartir liturgia en el templo del conjunto, que durante todo este tiempo tuvieron que celebrarse en la parroquia (…) La comunidad de este pueblo ha resistido mucho pero aún falta bastante trabajo por hacer”, advirtió Prieto.
“De los 621 inmuebles del estado de Puebla dañados por el sismo de 2017, se han intervenido el 64%, y (el proyecto) está programado concluir en 2023. Todavía tenemos mil doscientos millones de pesos para ejecutarlo”, detalló el director del centro INAH Puebla, Manuel Villarruel.
INTERVENCIÓN DEL CONJUNTO CONVENTUAL
El proyecto de intervención de esta primera etapa incluyó estudios, análisis y revisiones previos a los trabajos que arrancaron en mayo de 2022 en acuerdo con la comunidad, la fundación Amigos de Cuautinchan, las autoridades eclesiásticas y municipales.
La empresa Espacios Arquitecto, fue la encargado de ejecutar el proyecto de restauración, apoyada por integrantes de la comunidad y bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Las acciones emergentes realizadas fueron de diversa índole como la protección de bienes inmuebles: esculturas y pinturas, así como piezas de valor histórico y cultural como los retablos el pulpito y el órgano. Se hicieron en la torre campanario norte, en la fachada principal, y en los agrietamientos de bóvedas, muros y contrafuertes entre otros.