Para conmemorar el centenario del natalicio de Benito Juárez, hace más de un siglo se colocó su escultura en la plazuela de San Pablo, frente a la Estación del Ferrocarril Mexicano que él mismo vino a inaugurar en 1869. Veinte años después el monumento fue trasladado a la Avenida La Paz, que más tarde también se honraría con su nombre.

En torno a la escultura de Juárez, en Puebla siempre han existido mitos como el que afirma que el personaje chifla o el que dice que su cabeza es una réplica que se le colocó al cuerpo de una estatua de un expresidente de Norteamérica que estaba arrumbada en una bodega porque tiene detalles curiosos como el bastón, que él no utilizaba.

¿Por qué se hizo un monumento a Juárez?, ¿por qué se trasladó?, ¿es de bronce?, ¿son verdad los mitos que existen en torno a la escultura?

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CULTO A SU MEMORIA

En 1903, para conmemorar el centenario del natalicio de Benito Juárez que se celebraría el 21 de marzo de 1906, el Congreso de la República planeó exaltar su figura y emitió un decreto, expone el investigador David Ramírez Huitrón, fundador de Puebla Antigua.

“El decreto era que, en todas las capitales del país, se debía construir un monumento del Benemérito de las Américas que debía colocarse en alguna plaza pública, y además, se debía poner su nombre a alguna calle o avenida”, explica.

“El congreso emitió la proclama con el beneplácito de Porfirio Díaz, quien buscaba legitimarse en la consolidación del Estado mexicano como artífice del México Moderno junto con Benito Juárez. Para cumplir con este decreto se formó una comisión encabezada por el empresario Othón Balcázar”, agrega.

ESCULTURAS ¿DE BRONCE?

La empresa que se encargó de realizar las esculturas de Juárez que se colocaron en todo el país fue “Casa Mullins”, una empresa norteamericana con sede en Salem, Ohio, de la cual Othón Balcázar era representante.

“Nada tonto porque él fue beneficiado, se encargaron de hacer las esculturas y ellos se las vendieron a todos los ayuntamientos junto con las placas de los monumentos y las calles que llevarían el nombre de Juárez, como pasó en Puebla”, advierte.

“Se fundieron en Estados Unidos en un material que ellos llaman ´lámina de bronce repujado´, que en realidad es latón. Hay tres formatos: el busto, que es solo la cabeza; y la escultura de cuerpo completo en dos tamaños: uno de 3 metros de altura y otro de 2.10”, detalla.

Todas las esculturas con iguales pero varia el formato, asegura, y agrega que cada ayuntamiento tenía que pagar su propia estatua y los costos fueron los siguientes: el busto 2,500 pesos antiguos; la grande 5 mil pesos antiguos; y la chica 3,100 pesos antiguos.

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El investigador enfatiza que para generar recursos y financiar las costosas esculturas se realizaron diversas actividades como corridas de toros, kermeses y en el caso de Puebla, se hicieron suscripciones para que particulares y empresas donaran dinero, la escultura que se compró fue la de 2.10 metros.

SE INAUGURA EL MONUMENTO

El 16 de septiembre de 1869 Benito Juárez vino a inaugurar la Estación del Ferrocarril Mexicano, por este motivo se decidió que el lugar para colocar su monumento sería la plazuela de San Pablo, hoy conocida como el jardín del Señor de los Trabajos, que está enfrente de los ferrocarriles.

"El monumento lo inauguran el 21 de marzo de 1906 y a partir de ese momento, esa calle se vuelve Avenida Juárez, es decir, la once a partir de Reforma hacia el norte, hasta la 20 poniente”, señala.

“Cada tramo de calle llevaba un número y el nombre: primera de Benito Juárez, segunda de Benito Juárez, así hasta llegar a la décima de Benito Juárez que era la 20 poniente. Si viajaras en el tiempo y preguntas por la Avenida Juárez te dirían: es la calle que pasa frente a los ferrocarriles”, detalla.

¿POR QUÉ TRASLADARON LA ESTATUA?

La Avenida 7 Poniente, más conocida como Avenida La Paz (hoy Juárez), ya estaba proyectada para que creciera hacia ese lado de la ciudad, con todo y sus rotondas. “En 1926 trasladaron el Monumento de la Independencia, sobre la 19 sur. Entonces se preguntaron ¿Qué vamos a poner en la otra rotonda?, sobre la 25 sur, dijeron, vamos a poner a Benito Juárez que es el artífice de la República”, subraya.

El investigador asegura que para trasladar la escultura que estaba en el jardín de San Pablo hicieron todo un proyecto, llevaron una grúa y todo lo necesario, pero hubo una anécdota muy chistosa.

“Según Cordero y Torres, el día que la iban a quitar, un parroquiano que estaba en la pulquería de la esquina salió y les dijo a los ingenieros: ´deme usted dos pesos y yo me lo llevo caminando´, lo tiraron de a loco, pero resulta que el señor la bajo y se la llevó porque la escultura era de latón y no de bronce como se pensaba. ¡Imagínate! fue un drama, un monumento que costó tan caro para ese entonces y el muñeco era de latón”, enfatiza.

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“El pedestal en el que se encuentra actualmente me parece tiene 10 metros de altura. Arriba le da la vuelta a la columna el mensaje: ´El respeto al derecho ajeno es la paz´; también tiene el compás y la regla que es símbolo masón. En la parte inferior había una placa muy vistosa que vandalizaron a los meses de inaugurarla, porque mucha gente no quería a Juárez”, asegura.

EL HIJO INCÓMODO DE JUÁREZ

En torno al monumento de Juárez en Puebla siempre han existido mitos, refiere el investigador, como el que afirma que la escultura está formada por una réplica de la cabeza del benemérito que se hizo aquí en el estado y el cuerpo de Abraham Lincoln, que se encontró en una bodega.

“Este mito surgió porque la escultura viste frack y porta bastón, y Benito Juárez nunca vistió así ni uso bastón, al contrario, siempre andaba muy austero con su levita (traje) y una camisa blanca que dicen tuvo por años”, señala.

“Lo que sucede es que cuando se hicieron las esculturas, Othón Balcázar utilizó como modelo al hijo de Juárez, a Benito Juárez Maza, que dicen tenía el cuerpo igualito al de su papá. Él era el hijo incómodo del presidente, vivía como junior en Estados Unidos y, a diferencia de su padre que era bien republicano, se daba vida de rico, vestía frack y siempre estaba rodeado de mujeres”, advierte.

Todas las esculturas de los monumentos de Juárez en el país tienen el mismo molde, el cuerpo del hijo y la cabeza del retrato del Benemérito que autorizó su hijo, dice, y agrega: “Él mismo institucionalizó la imagen de su papá y obtuvo los derechos sobre ella. Esta base sirvió no solo para las estatuas, es la misma que se ha usado en monedas y billetes, en todo lo que se ha necesitado utilizar el retrato de Benito Juárez”.

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EL MILPERO

Ramírez Huitrón dice que hasta 1929, la última construcción de la Avenida La Paz era la Casa Giacopello (Casa de los Enanos), sobre la 17 sur, y Benito Juárez estaba hasta la 25 sur, y ahí ya no había nada, eran campos de maíz conocidos como “el milpero”.

“Había gente que iba a recoger la producción de sus milpas y decía que cuando volteaban, Juárez ya no estaba, que se había bajado y que les chiflaba. Lo que pasa es que al estar a la intemperie y ser de latón, la escultura se fue picando con el paso del tiempo; como estaba despoblado, soplaba mucho viento que se colaba por los hoyitos y se escuchaba como si chiflara. Dicen que en un festejo alguien le metió un balazo a la escultura y por eso ya no hace sonido, porque el aire pasa directo”, concluye.

Para conmemorar el centenario de la expedición de las Leyes de Reforma y en el marco del 153 Aniversario del natalicio de Benito Juárez, el 21 de marzo de 1959, se otorgó el nombre de Avenida Juárez al tramo comprendido de la 13 sur hasta la Fuente de los Frailes, que en ese tiempo era conocida como Avenida La Paz. Consta en el volumen 2062 de los expedientes del Archivo General Municipal de Puebla.