Las monedas mexicanas han pasado de ser un objeto para la realización de transacciones a ser un objeto preciado por los coleccionistas, que le han puesto especial atención a los detalles de cada una de ellas e incluso han descubierto algunas peculiaridades, como el hecho de que el conjuntar algunas de ellas se puede formar el Calendario Azteca.
Y es que el peso mexicano destaca a nivel internacional por enaltecer el esfuerzo que ha realizado el pueblo a lo largo de la historia, además de reconocer su cultura, en diseños que incluyen a personajes históricos, zonas arqueológicas, especies endémicas y hsata La Piedra del Sol.
El artista yucateco Tuyael se dio a la tarea el pasado mes de enero de ilustrar las partes que fueron tomado del Calendario Azteca y que con el paso de los años fueron incorporadas en las monedas de distintas denominaciones que tiene México.
¿QUÉ ELEMENTOS CONFORMAN LA PIEDRA DEL SOL?
Todo comienza con la moneda de diez pesos, que tiene en su centro a Tonatiuh, también conocido como el quinto sol, mismo que se encuentra representado con el símbolo Ollín, con una lengua de cuchillo llamado Técpatl, el cual era utilizado para los sacrificios en honor a esta misma deidad.
La imagen también cuenta con representaciones de los soles que, se dice, iluminaron al mundo antes del que conocemos, el cual se dice que también tendrá un final ocasionado por terribles terremotos.
La siguiente moneda que aporta otro elemento a este mítico diseño es la de dos pesos, el cual contiene el tercer anillo, en el cual eran representados los 20 días del mes mexica, que se repetían a lo largo de los 18 meses que tenía de duración el año solar, con respecto a las fases de la luna, que arrojaba un total de 360 días.
Estos símbolos también representan la sincronización de los calendarios del sol y de la luna, el cual se daba cada 52 años, para originar la celebración del Fuego Nuevo y con ello el inicio de un nuevo ciclo.
La composición continua con la moneda de un peso, la cual está enmarcada por el cuarto anillo, en el que se ilustra la relación entre el astro rey y venus, mediante ocho rayos del sol y 40 pequeños mundos llamados quincunces, mediante las que se designaban los rumbos del universo.
El diseño concluye con la moneda de cinco pesos, enmarcada por el octavo anillo, que es considerado como una representación de la Vía Láctea, que es interpretada por dos serpientes Xiuhcoatl, la cual era el arma sagrada del dios Huitzilopochtli, además de que este elemento también es un recuerdo de los 13 cielos que conforman la cosmogonía de los pueblos nahuas.