Uno de los personajes más controvertidos de la política mexicana es Gustavo Díaz Ordaz, ex presidente de México, quien nació el 12 de marzo de 1911 en San Andrés Chalchicomula, hoy conocido como Ciudad Serdán.
La familia Díaz Ordaz dejó Oaxaca para mudarse a San Andrés donde vivieron pocos años pero el tiempo suficiente para que naciera Gustavo, un niño inquieto que dicen andaba de brazos en brazos.
A pesar que durante su administración hubo un crecimiento económico significativo para el país, su gobierno siempre será recordado por la masacre de Tlateloco, hecho por el que es recordado con resentimiento por muchos san andreseños que no se sienten ni orgullosos ni identificados con él, aunque otros sí manifiestan respeto a su figura.
LA FAMILIA SE AFINCA EN SAN ANDRÉS
Ramón Díaz Ordaz, papá de Gustavo, tenía relación política con Porfirio Díaz (hay quien dice que eran familiares), quien le dio la encomienda de ser Jefe Político en el llamado “Granero de México”, nombre que le fue otorgado a San Andrés Chalchicomula durante La Colonia.
La familia Díaz Ordaz dejó Oaxaca, de donde eran originarios, para mudarse a Chalchicomula. Al llegar se asentaron en la casa de doña Teresita Bustamante Montiel quien tenía en renta la mitad de su casa ubicada en la calle Reynoso No. 11, hoy 5 oriente.
Los Díaz Ordaz llevaron una vida tranquila y tradicional, en casa la madre se dedicaba a la crianza de los hijos y el padre desempeñó sus funciones políticas de 1908 a 1911, según consta en el salón de Presidentes Municipales del Museo Casa La Magnolia de Chalchicomula.
NACE EL FUTURO PRESIDENTE
En el acta de nacimiento del ex mandatario consta que nació el 12 de marzo de 1911 a las dos de la mañana y fue presentado por sus padres, Ramón Díaz Ordaz Rodenet y Sabina Bolaños Cacho de Díaz Ordaz, en la oficina del registro civil ante el juez Alejandro Mesa, el día 16 del mismo mes y año en curso, a las 9 de la mañana. El niño quedó inscrito bajo el nombre de José Gustavo del Santísimo Sacramento.
En el acta también consta el nombre de sus abuelos: Julián Díaz Ordaz y María de Jesús Rodenet de Díaz Ordaz, por parte del padre; y Ramón Bolaños y Sabina Cacho de Bolaños, por parte de madre.
Fungieron como testigos del acto, el poblano Gregorio C. Leal, médico de profesión y Gonzalo Gómez, notario público originario de Tlanepantla Estado de México.
RECUERDOS DE LA CASERA
“Don Ramón fue Jefe de Gobierno, y recuerdo que cuando se fue a Oaxaca, dejándonos muy gratos recuerdos, mi hermano Nacho se quedó de Jefe de la Estación de Ferrocarril que había en Tlachichuca”, declaró Teresita, la casera, en entrevista exclusiva para este medio en 1965, cuando ella tenía 88 años.
“Era un pequeño saludable, alegre, que corría por el patio y que iba de brazos en brazos. Don Ramón y doña Sabina eran tan estimables que las gentes reflejaban en el pequeño todo ese cariño”, dijo al referirse al niño Gustavo.
De igual forma recordó que en un cumpleaños de Ramón Díaz Ordaz se estrenó la primera planta de luz de San Andrés Chalchicomula, los músicos que amenizaron el evento fueron Los Panchos: “En la calles había mucho entusiasmo. La calle de Reynoso, donde está la casa, estaba llena de luminarias de leña, que puso la gente del pueblo como muestra de regocijo por el estreno de la luz”.
¿POR QUÉ CHALCHICOMULA?
Geográficamente Chalchicomula era una región importante para el país, principalmente por su economía, pero también por su ubicación.
“Era sumamente importante para el comercio, para el desarrollo, era la entrada a lo que fue antiguamente el mercado de Tepeaca y el de Tlateloco. Fue un punto estratégico, porque para ir a Veracruz, Oaxaca o Ciudad de México, se recorre exactamente la misma distancia desde aquí”, asegura Adrián Silva, coordinador regional de bibliotecas públicas y miembro de la crónica del estado.
Refiere que Chalchicomula era conocida como “El Granero de México” porque desde sus inicios hasta mediados del siglo XX, tuvo una alta producción de cereales, maíz, cebada, trigo y leguminosas, además de la crianza de ganado y la explotación de madera y leche.
“Al grado de que el primer congreso agrario postrevolución se hizo aquí; fue tan fuerte económicamente que tenía su moneda propia: el billete de la junta comercial del Banco de San Andrés Chalchicomula. Fue un bastión político, de hecho todos los presidentes lo han visitado”, advierte.
UN PERSONAJE POCO QUERIDO
“Es una casualidad que Gustavo Díaz Ordaz haya nacido en San Andrés Chalchicomula tomando en cuenta que sus hermanos y papas nacieran en Oaxaca. Radicaron poco tiempo aquí, no hay datos comprobables acerca de cuando regresó la familia a Oaxaca”, señala.
Gustavo Díaz Ordaz vivió la mayor parte de su infancia y adolescencia en Oaxaca. Regresó a Puebla a estudiar leyes en la UAP, pero su carrera política la hace en Ciudad de México. “Empezó a figurar y es nombrado secretario de gobernación de Adolfo López Mateos. Dice que él era el que tomaba las decisiones y que por eso gobernó 12 años”, detalla.
Pero haber sido Presidente de la República no ha sido suficiente para que los habitantes de Chalchicomula, hoy Ciudad Serdán, sientan empatía por él.
“Hay personas que se sienten orgullosos de que un Presidente de la República haya nacido en Chalchicomula pero mucha de la gente no quiere a Díaz Ordaz por la matanza de Tlatelolco en el 68. Es un tema controvertido, hay personas que quieren retirar el monumento a Díaz Ordaz que está en el bulevar”, expone.
DE VUELTA A CASA
Cuando la familia regresó a su natal Oaxaca, no se volvió a saber de ellos hasta que Gustavo Díaz Ordaz empezó a figurar como diputado, luego como senador y después como secretario de gobierno de Adolfo López Mateos.
El cronista refiere que cuando Díaz Ordaz regresó a Chalchicomula fue cuando cerró su campaña política como candidato a la Presidencia de la República, el 21 de junio de 1964.
Recuerda que ya como Presidente regresó a inaugurar el Mercado Municipal, la escuela de capacitación, el bulevar Parque José Vía Morelos donde está su monumento y las bodegas Conasupo que hoy están a cargo del comisariado ejidal.
“Yo diría que la intención que tuvo Gustavo Díaz Ordaz fue mejorar su tierra de una u otra manera, tal vez por imagen, el problema fue la política interna de la población que empezó con los abusos y a desviar dinero, lo que provocó que se cancelaran los recursos”, sentencia.
El mercado del pueblo era tipo colonial, la estructura formaba parte del convento franciscano, pero las instrucciones fueron modernizarlo y el pecado fue el haber permitido que se destruyera y se hiciera solo una explanada.
“Era muy bonito, yo era un niño cuando el vino a inaugurar el mercado y tengo bien grabado lo que les dijo a los que se habían encargado de la obra, lo escuché diciéndoles: ´Los mande a reconstruir, no a desmadrar´. Estaba muy molesto, por la calidad de obra que le entregaron”, asegura.
Ese mismo día Díaz Ordaz inauguró la escuela de capacitación femenil en la que fue la casa que lo vio nacer. “La propiedad era mucho más grande de lo que es hoy la escuela incluso el Teatro Manuel M. Flores formaba parte del terreno. Ahí iban a estar los Talleres Gráficos de la Nación, han de haber dicho aquí había espacio suficiente para instalar ese tipo de maquinaria, pero al final ya no se instalaron aquí”, detalla.
UN HOMENAJE A SUS PADRES
La Academia de Capacitación Femenil “Profesora Sabina Bolaños Cacho de Díaz Ordaz” y la biblioteca “Ramón Díaz Ordaz”, fueron inauguradas por el entonces Presidente Gustavo Díaz Ordaz, justamente un año después del cierre de su campaña en Chalchicomula, el 21 de junio de 1965.
Además de la academia y la biblioteca inauguró el dispensario médico y el servicio dental, todo instalado en la vieja casa remozada. De esta manera dio satisfacción a sus anhelos infantiles de servir al pueblo que lo vio nacer, pero lamentablemente sus padres no pudieron estar presentes en el homenaje para ellos.
“La escuela fue un obsequio del coronel García Valseca para su amigo entrañable, Gustavo Díaz Ordaz, en homenaje a sus papás”, expone la profesora Yolanda Zarate Lechuga, quien por más de dos décadas ha sido la directora de la institución.
Enfatiza que García Valseca quería que las mujeres san andreseñas que estaba en sus hogares como amas de casa se capacitaran en otras disciplinas para que estuvieran económicamente mejor.
“Por eso es femenil. Cuando se inauguró había una guardería, las señoras llegaban con sus criaturas y mientras estudiaban, las dejaban en la guardería. Las careras que había eran: cocina y repostería, cultura de belleza, y corte y confección. También había unos lavaderos que desaparecieron por el temblor. Las mamás dejaban a sus hijos en la guardería mientras estaban en clase o lavaban”, asegura.
Zarate asegura que los primeros tres años fue el coronel García Valseca quien les pagaba a los docentes que en ese momento buscaron de la comunidad, así como escuela particular. Después le entregó la escuela a la Secretaria de Educación Pública y el sistema educativo se encargó de pagar al personal, hasta la fecha.
“Cuenta la historia que la casa estaba dividida, una parte era de la señorita Teresita Bustamante que era la dueña quien la vendió la parte que habitaron los Díaz Ordaz a la familia Poceros, quienes después le vendieron García Valseca”, concluye.
La historia de esta casa se remonta a tiempos de la Colonia, en su traza original se aprecian dos sectores, el norte en el que habitaban los naturales y el sur por los españoles. Estaba situada a la orilla de la antigua Calle Real que era el camino de los viajeros entre México y Veracruz. En el siglo XVIII se reconstruyó y se amplió, con una superficie total de 761.98 metros, de los cuales 498.22 están ocupados por la construcción.