En un pequeño rincón de Brooklyn, Nueva York, donde las luces de neón se entrelazan con la vida pulsante de la ciudad, se encuentra una lavandería modesta que parece llevar el peso del mundo en su interior.
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Entre el ruido del agua y el suave roce de las prendas en la lavadora, María Luisa Romero, originaria de Puebla, se convierte en la “Mujer Maravilla” de su propia narrativa.
Vestida con un traje que brilla como los colores patrios de su tierra, su historia es un reflejo de la lucha y el sacrificio que millones de migrantes enfrentan en busca de un futuro.
Aunque ya pasaron varios años desde que la artista Dulce Pinzón dio a conocer la serie fotográfica "La verdadera Historia de Los Superhéroes", en donde incluye a María Luisa.
Hoy en día, visibilizar a los migrantes es algo que sigue presente, ya que el estado de Puebla tiene más de 2.8 millones de ciudadanos en el país vecino que siguen siendo héroes anónimos.
Su obra, se ha encargado de visibilizar la vida de estos héroes que, a menudo, quedan sumidos en la invisibilidad social de Estados Unidos.
María Luisa, quien trabaja incansablemente en una lavandería de la Gran Manzana, es uno de esos héroes. Con una jornada que abarca largas horas, recibe apenas 150 dólares a la semana, una suma que suena irrisoria.
De acuerdo con el Gobierno de México, la artista considera que la noción de héroe surge al reconocer a personas que tienen el valor de enfrentar situaciones de peligro o que sacrifican su vida ante una desgracia nacional o mundial.
En la cotidianidad de la vida, es fundamental elevar el sacrificio que realizan los migrantes por sus seres queridos, la materialización de los sueños de quienes esperan en casa, y el extraordinario valor de sobrevivir en condiciones adversas.
En la cultura pop, los superhéroes suelen ser personajes con poderes sobrenaturales, destinados a proteger y salvar a los demás. Sin embargo, desde la perspectiva de Dulce Pinzón, los migrantes se presentan como héroes emblemáticos tanto de la cultura popular estadounidense como mexicana.
En sus retratos, capturados en sus ambientes laborales, se enfatizan los valores del sacrificio diario y la resiliencia.
Cada imagen de esta serie fotográfica está disponible en las redes sociales de Dulce Pinzón y se pueden apreciar (como la representación de María Luisa Romero) en la página oficial del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA).
El propósito de cada fotografía es rendir homenaje a hombres y mujeres que, a pesar de no poseer poderes sobrehumanos, contribuyen a la supervivencia y progreso de sus comunidades.
Dulce Pinzón es gestora cultural, empresaria, curadora y activista comprometida con la justicia social. Ha liderado campañas en defensa de los derechos laborales en Nueva York y ha colaborado con las Naciones Unidas.
Formada en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), así como en Fotografía en la Universidad de Indiana en Pennsylvania y el International Center of Photography en Nueva York, su trabajo fotográfico se caracteriza por construir imágenes que "inventan" realidades a través de referencias culturales.
Su obra ha recibido reconocimiento a nivel internacional, siendo nominada al prestigioso premio Prix Pictet, así como a los premios de la Fundación Ford y la Fundación para las Artes de Nueva York.