En la ciudad de Puebla, específicamente en la Colonia Los Pilares, sobre la 24 Sur, se encuentra un establecimiento que ha dejado una huella en el paladar de sus clientes a lo largo de los años. Hot dogs El Original Chaparrito, fundado en 1965, ha mantenido viva la receta tradicional que lo ha convertido en un lugar emblemático para los amantes de este producto, incluido como uno de los reyes de la comida rápida.
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La historia de este puesto de hot dogs se remonta a un momento difícil en la vida de Emigdio Mariscal Cruz. Tras el fallecimiento de su padre, con tan solo 13 años de edad se vio obligado a emprender y tomar la responsabilidad de mantener a su familia, “era por necesidad”, menciona José Octavio Zarate, sobrino del fundador.
Durante las mañanas, Emigdio trabajaba en un taller mecánico, mientras que por las tardes y noches salía a vender sus hot dogs en la esquina de la 2 Sur con 11 Poniente del Centro Histórico, en los alrededores de la panadería Covadonga. En aquellos años había numerosos puestos similares en los alrededores del primer cuadro de la ciudad.
Emigdio decidió ubicarse afuera de la panadería por dos razones. En primer lugar, él mismo preparaba el pan y obtuvo permiso para elaborarlo dentro de la panadería. En segundo lugar, aprovechaba que las personas que compraban pan también adquirían su "jocho", como popularmente se les conoce a los hot dogs.
Un dato importante es que en aquellos años el Paseo Bravo era donde más se colocaban puestos de hot-dogs, pero según recuerda el sobrino, existía una “mafía”, ya que una sola persona era el dueño de todos los negocios y si otra persona quería llegar a vender, se le cobraba “derecho de piso”. Ese también fue uno de los motivos por los cuales nunca operaron en dicha zona.
Todo casero
Lo que hacía especial a los hot dogs de Emigdio era su carácter artesanal: preparaba su propia salsa catsup, mayonesa y servía zanahoria rallada con jalapeños. Además, colocaba tres salchichas freídas dentro del pan, una característica distintiva que se mantiene hasta la fecha.
En aquel tiempo, la mayoría de los vendedores seguían el mismo enfoque artesanal. Sin embargo, surgieron en el mercado nuevos estilos de hot dogs, más pequeños, con una sola salchicha y pan de grandes empresas. Estos fueron llamados "los americanos" por la gente, y muchos negocios decidieron adoptar este nuevo modelo.
Emigdio, sin embargo, no se dejó influenciar y decidió mantenerse fiel a su receta original. Por ese motivo, su puesto fue conocido como "El Original", y posteriormente se le agregó el nombre de Chaparrito, en referencia al dueño del establecimiento, ya que así lo conocía la gente.
“No nos afectó (el nuevo estilo de hot-dog), nos benefició la verdad, porque nos dio la exclusividad, la gente venía y nos decía que prefería nuestros tradicionales, ya que se acostumbraron, además de que es algo distinto hasta la fecha”, asegura José.
Se mudan a las 24 Sur
Después de más de 15 años en su ubicación original, la panadería se mudó la 24 Sur, en la Colonia Los Pilares. Emigdio tomó la decisión de trasladarse junto con ellos, con el objetivo de preservar la tradición y asegurarse de que El Original Chaparrito siguiera siendo un referente en la ciudad. En la actualidad se ubica en el número 4903 de esa calle.
Aunque al principio fue un desafío estar alejado del centro de Puebla, tras aproximadamente 10 años, el negocio logró recuperarse y reconquistar a sus clientes habituales. La gente volvió a encontrar al ´Chaparrito´, y el éxito del negocio resurgió.
Fue involucrando a la familia
A medida que el negocio operaba, Emigdio fue involucrando gradualmente a su familia en su operación. Desde sus hermanos hasta sus sobrinos, todos participaron para que la gente los reconociera y el negocio pudiera seguir prosperando incluso cuando él no estuviera presente, “no nos dimos cuenta de lo que él estaba haciendo, y estoy muy agradecido con eso”, afirma el sobrino.
En el año 2010, Emigdio falleció, generando tristeza en familiares y clientes. Aquellos que lo recordaban como una persona fuerte que mantuvo a su familia unida sintieron una profunda tristeza.
“Hay gente que viene de Estados Unidos a la fecha buscando a mi tío, le decimos que ya no está y no lo pueden creer a pesar de que ya han pasado bastantes años (…) se sorprenden porque era un guerrero en su trabajo, ya que se enfrentó a los momentos más difíciles del negocio, entonces las personas se sorprenden y para la familia fue el momento más duro”, comenta Octavio, quien está a cargo del negocio.
Continúan con lo artesanal
Hoy en día, la segunda generación, encabezada por el sobrino de Emigdio, ha tomado las riendas del negocio. A pesar de las dificultades y las pérdidas sufridas, continúan honrando la receta original y manteniendo viva la esencia de El Original Chaparrito.
Ha implementado más productos a su carta, como papas a la francesa, salchipapas, alitas, entre otros productos, que la misma familia prepara para no perder la tradición. Además de que, por petición de la gente, crearon un hot-dog “especial”, apodado “El Llorarás”, que se compone no por 3 sino por 5 salchichas, más el resto de los ingredientes.
Para mantener cercanas a las personas, desde hace dos años realizan un torneo para descubrir cuántos ´hot-dogs especiales´ resisten comer sus clientes. Actualmente el récord lo tiene un hombre, quien se comió 8 piezas en tan sólo 5 minutos, recibiendo premios por parte del local.
“Me siento orgulloso, porque por este pequeño negocio la familia creció, estamos agradecidos con las personas porque han sido muy leales, nunca nos han dejado, y esperamos continuar contando con ellos”, finaliza Octavio.