Darle un sonido mexicano a la música judía es el reto que se propusieron los integrantes de la banda Klezmerson hace casi 20 años. “Nuestra búsqueda siempre ha sido el empatar diferentes culturas. En un principio sólo quisimos responder a la pregunta ‘¿qué pasaría si logramos comunicar dos culturas como la judía y la mexicana, que parecen ser tan diferentes, pero que en realidad son muy parecidas?’. La idea nos pareció atractiva porque, del mismo modo en que hay mucha gente que tiene más de una raíz —como es mi caso particular que comparto la judía y la mexicana— la música puede tener infinidad de orígenes”, dice Benjamin Shwartz, director de Klezmerson.
La banda se presentará este sábado en el concierto Transfrontera CU, en las islas de Ciudad Universitaria, como parte de las celebraciones de los 70 años de su inauguración, a cargo del entonces rector de la UNAM, Luis Garrido Díaz, y el presidente de la república Miguel Alemán. El evento se realizará de las 12:00 a las 14:30 horas, con acceso libre y participarán además Carina López, Leika Mochán, Gustavo Nandayapa, Gabriel Queso Bronfman, el arpista Celso Duarte y el acordeonista Jair Alcalá.
Shwartz cuenta que cuando se gestó el proyecto musical en 2003, éste solo había sido concebido para presentarse en salas de concierto, pero con el tiempo han encontrado cada vez más espacios en distintas partes del mundo. Hasta ahora, ha actuado en foros de países como Austria, Dinamarca, Bosnia y Herzegovina, Alemania, Canadá, Estados Unidos, aparte de toda la república mexicana.
LA MÚSICA KLEZMER Y MÉXICO
Al ser la música judía o klezmer una de las columnas vertebrales de Klezmerson, en cuanto a ritmos se le puede emparentar mucho con la música gitana o de otras comunidades de Europa del Este, explica Shwartz. Sin embargo, algo que la caracteriza es su “color muy claro”, gracias a que pueden estar presentes violines, clarinetes y hasta tubas, dependiendo del lugar donde se toque.
“Es una música muy adaptable que va tomando melodías de todos lados, itinerante y cambiante, viajera y festiva. Yo creo que pasa lo mismo con la música mexicana tradicional, que también es muy festiva, pero al mismo tiempo muy melancólica. Ambos estilos comparten muchos puntos en común y empata muy bien la sonoridad de una con la otra”, comenta el director musical.
Aunque actualmente la música klezmer ha encontrado un camino confortable entre los músicos contemporáneos, Shwartz relata que hace 19 años ésta no era una música demasiado popular.
“Yo veo que cada vez hay más gente interesada en la sonoridad de estos ritmos y melodías. Ahora hay más agrupaciones en el centro y norte del país. Además, me ha tocado ver que en varias partes de México reconocen las melodías judías y es que esto se debe a que es una música que ha migrado mucho. Creo que podemos hacer una relación en cuanto a los sentidos de esta música con la idea del concierto Transfrontera, que trata de comunicar todas las músicas del mundo”.
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Adelanta que el repertorio que tocarán en CU será una selección de las canciones publicadas en sus seis discos, además de algunas composiciones del reconocido saxofonista John Zorn y otras del mismo Shwartz, con las que ahora Klezmerson da una cara mucho más alternativa y ruidosa en la que lo tradicional sigue siendo tradicional, aunque no se toque de la misma manera.
“Es un honor que nos hayan contactado. Yo soy amante de todos los proyectos culturales que suceden en la UNAM. En este caso, hay un honor extra, porque yo fui el curador de todos los proyectos musicales que se van a tocar el próximo sábado. Estoy muy honrado de que confíen en mí para poder hacer una propuesta diferente y que la gente escuche cosas que van más allá de sus fronteras musicales”.