La victoria del general Porfirio Díaz sobre el ejército invasor cuando recuperó la ciudad de Puebla, dio origen a la que hoy conocemos popularmente como La Juárez.
Esta calle se planeó sobre una zona de llanos y aguas azufradas como una gran avenida en la que más tarde se agregaron monumentos alusivos a la historia, se construyeron casas lujosas y se abrieron comercios.
La Avenida Juárez fue sitio de reunión de los poblanos desde aquellos tiempos en los que era el lugar para comprar un auto o una prenda de moda, un buen libro o disfrutar una malteada en una fuente de sodas.
Hoy la zona esmeralda sigue siendo de gran interés comercial y financiero, y es testigo de la vida social de los poblanos que gustan de los placeres gastronómicos o la vida nocturna, pero también es testimonio vivo de celebraciones populares, actividades cívicas y manifestaciones.
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MANSIONES EN LA GRAN AVENIDA
“Mi bisabuelo era catalán, y no sé si construyó o compró su casa de La Juárez. El quedó viudo tiempo antes con dos hijas, una se murió y ahí vivió con mi abuela Francisca Serda”, expone José Ignacio Caso Bernat.
“En la familia se dice que ella se casó con mi abuelo, Francisco Bernat, en esa casa durante la época de la persecución cristera. Ahí vivieron y criaron a sus cuatro hijos: Guadalupe, Cecilia, Francisco y mi mamá, Cristina”, detalla.
Refiere que la casa era aledaña a la fábrica de automóviles Packard, y abarcaba, de la Juárez a la calle de atrás (9 poniente). Recuerda que cuando era pequeño, su mamá y su abuela, los llevaban, a él, a sus hermanos y a sus primos a las Atracciones Castañeda del Paseo Bravo, y se divertían mucho.
Sus abuelos se cambiaron de casa en la década de los setenta para irse a vivir a La Paz, cerca de la 29 sur, y la casa de La Juárez, quedó en renta.
“Mi abuelo se la rentó a su amigo, Antonio Bravo Hill, quien era propietario de ´Bravo Hill y Asociados´, broker de seguros. Cuando dejó la casa se les rentó a los hermanos Ocejo Tarno, que pusieron el restaurante ´La Tecla´ y estuvo un buen rato. Luego intentaron poner otro restaurante pero no prosperó. Ahora yo administro la propiedad y se la rento ha ´La Parroquia´ de Veracruz”, señala.
Cuando murió su abuelo, su tía vendió la parte trasera de la casa y lo que era el jardín (que colinda con Chedraui), a un conocido de la familia, Bartolomé Mongrell, quien hoy tiene ahí su veterinaria.
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ENTRETENIMIENTO EN LA JUÁREZ
Un restaurante que fue un ícono en Puebla fue el Charlie´s China Poblana del Grupo Anderson´s. Fue inaugurado en 1977 por, Javier Torreblanca Hinojosa y Emilio Maurer, junto con otros socios, en el mismo lugar donde estuvo Mr. Harries.
“Desde que lo abrieron fue un éxito y punto de reunión de los poblanos, todo mundo quería estar ahí, también era visita obligada del turismo nacional e internacional. Yo llegué como mandil en 1989, ya tenía tiempo en el ramo había estado en Pagaia, La Boom y Cuche´s, que era de los mismo dueños y me mandaron para allá”, expone Roel Merchant.
“Me capacitaron en la cocina un mes, hasta que me aprendí la carta, ingredientes y preparaciones, porque antes de sacarte a dar servicio, el gerente y el chef te hacían examen para describir uno a uno cada platillo y preparar los que se hacían en la mesa. El ´Ate´ fue el me hizo el examen”, comenta.
Refiere que el éxito del Charlie´s fue el tipo de servicio que ofrecía, un concepto de Grupo Anderson´s que era personalizado y relajado, no como el formalismo que reinaba en la época.
“Cada estación (5 mesas), era atendida por tres personas: Mandil, mesero y garrotero. El mandil era el que daba la hospitalidad, eran jóvenes con una buena posición y relaciones, conocíamos a toda la alta sociedad de Puebla y el ambiente era algo así como si invitaras a tus amigos a tu casa”, señala.
“El mandil era el que le daba ese plus que le hacía falta a los otros restaurantes y después nos copiaron este concepto del Grupo Anderson´s en toda el país. Nosotros levantábamos la orden y preparábamos los alimentos que se hacían en la mesa, cosa que ahora todos los restaurantes hacen”, agrega.
En 1989 se inauguró el “Camote-Bar”, del Charlie´s China Poblana, que fue punta de lanza para los negocios con este giro en la ciudad.
“El éxito del Camote fue del gerente, Álvaro Jiménez, el hizo que ese lugar fuera lo que fue. Los miércoles de Lady´s Night, eran la locura, igual viernes y sábado, los jueves nunca pegó. El Camote-Bar cerró en 1994, mientras que el Charlie´s China Poblana, en 1997”, concluye Roel.
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LO QUE DICE LA HISTORIA
Gran parte del siglo XVIII, todo lo que había de la 11 sur hasta el cerro de San Juan (La Paz), era conocido como el Rancho de San Sebastián Rivadeneira, eran campos pero no de cultivo por el tipo de suelo, era zona de aguas azufradas subterráneas donde había muchas pozas, expone el investigador David Ramírez Huitrón, fundador de Puebla Antigua.
“La ciudad empezó a experimentar un cambio importante a partir de la segunda mitad del siglo XIX, específicamente después de la Toma de Puebla, cuando el general Porfirio Díaz recuperó la ciudad”, advierte.
Mediante una estrategia muy temeraria, el general fingió que iba a atacar por el lado del Carmen y mando a varios soldados, asegura y agrega que, sus oponentes, principalmente conservadores y algunos belgas y austriacos que eran leales a Maximiliano, se la creyeron y se movieron hacia allá, pero el empezó su ataque del lado de San Javier (Penitenciaria).
“Porfirio Díaz, había establecido su cuartel general en la Hacienda del Cerro de San Juan (la punta del cerro de La Paz donde está la iglesia del Cielo) y desde ahí se movieron sus tropas hacia la ciudad en una especie de estrategia tipo tenaza en la que bajaron dos columnas adelantadas y una al centro, que él mismo lideraba, para ir cerrando el paso de la ciudad”, detalla.
“De esta forma el general tomó la ciudad la mañana del 2 de abril 1867 y esta fecha se vuelve un hito de la época porfiriana. De hecho, este acontecimiento llegó a tener más importancia que la Batalla del 5 de Mayo, porque ´la verdadera victoria sobre el ejército invasor´ fue esta, cuando Porfirio Díaz recuperó Puebla”, sentencia.
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LA GRAN VIALIDAD
Dicen que cuando el general y sus hombres bajaron del cerro de San Juan para tomar la ciudad, lo hicieron justo por el camino que ocupa hoy Avenida Juárez. Este fue el motivo por el que se planeó esta avenida, para destacar el logro de Porfirio Díaz con la Toma de Puebla.
“Después de este acontecimiento la ciudad se empezó a reconstruir y se planearon nuevas avenidas. El propietario del Rancho de San Sebastián empezó a ceder terrenos y se abrió la calle 7 poniente (Avenida Juárez) que en ese momento se le llamó ´Avenida del Vencedor´, por el triunfo del general Díaz”, señala.
“El trazo de esta nueva calle pretendía emular al paseo de la Reforma de Ciudad de México, es decir, una gran avenida con camellón central, con dos callecitas (una de ida y otra de vuelta) y jardines a los costados. Desde el trazo original estaba contemplada para ser una gran avenida con sus tres rotondas”, asegura.
Dice que en su primer trazo, la venida tenía tres rotondas y llegaba hasta la 19 sur, donde hoy está el Monumento a la Independencia; otra rotonda que ya no existe, estaba en la 15 sur.
La fuente monumental dedicada a “Motolinía”, Fray Toribio de Benavente, fundador de Puebla, ubicada al inicio de La Juárez sobre la 13 sur en el Paseo Bravo, es el remate visual de la gran avenida y fue inaugurada en 1921.
Después de la caída de Porfirio Díaz, esta avenida cambió varias veces de nombre, se llamó Avenida Guerrero, Avenida Morelos, y es hasta 1929 que se le queda el nombre de Avenida Juárez y la ciudad empieza a crecer de ese lado.
“A los cien años del natalicio de Benito Juárez, hay furor por honrar su memoria. Porfirio Díaz sigue en el poder y busca legitimar su presidencia, entonces empieza a promover una especie de culto a la figura del Benemérito de las Américas y se inauguran calles y plazas con su nombre. De hecho, la Avenida Juárez era la 11 norte, de la iglesia de Guadalupe hasta la estación del ferrocarril; a las calles aledañas se les nombran: primera de Benito Juárez, segunda de Benito Juárez, tercera, cuarta, quinta, etcétera”, expone.
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UNA AVENIDA SEÑORIAL
El Gobernador Mucio Martínez era buen amigo de Porfirio Díaz y fue un gran apoyo para él durante su carrera política. El junto con otras personas prominentes compraron parcelas del Rancho de San Sebastián para comenzar a construir sus casas, a partir de 1896.
“El ex gobernador pone el ejemplo construyéndose una mansión, su casa era tan grande que abarcaba de la Avenida Juárez a la 5 poniente y de la 13 a la 15 sur. Aún se conserva la fachada enorme de piedra negra, donde hoy está la librería y hay un pasajito pequeño para pasar al otro lado”, comenta.
Enfrente se construyó el Conservatorio de Música y junto varias casas. La mayoría de gente rica de esa época, construye o compra su casa ahí, se volvió la avenida señorial de la ciudad. Una de las últimas en construirse fue la Casa Giacopello (1897-98), conocida como la Casa de los Enanos.
“Las construcciones son afrancesadas, tipo quintas porque se consideraban casas de campo. La mayoría de ricos tenían sus negocios y casas en el centro de la ciudad, y estas casas las utilizaban ocasionalmente, para descansar, disfrutar el aire libre y sus jardines”, detalla.
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OBELISCOS HISTÓRICOS
Puebla cambió política y socialmente y en 1929, el gobierno posrevolucionario busca acabar con la imagen elitista que tenía la gran avenida y la atención hacia Porfirio Díaz, así deciden colocar el Monumento a Juárez donde se encuentra actualmente.
“El gobierno busca ´democratizar´ la Avenida Juárez y se trasladan obeliscos a sus rotondas. El Monumento a la Independencia que estaba en Paseo Bravo frente a la iglesia de Guadalupe, se traslada a la rotando de la 19 sur, en 1926; queda tan espectacular que le empiezan a llamar Avenida de la Libertad o Avenida de La Paz”, detalla.
Comenta que en la siguiente rotonda que se proyecta sobre la 25 sur, trasladan el Monumento a Benito Juárez que estaba en el jardín del Señor de los Trabajos, frente a los ferrocarriles, y para eso construyen una columna altísima donde se coloca. En 1930 es cuando se le empieza a dar forma a la avenida y comienzan a construir.
“Para las fiestas del cuarto Centenario de la Fundación de Puebla se hace una convocatoria para elegir la escultura que se colocaría en la rotonda de la 15 sur. El ganador Ernesto Tamariz con su Monumento a Los Fundadores. En 1931 ponen la primera piedra y a lo largo de cuatro años van develando cada una de las esculturas. La rotonda era muy chiquita y tenía escalones, por eso seguido los autos se pegaban ahí. En 1976-77 le quitan los escalones, pero no se solucionó el problema y en 1982, la trasladan al Paseo San Francisco y desaparecen la rotonda”, agrega.
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LA ZONA ESMERALDA
A principios del siglo XX se empiezan a establecer agencias automotrices, como la Packard que estaba en la esquina de la Juárez y 19 sur.
“Lo que contribuyó mucho al crecimiento de la ciudad fue que se establece esta zona y poco tiempo después, hacia 1923, se inaugura la primera colonia de la ciudad: “El Pensador Mexicano”, se establece en una pequeña porción, cuatro cuadras, sobre la 13 sur hasta lo que hoy es la 21”, relata.
Entre 1936-1939 varios empresarios como los O´Farril, muestran interés para empezar a fraccionar y realizan un proyecto para establecer la colonia La Paz. La fuente de Los Frailes se construye hasta 1950, sobre lo último que quedaba del Rancho San Sebastián, lo hacen para promover la venta del fraccionamiento que, en su momento, representó la modernidad en Puebla.
La Avenida Juárez se convirtió en la zona de comercios de la ciudad y quedó bien conformada hasta 1950, su época de esplendor fue en 1980.
“La gente iba a recorrer la avenida para admirar las casas de distintos estilos y a comprar ropa o calzado a las grandes boutiques, o iba al cine La Paz, también había farmacias y librerías importantes. No había antros, la gente iba a echarse un helado a una fuente de sodas como el Oasis”, concluye el investigador.