La Pasita, de tienda de abarrotes a cantina | Clásicos Poblanos

La Pasita es una cantina histórica y emblemática, ya que es de las más antiguas de la ciudad de Puebla

Eduardo Romero | El Sol de Puebla

  · jueves 4 de enero de 2024

La Pasita se consolidó como un lugar de reunión para personas de diferentes ámbitos sociales. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

La Pasita es una cantina emblemática de la ciudad de Puebla, que ha dejado una huella en la cultura local desde su fundación en 1916 por Emilio Contreras Aicarda. Ubicada en el Barrio de Los Sapos, en la 5 Oriente 602 del Centro Histórico, se ha convertido en un punto de encuentro para poblanos y visitantes que desean disfrutar de su ambiente y probar sus reconocidas bebidas, destacando la que lleva el nombre del establecimiento, que es un licor de uva y pasa.

Emilio Contreras, previo a comenzar el negocio, era militar, pero en un enfrentamiento que se estaba dando en Veracruz en 1914 contra los estadounidenses le pasó una bala cerca de la cabeza, dejándolo lesionado, por lo que los altos mandos lo mandaron a retirar.

Ya retirado, Emilio regresó a sus tierras poblanas, un día pasó por la Plazuela de Los Sapos y decidió tomarse un descanso en una tienda de abarrotes que se llamaba El Gallo de Oro, ahí se dio cuenta que estaban traspasando el negocio y quiso probar suerte adquiriéndolo.

Familia Montesinos: resguarda y atiende una de las cantinas más antiguas y famosas de Puebla. Foto: Julio César Martínez | El Sol de Puebla

“Mi abuelo toma el lugar y rápidamente le cambió el nombre a La Guadalupana, ya que era muy devoto a la virgen, y empieza a vender bebidas alcohólicas junto a los abarrotes; a los 6 meses crea una hecha a base de uva seca, y le pone La Pasita, y ahí le vuelve a cambiar el nombre al negocio y le pone el de su bebida; se popularizó tanto que ya era el distintivo de la cantina”, menciona Emilio Contreras, nieto del fundador y quien hoy día está a cargo del negocio.

100% cantina

Durante varios años era cantina y tienda de abarrotes, sin embargo, cuando el hijo del fundador (quien también se llama Emilio) tomó el lugar, decidió convertir el espacio en para dedicarlo al 100 por ciento a la venta de bebidas para adultos, ya que era alta la demanda.

Con el tiempo, La Pasita se consolidó como un lugar de reunión para personas de diferentes ámbitos sociales. Universitarios, políticos, celebridades y deportistas se dieron cita en este icónico establecimiento, principalmente por su famosa bebida estrella.

El licor de uva y pasa se convirtió en la insignia del lugar. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

Retos de 'Pasitas'

Incluso se creó un desafío en 1948, luego de que un hombre apodado "El Peterete" logró tomar 100 copas de Pasita y recibió un premio económico. Este evento se convirtió en una anécdota célebre de La Pasita y contribuyó a su creciente popularidad.

La Fonda de Santa Clara cuenta con reconocimiento y popularidad, atrayendo tanto a los extranjeros como a los poblanos. Foto: Erik Guzmán | El Sol de Puebla

En 1984 un español intentó superar el récord establecido por "El Peterete", pero solo pudo tomar 93 Pasitas y requirió asistencia médica debido a su estado. Estos episodios destacan la curiosa fama que ha adquirido La Pasita a lo largo de su historia, atrayendo la atención de personas dispuestas a aceptar el desafío o simplemente a disfrutar de la experiencia única que ofrece el lugar.

“Todavía siguen vigentes los retos, y ponemos uno que otro para que llamemos la atención de las personas, pero la verdad es que muy pocas personas se atreven a hacerlos por las experiencias que hasta en periódicos han salido”, revela el nieto del fundador.

La Pasita II

La Pasita ha trascendido generaciones, ganándose el cariño de los poblanos y el reconocimiento de los visitantes extranjeros que llegan a la ciudad. Su éxito ha sido tal que en la década de los 90, el nieto del fundador decidió abrir una nueva sucursal en la 3 Sur 505 del mismo Centro Histórico, lo que permitió que más personas pudieran disfrutar de las auténticas bebidas que La Pasita ofrece.

“Es difícil, son otros tiempos. Mi papá no quería que yo siguiera trabajando aquí, él quería que yo hiciera mi propia vida, pero por un tema económico en el 94-95 abrí la de esta calle, él tuvo que aceptarlo y aquí ya llevamos más de 20 años, la gente recibió bien el lugar”, agrega.

Este comercio de comida callejera ha dejado una huella imborrable en la escena gastronómica de Puebla. Foto: Eduardo Romero | El Sol de Puebla

La sucursal de la 3 Sur, a diferencia de la original, luce con más espacio y mesas, además de que está adornada con objetos antiguos, mismos que han servido para atrapar la atención de la clientela que llega al lugar.

Bebidas actuales

Actualmente venden más de 20 bebidas que son auténticas del lugar, entre las que están Sangre de Artista (licor de membrillo con chabacano), Sangre de Brujas (licor de zarzamora con jamaica), Fantasma (licor de coco), Antídoto (licor de naranja y guayaba), Calambre (licor de limón), Angelópolis (licor de tejocote, membrillo y chabacano), China Poblana (licor de zarzamora, Jamaica, rompope y menta), Mariachi (licor de crema), Sobrinas (crema de ciruela con pasitas), por mencionar algunas.

“Todas son originales, se fueron creando con el tiempo y los poblanos las han ido adoptando, pero sin duda la estrella sigue siendo La Pasita”, indica el entrevistado.

La Pasita ha trascendido generaciones, ganándose el cariño de los poblanos y el reconocimiento de los visitantes extranjeros. Foto: Bibiana Diaz | El Sol de Puebla

La Pasita iba a decir adiós

La familia Rojas ha llevado este negocio que forma parte de la historia del Centro Histórico de Puebla. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla

La pandemia de COVID-19 representó un desafío para La Pasita, al igual que para muchos negocios alrededor del mundo. Durante meses tuvieron que mantener sus puertas cerradas y se plantearon la posibilidad de cerrar de manera definitiva. Sin embargo, el legado familiar y el significado cultural que representa La Pasita fueron razones suficientes para que los nietos del fundador decidieran mantener vivo el negocio y continuar la tradición.

“Fue muy difícil que esto siguiera, porque ya íbamos a cerrar de manera definitiva, fueron momentos complicados, como todos, pero cuando nos dieron la oportunidad de trabajar le echamos con todo y lo volvimos a levantar (…) Para mí la Pasita es responsabilidad, porque son muchos años de respaldo, entonces debemos darle continuidad a lo que construyó mi abuelo y siguió mi papá, debemos seguir con algo que ellos hicieron, La Pasita no es moda, es algo que ya se quedó”, destaca Emilio.

La Pasita es una cantina histórica y emblemática, ya que es de las más antiguas de la ciudad de Puebla. Desde su fundación en 1916, ha dejado una marca en la cultura local, convirtiéndose en un lugar de encuentro y tradición. Su legado continúa siendo apreciado y valorado por generaciones.

“Vienen muchos turistas, dicen que vienen solo a Puebla solo por La Pasita, no sabemos si sea cierto eso o no, pero estamos orgullosos de lo que se ha construido en estos años y de lo que significa para los foráneos”, concluye el actual encargado.