El martirio de San Andrés, del pintor flamenco Pedro Pablo Rubens, llega al Museo Internacional del Barroco para su exhibición, siendo esta la primera vez que el óleo es expuesto en un museo de América Latina.
El cuadro pintado en 1639, es considero una obra maestra pletórica de dinamismo barroco, misma que estará disponible en la Sala permanente de Pintura y Escultura del museo a partir de hoy hasta el 1 de septiembre.
Esta obra forma parte de un préstamo temporal de la Fundación Carlos de Amberes (Madrid, España); debido a que desde su creación ha estado expuesta en el Museo del Prado, uno de los museos más importantes del mundo.
Para complementar la exhibición se realizará un simposio de dos jornadas en el que expertos en la materia compartirán detalles de esta impresionante obra.
La primera jornada tendrá lugar hoy a las 11:00 de la mañana con la inauguración de la imagen y posteriormente a las 11:15 a.m Fernando Checa, de la Universidad Complutense de Madrid, ofrecerá la primera conferencia denominada La idea de la pintura en Pedro Pablo Rubens y en Diego Velázquez.
A las 13:00 horas Abigail Newman de la Universidad Amberes ofrecerá la segunda ponencia del día; mientras que Luisa Villar-Payá de la Universidad de las Maèrcias Puebla, cerrará con la conferencia Vínculos entre música y pintura en el tema de la Inmaculada Concepción y su patrocinio de la Diócesis de Puebla a las 16:30 horas.
La segunda jornada de conferencias se realizará mañana miércoles a partir de las 11: 00 de la mañana hasta las 16:30 horas con las conferencias de Alejandro Julián Andrade, Miguel Morán y Claudia Barguellini.
La entrada al simposio es de acceso libre.
SOBRE LA OBRA
La leyenda afirma que el apóstol San Andrés, quien en Grecia fundaba iglesias de la nueva religión cristiana, fue martirizado por orden del procónsul Egeas. Durante los dos días que tardó en morir, San Andrés no cesó de predicar. Asombrado por el impacto producido el procónsul visitó al mártir, quien lo conminó a retirarse habida cuenta de que presentía su ascenso a los Cielos.
Ese es el momento que Rubens describe en su famoso lienzo. A caballo, Egeas observa cómo sus soldados y algunos de los nuevos creyentes intentan desatar al santo. Una luz celestial anuncia el inminente deceso de Andrés. Maximila, arrodillada esposa de Egeas, se encargará de dar sepultura al mártir. En el camino de regreso a casa, Egeas falleció súbitamente.