Cuenta la leyenda, que tras el diluvio universal que ocurrió después de la creación, un sobreviviente llamado Xelhua levantó la pirámide más grande del planeta y fundó la ciudad más antigua de Mesoamérica.
La realidad es que la zona de Cholula es el asentamiento humano más antiguo de América, poblado por etnias diferentes desde antes de nuestra era. La Gran Pirámide se comenzó a construir en el año 500 aC, como una pequeña plataforma a la que se le fueron adosando otras.
En 1804, el barón de Humboldt realizó mediciones de la pirámide y dijo que tenía 439 metros por lado. Esto la convirtió en el basamento piramidal más grande del mundo. Pero en 1931, cuando se realizaron los trabajos de recuperación de la pirámide, el arquitecto Marquina, le dio 350 metros por lado. Entonces, ¿es o no la pirámide más grande del planeta?
Tlachihualtépetl, la leyenda
Según la mitología azteca, en la antigüedad, la tierra estaba habitada por gigantes que se extinguieron por una gran inundación que sucedió cuatro mil 880 años después de la creación del mundo. De este diluvio universal se salvaron siete gigantes, entre ellos, Xelhua, quien levantó la pirámide más grande del planeta y fundó la ciudad más antigua de Mesoamérica.
Cuenta la leyenda que Xelhua fundó esta ciudad sobre el manantial Aquiahuac (significa “la entrada del agua”, en náhuatl) que brotó milagrosamente, y entonces se dio a la tarea de construir una estructura tan alta que alcanzara el cielo para utilizarla como refugio en caso de que se repitiera un diluvio, pero también para poder venerar a su dios.
Los dioses contemplaron cómo fue levantaba la colina artificial en forma de pirámide, cuya parte superior alcanzaba las nubes, e irritados ante tal atrevimiento, lanzaron fuego y una piedra que hizo que la estructura quedara con forma de rana.
El monumento fue dedicado a Quetzalcóatl y el lugar fue llamado Tlachihualtépetl, que desde su origen, fue reconocido como el lugar sagrado de la ciudad de Cholula.
Acerca de Cholollan
Cholula es uno de los centros poblacionales con mayor herencia cultural de México. Fue un importante centro religioso en toda Mesoamérica. Por eso, hasta nuestros días, es reconocido como un destino sagrado.
En el libro “San Andrés Cholula. En busca de una identidad”, la historiadora y cronista, Refugio Gallegos Torres, refiere que la zona de Cholula es el asentamiento humano más antiguo de América, poblado por etnias diferentes desde antes de nuestra era.
La historiadora menciona que, los primeros registros que se tienen acerca de las etnias que poblaron la zona, es de un grupo de olmecas del golfo (año 1500 aC al 200 dC). A ellos les sucedieron los teotihuacanos (año 200 dC al 800 dC), y fue durante en este periodo que se hizo el primer adosamiento a la pirámide sobre una pequeña plataforma que ya estaba establecida en el sitio. En esta etapa, es cuando obtiene la forma que observamos actualmente.
Un grupo de olmecas-xicalancas llegó a asentarse alrededor de la plataforma de la pirámide en el año 800 dC y comenzó a hacerle adosamientos en la parte sur. Hacia el siglo XII, los olmecas-xicallancas fueron invadidos por los toltecas-chichimecas (año 1168). Entonces fueron desplazados a la parte sur, que hoy es San Andrés, y los invasores se quedaron en San Pedro.
Los toltecas-chichimecas fueron los que dieron origen al nombre de Cholula llamándole “Tollan-Cholollan-Tlachihualtépetl”, que se puede interpretar como “la gran ciudad de los que huyeron en donde está el cerro artificial” (pirámide).
En el libro también se lee que, en el año 1359, los toltecas- chichimecas fueron invadidos por los hujotzincas. Un siglo después, a mediados del siglo XV, estos fueron dominados por tenochcas (mexicas) que permanecieron ahí hasta el año 1519, con la llegada de los conquistadores.
Gallegos Torres dice que gracias a los datos recuperados en las exploraciones arqueológicas del Proyecto Cholula (1930-1970), y otras realizadas por el arqueólogo Sergio Suárez Cruz (1985), hoy conocemos aspectos relacionados con el lugar y los grupos que lo habitaron.
Origen de la pirámide
De acuerdo con las investigaciones arqueológicas del doctor e investigador del centro INAH Puebla, Sergio Suárez Cruz, quien es el encargado del mantenimiento de la zona arqueológica, y de las inspecciones, rescate e investigaciones en Cholula, lo que se sabes es que la gran pirámide se empezó a construir alrededor del año 500 aC.
Era una pequeña plataforma, pero en ese momento, Cholula no era un sitio grande ni importante, sin embargo, conforme pasaron los años, esa primera estructura fue creciendo de acuerdo a los asentamientos humanos que se establecieron alrededor de ella, porque le fueron haciendo adosamientos.
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“En el año 500 aC la zona estaba llena de lagunetas y la pirámide de Cholula se construyó junto a una de ellas. Hemos hecho excavaciones y nos han confirmado esto. Según el glifo de la ciudad que está en la historia tolteca-chichimeca, se construyó sobre un nacimiento doble, es decir, donde salen dos nacimientos de agua”, expone el doctor.
“La gente que vivía ahí cuando se hizo la primer plataforma, es una población sin identificación definida, son pequeños pobladores asentados en el área del volcán, donde se ve que había un culto al Popocatépetl. Por eso generalmente las pirámides están viendo hacia el volcán, como es el caso de la gran Pirámide de Cholula. En el Museo de Sitio de San Andrés Cholula tenemos una maqueta en la que se muestra una radiografía de lo que hay en el interior, se pueden apreciar las etapas constructivas a grandes rasgos”, señala.
Después de la construcción de la pequeña plataforma piramidal en el año 500 aC, la zona fue abandonada. A principios de nuestra era, según menciona la historiadora Gallegos Torres, llegó un grupo de teotihuacanos que comenzó a hacerle adosamientos a la pirámide. Hasta que llega una nueva población a asentarse alrededor de la misma y en otros sitios de la zona, después del año 800 dC, conocidos como olmecas-xicalancas, quienes dominaron Cholula hasta el año 1168.
Los adosamientos que realizaron los olmecas-xicalancas los hicieron en la parte sur y principalmente sobre la pirámide, como los dos hornos encontrados (siglo XX) en el patio hundido que se localizan en el hotel Villas Arqueológicas, y los altares que conocemos.
“Se han encontrado 4 altares en torno a la gran pirámide, tres encima de ella y otro más en la calle 3 Oriente de San Pedro Cholula, durante trabajos de sustitución de engranajes, este tiene cráneos de estuco en las paredes. Los altares son estructuras de 3 metros cuadrados, más o menos, y están asociados a la muerte. En la gran pirámide sobre la esquina noreste tenemos el primero que se encontró, el Altar de los Cráneos Esculpidos”, detalla.
A inicios del siglo XVI, en Cholula aún se veneraba a Quetzalcoátl, pero ya no en el Tlachihualtépetl o Gran Pirámide, porque había sido abandonada por los toltecas-chichimecas (dominaron del año 1168 al 1359) quienes construyeron un nuevo santuario para esta deidad que se convirtió en el más importante centro religioso del Altiplano central. Actualmente es el sitio que ocupa el Conjunto Conventual de San Gabriel Arcángel.
El santuario de la Ciudad Sagrada
Cholula fue conocida por las culturas mesoamericanas como un lugar santo, de adoración. Era costumbre recibir a emperadores, gobernantes o sacerdotes recién electos de diferentes regiones de Mesoamérica, que llegaban en peregrinación para rendir culto a Quetzalcoátl.
En los tiempos inmediatos a la Conquista, Cholula era un importante centro agrícola y religioso, considerado como “Ciudad Sagrada”, en ninguna otra parte se podían encontrar mayor número de teocallis (templos prehispánicos asentados sobre un basamento piramidal), contaba con grandes templos como el Tlachihualtépetl, que los españoles llegaron a comparar con la torre de Babel.
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Los conquistadores creyeron que la pirámide era un montículo natural por las condiciones de abandono en que se encontraba cuando llegaron, y fueron los frailes franciscanos que se dieron cuenta que era un sitio de culto indígena.
“Hay relatos que dicen que cuando había escases de agua, los sacerdotes subían con niños de 8 a 10 años para sacrificarlos a la deidad del agua, a la cual estaba destinada la pirámide. Como era un lugar de culto, la iglesia quiso atraerla y puso una cruz. Esta cruz fue derribada en tres ocasiones por un rayo. Pensaron que había algo maligno, entonces fueron a excavar y encontraron caracoles y esqueletos de niños”, asegura el arqueólogo.
Los españoles que llegaron a estas tierras en el siglo XVI tenían la encomienda de derribar los teocallis para construir templos católicos. Así lo hicieron, derribaron todos los teocallis y en el mismo sitio edificaron iglesias para la veneración cristiana.
“El templo que se encuentra actualmente sobre la pirámide no es el original, ha tenido varias etapas. Desde la Colonia, se ha ido modificando a través de los años porque ha sido muy afectado por los temblores”, dice.
En 1594, el área de la pirámide se consagró y se hizo una pequeña ermita en la que los franciscanos colocaron una imagen de la Purísima Concepción. Con el tiempo y debido a las gracias recibas, los pobladores le dieron el título de Nuestra Señora de los Remedios. Durante el siglo XIX (1864) un temblor destruyó el templo y la iglesia se volvió a construir.
La Pirámide ha servido como frontera natural para delimitar las dos cholulas, San Andrés y San Pedro, además, es el punto más alto de la antigua Ciudad Sagrada, desde donde se aprecia una panorámica de 360 grados de Cholula.
El debate de sus medidas
Durante los tres siglos del virreinato a México solo llegaban españoles y misioneros. Un extranjero al que le fue permitido visitar la Nueva España, fue el barón Alexander Von Humboldt, un naturalista alemán cuya mayor pasión era explorar tierras lejanas.
Llegó en 1803 al Puerto de Acapulco. Ya lo esperaba el virrey José de Iturrigaray quien le dio acceso a los archivos que solicitó y todas las facilidades para visitar hasta el último rincón del país. Durante su estancia en tierras aztecas, el barón realizó muchas actividades interesantes, entre ella midió la altura del Popocatépetl y del Iztaccíhuatl, y también hizo la medición de la Gran Pirámide de Cholula.
“En febrero de 1804 el Barón de Humboldt realizó mediciones de la Gran Pirámide y la comparó con las pirámides de Egipto, Micerino y Teotihuacan. Declaró que se trataba de un monumento formado por cuatro cuerpos, con una elevación de 54 metros y 439 metros por lado”, detalla el doctor Suárez Cruz.
Estas medidas significaron que, la Gran Pirámide de Cholula, partiendo de su base, es la más grande del mundo. Para entender la magnitud de su estructura y de acuerdo a esta medición, se afirma que dentro de su base podrían caber dos pirámides como la del Sol, que se encuentra en Totimehuacan. Sin embargo, existe un debate al respecto.
“Actualmente, no se aprecia la extensión real de la pirámide porque sus límites están enterrados cuatro metros bajo el suelo. Su estructura ha sido muy afectada, sobre todo el área norte, y con la construcción de ´la catorce´ (la calle de bares), se recortó bastante. Hay que tener en cuenta que, cuando el barón de Humboldt pasó por Cholula, la zona estaba más despejada, no había tantas construcciones”, explica.
“Lo que me llama la atención es que en 1931 el arquitecto Marquina, con otra tecnología, dio una medida menor, y entonces la pirámide ya no sería la más grande. Él le dio 350 metros por lado y 64 metros de alto, pero la midió a partir de la taquilla. Lo que actualmente vemos de la pirámide es parte del cuerpo, por eso nosotros sostenemos que la base de la pirámide inicia en el Museo de Sitio, una cuadra más al norte y más abajo, por eso es más grande según Humboldt”, señala.
Proyecto de restauración en el siglo XX
De 1931 a 1958, el arquitecto Ignacio Marquina realizó trabajos de investigación con el “Proyecto Cholula”. Durante el mismo, realizó excavaciones de 8 kilómetros de túneles. Exploró la parte superior de la plataforma de la gran pirámide, descubrió una de las estructuras más antiguas del sitio y, en 1937, el Altar de los Cráneos Esculpido.
“La técnica que Marquina utilizó por medio de túneles, es lenta y laboriosa, pero es la mejor. En un principio trazaron dos túneles, de 1 metro de ancho o 1.10 metros, por 1.80 metros de alto, uno de norte a sur y otro de este a oeste. Sobre el túnel pusieron unos rieles con góndolas y cada vez que encontraban un muro, hacían túneles de menores dimensiones e iban siguiendo las estructuras para poder hacer los planos. Gracias a los levantamientos topográficos que se hicieron de las excavaciones es que tenemos la maqueta del Museo de Sitio de Cholula”, advierte el arqueólogo.
De acuerdo con información dada a conocer por este medio, El Sol de Puebla, en noviembre de 1966, el Gobierno Federal, en ese momento presidido por el presidente, Gustavo Díaz Ordaz, hizo una aportación económica de más de 50 millones de antiguos pesos para recuperar la pirámide de Cholula y convertir a la Ciudad Sagrada en el centro turístico más importante de México.
Cholula era considerada más importante que Teotihuacán, que había sido abandonado, y ésta fue una ciudad viva al realizarse la conquista de México.
El segundo período de descubrimiento y restauración de la pirámide estuvo a cargo de un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, encabezados por el arquitecto Miguel Messmacher, también participaron el arqueólogo Eduardo Mattos Moctezuma, el arquitecto Mario Elizondo, la doctora Hilda Alberto y 50 personas más.
“Messmacher empezó a trabajar la parte sur de la pirámide pero con otra técnica, ya no utilizó túneles. Cuadriculó toda el área y empezó a excavar a cielo abierto, con esta técnica vas destruyendo etapas hasta llegar a la más antigua que es lo que queda a la vista, por eso no es lo más recomendable. Fue cuando descubrieron el Patio de los Altares, el Mural de los bebedores y dos de los cuatro altares de cráneos que se han encontrado”, concluye el investigador.
Durante las obras, se encontraron vestigios de ofrendas, cerámica, estatuillas y otros objetos de gran valor arqueológico en esta zona que era un gran centro ceremonial, y cuyo descubrimiento aportó datos importantes acerca de las culturas prehispánicas, de historia de México y del Continente.
Este proyecto terminó abruptamente por conflictos de los fines y propósitos del mismo. Entonces Marquina regresó nuevamente al proyecto en 1967 y lo terminó en la década de los setentas.
Para establecer una vía de comunicación rápida, el gobierno construyó la calzada Puebla-Cholula, hoy conocida como “La Recta”, que partió de la colonia La Paz hasta el pie de la pirámide donde se realizó una zona de estacionamiento para los visitantes.