/ sábado 12 de marzo de 2022

'Las alacenas', origen del comercio de artesanías en Puebla | Los tiempos idos

Fueron removidas en 1960 para desalojar los pasillos de los portales y embellecer el zócalo capitalino

En la década de los años 30 del siglo XX se hizo un esfuerzo por ordenar el comercio que giraba en torno a la plaza de armas del zócalo capitalino. Se construyeron estanquillos a lo largo de los portales con el propósito de vender artesanía y dulces típicos, pero con el paso del tiempo el comercio se diversificó y provocó aglomeraciones.

Tres décadas después, como parte de un proyecto para embellecer el Centro Histórico, los comerciantes fueron trasladados a un edificio antiguo que fue acondicionado por completo y hoy es el conocido mercado de artesanías: El Parián.

LAS VITRINAS DEL PORTAL

“Para ordenar el comercio se cambió el piso de los portales y se colocaron las vitrinas. Se conocían como ´alacenas´ y su propósito era que los comerciantes vendieran artesanía y dulces típicos para el turismo”, expone el investigador David Ramírez Huitrón, fundador de Puebla Antigua.

Detalla que “las alacenas” eran estanquillos instalados en los claros de los portales (en los arcos) construidos de cemento con azulejos en la parte inferior, y en la parte superior de madera con cristal.

En ellas se vendían artesanías pequeñas como llaveros, figuras de ónix, muñecas de trapo, ceniceros, postales y otras curiosidades; también dulces típicos de pasta como las gallinitas, jamoncillos, alegrías, camotes, etcétera.


Así lucían las alacenas sobre la Avenida Reforma. | Foto: Cortesía David Ramírez Huitrón

“A lo largo de los años se empezó a diversificar el mercado y para los años 50 ya se vendía de todo: refrescos, jugos, tortas, tabaco y joyería. Era muy molesto y ya se había perdido la estética porque los comerciantes habían pintado de diferentes colores las alacenas y estaban llenas de publicidad”, señala.

El investigador refiere que en 1960 Francisco Rodríguez Pacheco era el Presidente Municipal y acordó que las alacenas desaparecerían por completo y los comerciantes serían reubicados. Con esta acción se buscaba liberar el paso de los portales y su vista al zócalo.

El propósito de las alacenas era vender artesanía y dulces típicos pero el Mercado se diversificó y pronto empezaron a vender de todo provocando aglomeraciones en los pasillos de los portales. | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla


UN EDIFICIO ANTIGUO, LA NUEVA SEDE

“El enero de 1960 el Ayuntamiento empezó a desmantelar las vitrinas y las trasladaron a la zona del Mercado Cuauhtémoc. Mientras el edificio era embellecido las alacenas se colocaron sobre la calle 6 norte”, señala.

Enfatiza que el edificio del mercado fue construido en 1801 en lo que antiguamente fue la plazuela de San Roque. Se construyó en la época de Manuel del Flon que fue el primer intendente de Puebla, es decir, el gobernador durante la colonia.


Por tres décadas, las vitrinas rompieron la estética de los portales. Aquí se aprecian sobre la 16 de Septiembre. | Foto: Cortesía Pablo Loreto/AGMP, año 1960


Refiere que el propósito era pasar ahí a “los baratilleros” que compraban y vendían objetos de segunda mano en la plaza central (zócalo): trapos, hilachos, ropa remendada, planchas, etcétera, tenían sus puestos fijos en la plaza central (zócalo). Eran pepenadores que vendían lo que recogían, lo limpiaban, lo arreglaban y lo ponían a la venta.

Esto daba mala imagen a la ciudad y por eso construyeron el mercado hasta la plaza de San Roque que en ese entonces estaba lejos del zócalo.

Dice que los baratilleros no querían cambiarse y se enfrentaron a Manuel de Flon, pero él fue autoritario y les dijo que era eso o la cárcel. Cuando ya habían acordado que se cambiarían, les quemaron sus puestos en el zócalo, por si se arrepentían, así que no les quedó de otra.

“En su diseño original, el edificio era rectangular pero en 1868 se abrió la calle que lo atraviesa al centro y se llamó calle Porfirio Díaz. En 1922 fue rehabilitado como mercado y se le puso el nombre de Mercado Cuauhtémoc, fue destinado para la venta alimentos y hortalizas hasta el año de 1960 cuando se remodeló para instalar en este lugar los comerciantes que, hasta 1959 habían ocupado las ´alacenas´ a lo largo de los portales del Zócalo”, advierte.

EL EDIFICIO SE RENUEVA

Comenzó la remodelación del edificio con la que se buscaba darle un aspecto alegre y típico al mercado de artesanías para atraer al turismo.

“El edificio se acondicionó por completo, se tiraron los techos viejos y se pusieron nuevos, le pusieron los techos de teja a cada local, le metieron las farolas para darle un toque más típico, se hizo un tratamiento especial al empedrado para que tuviera un motivo más alegre y se trajo una fuente nueva de cantera junto con la escultura de Sebastián de Aparicio”, detalla.


En 1960 las alacenas se trasladaron a lo que hoy es El Parián para embellecer los portales y el zócalo. | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

La obra quedó lista en mayo de 1961 y antes de asignar los locales el Ayuntamiento dejó claro a los comerciantes que no permitiría la venta de alimentos y bebidas, sino que sería un mercado típico con venta de artesanías y dulces.

“La mayoría de comerciantes de las alacenas se pasaron para acá pero hubo algunos que prefirieron quedarse en locales del portal, como el caso de las famosas tortas Meche que iniciaron en una alacena”, subraya.


En 1960 no solo se cambiaron las alacenas de sitio también se transformó el zócalo capitalino y los portales mediante un proyecto de mejoramiento.

“No nada más quitaron todas las alacenas, después removieron las bancas que eran de concreto con azulejos y trajeron de hierro forjado, quitaron las fuentes, el quiosco y dejaron todo liso y limpio para conmemorar la Batalla del 5 de Mayo; solo regresaron la fuente de San Miguel y Las 4 musas de las esquinas”, concluye el investigador.

El mercado de artesanías “El Parián” fue inaugurado en 1962 para conmemorar el centenario de la Batalla del 5 de Mayo.

EL MERCADO DE ARTESANÍAS

Cuando los comerciantes fueron trasladados, el Ayuntamiento no les cobró nada, incluso le destinaron un local a quien quería ocuparlo. El problema es que, como no se conocía como mercado de artesanías, les costó mucho trabajó acreditarlo.


Este era el edificio del Mercado Cuauhtémoc que se renovó para hacer El Parián. | Foto: Cortesía Archivo General Municipal de Puebla


Lo que les ayudó mucho fue que sobre la calle Maximino que hoy es Juan de Palafox y Mendoza, estaba la terminal de los Autobuses de Oriente (ADO) y El Parián era paso obligado de los camiones que venían del sureste, como Chiapas, Tabasco, Veracruz y Oaxaca. El turismo se acercaba por curiosidad y se daba cuenta que había un mercado de artesanía.

En la actualidad, el mercado de artesanías El Parián está conformado por 112 locales, algunos pertenecen a los iniciadores o a sus familias, y hoy venden artesanía de Puebla y de toda la República, ya que por interés propio, la incluyeron para vender más.

En El Parián, hoy se pueden encontrar productos textiles y de cuero, talavera, cerámica, alfarería, madera, palma, joyería, cobre, muñecas de cera, vidrio soplado, platería y una gran cantidad de recuerdos, así como dulces típicos como el camote, los borrachitos, limones rellenos de coco, jamoncillos y las famosas tortitas de Santa Clara.

El mercado se embelleció para recibir al turismo. Fue inaugurado como El Parián para conmemorar el centenario de la Batalla del 5 de Mayo. | Foto: Cortesía Archivo General Municipal de Puebla


En la década de los años 30 del siglo XX se hizo un esfuerzo por ordenar el comercio que giraba en torno a la plaza de armas del zócalo capitalino. Se construyeron estanquillos a lo largo de los portales con el propósito de vender artesanía y dulces típicos, pero con el paso del tiempo el comercio se diversificó y provocó aglomeraciones.

Tres décadas después, como parte de un proyecto para embellecer el Centro Histórico, los comerciantes fueron trasladados a un edificio antiguo que fue acondicionado por completo y hoy es el conocido mercado de artesanías: El Parián.

LAS VITRINAS DEL PORTAL

“Para ordenar el comercio se cambió el piso de los portales y se colocaron las vitrinas. Se conocían como ´alacenas´ y su propósito era que los comerciantes vendieran artesanía y dulces típicos para el turismo”, expone el investigador David Ramírez Huitrón, fundador de Puebla Antigua.

Detalla que “las alacenas” eran estanquillos instalados en los claros de los portales (en los arcos) construidos de cemento con azulejos en la parte inferior, y en la parte superior de madera con cristal.

En ellas se vendían artesanías pequeñas como llaveros, figuras de ónix, muñecas de trapo, ceniceros, postales y otras curiosidades; también dulces típicos de pasta como las gallinitas, jamoncillos, alegrías, camotes, etcétera.


Así lucían las alacenas sobre la Avenida Reforma. | Foto: Cortesía David Ramírez Huitrón

“A lo largo de los años se empezó a diversificar el mercado y para los años 50 ya se vendía de todo: refrescos, jugos, tortas, tabaco y joyería. Era muy molesto y ya se había perdido la estética porque los comerciantes habían pintado de diferentes colores las alacenas y estaban llenas de publicidad”, señala.

El investigador refiere que en 1960 Francisco Rodríguez Pacheco era el Presidente Municipal y acordó que las alacenas desaparecerían por completo y los comerciantes serían reubicados. Con esta acción se buscaba liberar el paso de los portales y su vista al zócalo.

El propósito de las alacenas era vender artesanía y dulces típicos pero el Mercado se diversificó y pronto empezaron a vender de todo provocando aglomeraciones en los pasillos de los portales. | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla


UN EDIFICIO ANTIGUO, LA NUEVA SEDE

“El enero de 1960 el Ayuntamiento empezó a desmantelar las vitrinas y las trasladaron a la zona del Mercado Cuauhtémoc. Mientras el edificio era embellecido las alacenas se colocaron sobre la calle 6 norte”, señala.

Enfatiza que el edificio del mercado fue construido en 1801 en lo que antiguamente fue la plazuela de San Roque. Se construyó en la época de Manuel del Flon que fue el primer intendente de Puebla, es decir, el gobernador durante la colonia.


Por tres décadas, las vitrinas rompieron la estética de los portales. Aquí se aprecian sobre la 16 de Septiembre. | Foto: Cortesía Pablo Loreto/AGMP, año 1960


Refiere que el propósito era pasar ahí a “los baratilleros” que compraban y vendían objetos de segunda mano en la plaza central (zócalo): trapos, hilachos, ropa remendada, planchas, etcétera, tenían sus puestos fijos en la plaza central (zócalo). Eran pepenadores que vendían lo que recogían, lo limpiaban, lo arreglaban y lo ponían a la venta.

Esto daba mala imagen a la ciudad y por eso construyeron el mercado hasta la plaza de San Roque que en ese entonces estaba lejos del zócalo.

Dice que los baratilleros no querían cambiarse y se enfrentaron a Manuel de Flon, pero él fue autoritario y les dijo que era eso o la cárcel. Cuando ya habían acordado que se cambiarían, les quemaron sus puestos en el zócalo, por si se arrepentían, así que no les quedó de otra.

“En su diseño original, el edificio era rectangular pero en 1868 se abrió la calle que lo atraviesa al centro y se llamó calle Porfirio Díaz. En 1922 fue rehabilitado como mercado y se le puso el nombre de Mercado Cuauhtémoc, fue destinado para la venta alimentos y hortalizas hasta el año de 1960 cuando se remodeló para instalar en este lugar los comerciantes que, hasta 1959 habían ocupado las ´alacenas´ a lo largo de los portales del Zócalo”, advierte.

EL EDIFICIO SE RENUEVA

Comenzó la remodelación del edificio con la que se buscaba darle un aspecto alegre y típico al mercado de artesanías para atraer al turismo.

“El edificio se acondicionó por completo, se tiraron los techos viejos y se pusieron nuevos, le pusieron los techos de teja a cada local, le metieron las farolas para darle un toque más típico, se hizo un tratamiento especial al empedrado para que tuviera un motivo más alegre y se trajo una fuente nueva de cantera junto con la escultura de Sebastián de Aparicio”, detalla.


En 1960 las alacenas se trasladaron a lo que hoy es El Parián para embellecer los portales y el zócalo. | Foto: Hemeroteca El Sol de Puebla

La obra quedó lista en mayo de 1961 y antes de asignar los locales el Ayuntamiento dejó claro a los comerciantes que no permitiría la venta de alimentos y bebidas, sino que sería un mercado típico con venta de artesanías y dulces.

“La mayoría de comerciantes de las alacenas se pasaron para acá pero hubo algunos que prefirieron quedarse en locales del portal, como el caso de las famosas tortas Meche que iniciaron en una alacena”, subraya.


En 1960 no solo se cambiaron las alacenas de sitio también se transformó el zócalo capitalino y los portales mediante un proyecto de mejoramiento.

“No nada más quitaron todas las alacenas, después removieron las bancas que eran de concreto con azulejos y trajeron de hierro forjado, quitaron las fuentes, el quiosco y dejaron todo liso y limpio para conmemorar la Batalla del 5 de Mayo; solo regresaron la fuente de San Miguel y Las 4 musas de las esquinas”, concluye el investigador.

El mercado de artesanías “El Parián” fue inaugurado en 1962 para conmemorar el centenario de la Batalla del 5 de Mayo.

EL MERCADO DE ARTESANÍAS

Cuando los comerciantes fueron trasladados, el Ayuntamiento no les cobró nada, incluso le destinaron un local a quien quería ocuparlo. El problema es que, como no se conocía como mercado de artesanías, les costó mucho trabajó acreditarlo.


Este era el edificio del Mercado Cuauhtémoc que se renovó para hacer El Parián. | Foto: Cortesía Archivo General Municipal de Puebla


Lo que les ayudó mucho fue que sobre la calle Maximino que hoy es Juan de Palafox y Mendoza, estaba la terminal de los Autobuses de Oriente (ADO) y El Parián era paso obligado de los camiones que venían del sureste, como Chiapas, Tabasco, Veracruz y Oaxaca. El turismo se acercaba por curiosidad y se daba cuenta que había un mercado de artesanía.

En la actualidad, el mercado de artesanías El Parián está conformado por 112 locales, algunos pertenecen a los iniciadores o a sus familias, y hoy venden artesanía de Puebla y de toda la República, ya que por interés propio, la incluyeron para vender más.

En El Parián, hoy se pueden encontrar productos textiles y de cuero, talavera, cerámica, alfarería, madera, palma, joyería, cobre, muñecas de cera, vidrio soplado, platería y una gran cantidad de recuerdos, así como dulces típicos como el camote, los borrachitos, limones rellenos de coco, jamoncillos y las famosas tortitas de Santa Clara.

El mercado se embelleció para recibir al turismo. Fue inaugurado como El Parián para conmemorar el centenario de la Batalla del 5 de Mayo. | Foto: Cortesía Archivo General Municipal de Puebla


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