El joven escritor Cristian Lagunas cuenta que fue por “accidente”, en una lectura azarosa de una de las biografías publicadas sobre la vida el novelista japonés Yukio Mishima (1925-1970), que se enteró que el autor había viajado a México en 1957. Sin embargo, sólo se trataba de una breve mención en poco menos de un párrafo.
Movido por la curiosidad y el afán literario, Lagunas quiso investigar más, pero las referencias siempre eran mínimas, fue entonces que se le ocurrió que él mismo podía imaginar ese vacío en la historia del que fuera uno de los escritores más importantes de Japón en la segunda mitad del siglo XX. Así nació "El lado izquierdo del Sol", la primera novela de Lagunas, con la que ganó el premio Mauricio Achar 2022.
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Juego de espejos
El proyecto le llevó tres años de investigaciones, introspección y perfeccionamiento narrativo, mismo que le permitió no sólo recrear los pasos Mishima por nuestro país, sino también expresar ideas y reflexiones sobre su propia experiencia de vida.
“Mishima es un autor, en algunas de sus novelas, muy autobiográfico en la fibra. Eso me llamaba la atención. En mi novela, Mishima está escribiendo Confesiones de una máscara, que es autobiográfica, aunque con sus engaños y mentiras. Es un juego de espejos, si esta novela es importante por ser la primera, para él esa novela que escribió también sería igual de importante.
“Aquí yo también escribo partes de mi vida, que oculto detrás de una máscara, es un juego de multiplicidades. No considero que esta novela sea una literatura del Yo, pero sí creo que hay unos Yo desdoblados en ella. A mí lo que me interesa mucho es la relación con otro, del Yo frente al espejo”, explica el autor en entrevista con El Sol de México.
El cuerpo y la sexualidad
Sin buscar emular el estilo de Mishima, Lagunas menciona que hay algunos temas y preocupaciones en la obra del japonés que están presentes en su novela, entre ellos la relación con el cuerpo.
“Hay un libro de Mishima que se llama El Sol y acero, en el que habla de su propio cuerpo y las palabras. Esa me parece que es la poética de Mishima, la cual está aquí. Yo quise hacer una novela que fuera muy corporal, en donde la sexualidad, el deseo y nuestra manera física de estar en el mundo fueran centrales”, comenta.
Respecto a los conflictos de Mishima con su sexualidad, que son representados en su novela, e cuya trama el escritor busca entablar relaciones sexuales con hombres jóvenes durante sus viajes a Nueva York y México, Lagunas comenta: “Me parece que el temor de Mishima con su homosexualidad era sobre todo personal. En Japón hay una larga tradición de la homosexualidad, hay libros que hablan de samuráis que se enamoraban entre ellos e incluso en las mismas novelas de Mishima, como en El color prohibido, se retrata un mundo gay bastante libre, con bares y fiestas, aunque con sus lados ocultos.
“La sexualidad de Mishima es un secreto a voces. Él se casó y tuvo una vida en apariencia heterosexual, pero yo lo que quería era lo contrario, liberar al personaje y explorar otra posibilidad. Tengo entendido que Mishima durante sus viajes hacía turismo sexual gay, es algo que retrato, la otra vida, lo contrario de la figura pública” agrega Lagunas.
En Japón hay una larga tradición de la homosexualidad, hay libros que hablan de samuráis que se enamoraban entre ellos.
Carlos Lagunas
La muerte de Mishima
Mishima también fue famoso por su muerte ocurrida en 1970. Tras entregar la última parte de su tetralogía El mar de la felicidad y proclamar un discurso frente al Comando Oriental de las Fuerzas de Autodefensa, a las que instó a realizar un golpe de Estado para reinstaurar el poder del emperador. Sin que fuera escuchado, procedió a suicidarse, practicando la muerte ritual seppuku, en compañía de elementos de la milicia privada que él había entrenado, llamada Tatenokai.
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“A mí me interesaba abordar una época mucho más temprana, cuando tenía entre 19 y 32 años, pero sin duda esa pulsión y curiosidad por la muerte está presente en este libro. Mishima es un personaje que todo el tiempo se quería morir, pero igualmente, explotar toda su juventud. Es una búsqueda un tanto contradictoria, una exploración de la belleza en lo vital, pero en la muerte: la vida y la muerte en su estrecha cercanía”, finaliza.