Por la inspiración que brindó en cuestión de tecnología, enseñanza y divulgación de la ciencia, así como para celebrar su 28 aniversario, el Rector Alfonso Esparza Ortiz develó una escultura a Don Cuco “El Guapo”, el primer robot pianista de América con inteligencia artificial capaz de leer partituras.
En este acto refirió que esta escultura reviste un valioso significado, ya que Don Cuco ha puesto en alto el nombre de la BUAP, el estado y el país: “Podemos afirmar que es el protagonista de una historia que evidencia el talento innovador de sus creadores y el impacto que puede alcanzar un prototipo robótico, con lo cual se demuestra las posibilidades que ofrece el desarrollo tecnológico”.
Este modelo robótico surgió en momentos en que la Institución vivía importantes transformaciones y las ciencias exactas se consolidaban en esta. Hoy ese campo de conocimiento es una de las mayores fortalezas académicas de la BUAP, lo que evidencia que hay que apostar por la ciencia, cultivar talentos y aprovechar la riqueza del capital humano, consideró.
Acompañado del vicerrector de Extensión y Difusión de la Cultura, José Carlos Bernal Suárez, el Rector Alfonso Esparza enfatizó que esta escultura a Don Cuco “El Guapo”, además de un reconocimiento a sus creadores, es un recordatorio de la necesidad de destinar mayores recursos a la ciencia y la tecnología.
Sumado a sus conciertos, Esparza Ortiz recordó que este robot ha hecho importantes contribuciones al campo de la Medicina, ya que gracias a este se creó el Departamento de Ingeniería Biomédica del DIF-Puebla, para construir prótesis de manos biónicas para entregarlas a personas de escasos recursos que las requirieran. También generó aportaciones al diseño de simuladores de ultrasonido, artroscopías, endoscopías y laparoscopías.
Al tomar la palabra Carolina Morán Raya, directora del Instituto de Ciencias (ICUAP), mencionó que hablar de Don Cuco “El Guapo” es remontar la historia del ICUAP y de la investigación en la BUAP. “Estamos convencidos que recodar los eventos pasados y mantenerlos vigentes nos permite conservar la identidad como comunidad universitaria y transmitirla a los jóvenes”.
En tanto Alejandro Pedroza Meléndez, creador de Don Cuco y fundador del Departamento de Semiconductores y Microelectrónica, indicó que esta escultura es la primera dedicada a un robot por su aportación a la sociedad, ya que ha sido el mayor divulgador de ciencia de la Institución y ha impulsado vocaciones científicas, tal es el caso de Roberto Aparicio Joo, Senior Manager en Integrated Device Technology, Inc. (IDT), empresa que vende circuitos integrados de alta frecuencia y alta potencia a Samsung, Apple y Nokia.
La escultura a Don Cuco “El Guapo” se ubica en el lobby del teatro del Complejo Cultural Universitario, fue realizada en los talleres de la Fundidora GUMADI de Demetrio Moisés Cuevas Márquez, con el apoyo del artista del hierro Miguel Vega de Lima y dirigidos por el doctor Alejandro Pedroza.
Esta obra de tamaño natural -realizada en aluminio y acero- refleja casi con exactitud la figura del humanoide pianista mexicano, pues se tomaron moldes directamente de sus piezas origibales. No obstante, se agregaron algunos detalles que difieren de la versión original.
Pionero de la robótica en México
Don Cuco “El Guapo” fue diseñado y construido en el Departamento de Microelectrónica, del Instituto de Ciencias (ICUAP), en agosto de 1992, por un equipo de 30 investigadores y 20 estudiantes de diferentes disciplinas, entre ellos los doctores Alejandro Pedroza Meléndez, Elsa Chavira Martínez, Domingo Vera Mendoza y Héctor Simón Vargas Martínez; los maestros Ignacio Becerra Ponce de León, Arnulfo Lara Eliosa, Alberto Mendoza Hernández, Rodolfo Pérez García, así como Javier Méndez Mendoza y Jorge Sánchez Chantres.
Su construcción buscó demostrar una aplicación del procesador ILA 9200 (diseñado en 1985 por investigadores de Argentina, Brasil, Colombia, España y México), para la Exposición Universal de Sevilla en 1992. Por lo tanto, su fabricación se realizó a contrarreloj, en tan sólo seis meses. Lo guapo se debe a su apariencia humanoide transparente diseñada por la escultora Gloria Erika Weimer.
Lo anterior permitió que sus componentes y sistemas sean visibles. De esa forma fue posible mostrar cómo funciona la inteligencia artificial, el cerebro y el sistema nervioso robótico, principios para el desarrollo de aparatos enfocados a la creación de prótesis y otros equipos biomédicos.
Don Cuco es capaz de ejecutar baladas, rock y música clásica, sin dejar de lado la cumbia y la ranchera. Tiene dos formas de tocar el piano: leyendo las partituras con una mini-cámara en su ojo izquierdo y por medio de la programación. Las partituras son captadas por su cerebro, un procesador con 10 millones de transistores en una superficie de 150 mm y más de 3 mil 500 conexiones, el cual dice qué hacer a cada dedo, brazo, hombro y pierna. Utiliza ocho servomotores que le dan movilidad a sus manos. Mide 1.98 metros y pesa 175 kilogramos.
Como era de esperarse se convirtió en un personaje célebre. Lo han visto en vivo cuatro millones de personas en 50 países; sin contar sus participaciones en televisión y cine, es mencionado en libros de textos de primaria y secundaria e incluso su imagen está plasmada en dos murales de la capital poblana.
Además de ser innovador en el mundo de la ingeniería, ha sido pionero en instrumentos para la Medicina moderna. Actualmente, Don Cuco “El Guapo” se encuentra en mantenimiento, en el Laboratorio de Robótica de la Facultad de Ciencias de la Computación.
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