Desde 1983, el establecimiento conocido como El Rey del Molote o Los Molotes de la Junta se ha convertido en un ícono gastronómico de la ciudad de Puebla. Fundado por la señora Elvira Díaz Ibarra, originaria de Monterrey, este negocio familiar ha evolucionado a lo largo de más de cuatro décadas para convertirse en un destino obligado para residentes y visitantes que buscan disfrutar de los populares y versátiles molotes poblanos.
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Los orígenes de este establecimiento se remontan a los inicios de la década de los ochenta, cuando la señora Elvira, siendo madre soltera, se mudó a Puebla en busca de brindar un mejor futuro a sus seis hijos.
Fue con una banquita y un brasero que a las afueras de la parada de camiones entre Avenida Reforma y la calle 3 Sur, de la junta auxiliar de La Libertad, que comenzó a vender molotes, así estuvo alrededor de 15 años, sin embargo, tuvieron que mudarse a lo que hoy en día es su actual establecimiento, ya que hubo modificaciones en la gasolinera que está ubicada a unos metros.
“Recuerdo muy bien que nos hacíamos de lado para que la gente pudiera pasar, pero ahí le batallamos durante muchos años, allá en la calle, eran otros tiempos sin duda, pero que fueron marcando la historia de nuestro negocio”, menciona Eduardo David de León Díaz, hijo de la fundadora y quien actualmente está a cargo del establecimiento.
Molotes de sabores
Si bien se dice que el origen de los molotes poblanos surge en el municipio de Xicotepec de Juárez, en la sierra norte del estado, solo eran elaborados de papa y Elvira innovó en los sabores, ya que incluyó algunos guisados dentro de ellos, lo que rápidamente los popularizó, no solo en la Libertad, sino en toda la ciudad.
El nombre del molote viene del náhuatl molotic, que significa piedra para moler, y algunos de los primeros sabores que ofrecía la señora Díaz a la gente eran de mole, quesillo, jamón, pollo, sesos, champiñón, atún y de lengua. Actualmente ya son más de 26 variedades, destacando el Hawaiano y Camarón.
La receta era de mi mamá, ella fue la que empezó con la combinación de sabores, hay que decirlo, ya existían los molotes, pero ella fue la que innovó en la ciudad con sabores quizás ´extrovertidos´, fuera de lo común afirma el hijo.
Largas filas en Reforma
Esta innovación en los sabores, aunada a la calidad y el sabor característico de los molotes, ha atraído a una gran cantidad de comensales a lo largo de los años. Incluso, el actual dueño recuerda que en épocas pasadas se formaban largas filas tanto de personas como de vehículos frente al establecimiento, ubicado sobre la Avenida Reforma.
“La gente se amontonaba la verdad, eran muchas las personas que venían y de diferentes lugares de la capital poblana, ayudó mucho que era una avenida de paso, eran filas de automóviles, era impresionante”.
¿Cómo surgió el nombre de este negocio?
A lo largo de los años, el establecimiento se ha mudado en dos ocasiones, pero siempre manteniéndose en la misma zona. Finalmente, en 1998, se establecieron en su actual ubicación en la calle 3 Sur número 511, en la colonia La Libertad. Ahí recibió el nombre de El Rey del Molote, aunque anteriormente también se le tituló como La Libertad y David.
Un dato curioso es que a pesar de los nombres mencionados, la gente los ha apodado como ´Los molotes de la junta´, por su cercanía con la Junta Auxiliar de La Libertad. Hasta la fecha las personas los siguen nombrando de esa manera.
Aunque el negocio ha enfrentado anécdotas positivas y negativas, la familia Díaz ha logrado mantener viva la esencia familiar y la calidad que los ha caracterizado desde sus inicios.
“Han pasado tantas cosas, una vez una pareja encontró comiendo molotes al asesino de un familiar y llegó la policía, alguna vez balearon a uno de nuestros trabajadores porque se molestó un cliente, son muchas historias, pero hemos tratado de cuidar esos detalles por el bien de todos nuestros comensales”, recuerda David.
El Rey del Molote es visitado por turistas
Más allá de su popularidad a nivel local, El Rey del Molote también ha logrado trascender las fronteras de Puebla. A lo largo de sus cuatro décadas de trayectoria, el negocio ha recibido la visita de personajes de la política estatal, quienes han expresado su gusto por los molotes.
Por otro lado, han logrado enviar sus productos a diversos lugares, como España, Estados Unidos y diferentes partes de la República Mexicana, como Monterrey, Chihuahua, Tlaxcala y Veracruz, debido a la visita de gente foránea.
Molotes de la Junta se expande
En los últimos años, con la intención de abastecer a clientes de diferentes puntos de la capital poblana, el negocio ha expandido su presencia con la apertura de cuatro sucursales adicionales a la matriz, ubicadas en Avenida Nacional, frente a Plaza San Pedro, sobre el Boulevard Norte y en el municipio de Cuautlancingo.
“Ya nos expandimos, la gente nos felicita, porque muchos viajaban hasta la Libertad, son lugares estratégicos para intentar abarcar todo, algunos dicen que prefieren ir a la matriz porque piensan que los sabores cambian, pero pues todos los preparamos en el mismo lugar”, informa Eduardo.
Eduardo David, uno de los seis hijos de la fundadora, se encuentra al frente del establecimiento, y los nietos de Elvira también se preparan para continuar con el legado de este icónico negocio poblano.
“Como legado es algo que no puedo dejar de morir, debo tratar de mejorar y cuidarlo, mis hijos quieren seguir, nos sentimos orgullosos de ser de los primeros en Puebla, han venido miles de miles personas, es emocionante (…) sé muy bien que las personas nos reconocen como uno de los más emblemáticos negocios de este tipo”, finaliza.
