Desde hace ocho años, habitantes de la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas crearon el Museo Comunitario: un espacio construido con la vida diaria de las personas que lo habitan, lleno de tradición y cultura.
En un pequeño inmueble-que durante varias décadas funcionó como Presidencia, salones de clase y Centro de Salud- ubicado a un costado de la iglesia principal del lugar, es donde exhiben fotografías y vestigios arqueológicos prestados por pobladores de la comunidad. Los vecinos dicen que en la mayoría de las casas se encuentran restos prehispánicos.
Los exhibidores donde ahora tienen piezas prehispánicas antes mostraban el pan recién hecho en un supermercado, las fotos que formaban parte del álbum familiar de los habitantes más longevos hoy están a la vista del público y aquellas páginas de periódico que cuentan historias de la junta auxiliar actualmente cuelgan en las paredes del pequeño museo.
Francisco Martín Carillo, uno de sus fundadores e integrante de la Asociación Civil Unidad, Servicio y Desarrollo, contó que en 2013 Olivia Sesma Rascón ingresó a la organización y compartió la idea de los museos comunitarios después de que acudió a un encuentro de cultura en Tlaxcala. La idea les gustó tanto a los integrantes, que creyeron que instalarlo en la junta sería fácil, pues, dice, la Romero Vargas tiene de todo.
A decir del hombre, los museos gestionados por la comunidad reconocen e identifican elementos históricos y culturales de su entorno y los acerca de manera esencial a su identidad.
Pasaron alrededor de nueve meses desde el nacimiento de la idea hasta el inicio de su funcionamiento. La primera misión del equipo fue encontrar el espacio, mismo que fue donado por el entonces presidente Auxiliar Hugo López Cosca.
Poco a poco fueron construyendo el lugar con ayudas y donaciones de los habitantes y peticiones de cooperación de casa en casa, hasta que el 6 de diciembre de 2014 el lugar abrió sus puertas. Martín Carillo señaló que el museo aún sigue creciendo y se ha convertido en un puente de intercambio cultural a través de talleres, servicios de biblioteca, presentaciones de libros, conferencias, círculos de lecturas, realización de eventos culturales y artísticos.
Cris, también integrante de la asociación, contó que son alrededor de 40 personas las involucradas en el proyecto de manera directa y resaltó la creación del primer kilómetro de libros para hacer una biblioteca pública, así como la elaboración de dos libros que reúnen las voces de algunos habitantes.
En este tiempo el museo ha sido cede de diversos eventos. En 2017 recibió a gente de todos lados del mundo mediante el evento de Puebla del Día del Museo Comunitario y a nivel local, cada 3 de abril celebran el aniversario de la junta auxiliar.
Por último, Francisco y Cris coincidieron que el reto es que más personas de la comunidad lo conozcan y que aquel espacio abandonado que vio nacer un pequeño museo, siga creciendo.
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