Dentro de las tradiciones navideñas, la colocación del nacimiento es una de las más presentes. Para esto necesitas piezas artesanales que representen a los personajes más importantes de la llegada de Jesús. En Puebla, existen dos municipios en especial que concentran a grandes artesanos especializados en estas figuras.
Se trata de Amozoc y de Tepeaca, en especial de la comunidad de Santiago Acatlán. En ambas, la tradición en la fabricación de piezas artesanales se encuentra desde hace varios años y cientos de familias han logrado pasar de generación en generación esta práctica.
Después de la pandemia provocada por el coronavirus, ambos sitios esperan el regreso de visitantes locales y turistas para impulsar sus ventas. Como para mantener a flote una de las tantas tradiciones artesanales presentes en Puebla.
AMOZOC Y SU LARGA TRADICIÓN EN FIGURAS
El municipio de Amozoc se encuentra 18 kilómetros al oriente de la ciudad de Puebla, el cual limita al sur con Cuautinchán, al oriente con Tepatlaxco y Acajete. Dentro de sus actividades tradicionales se encuentra la alfarería, la herrería, la platería y la juguetería de barro.
Precisamente son de las jugueterías de las que se tiene registros desde 1886, en las que se realizaban pequeñas esculturas de figuras como ángeles, pastores e incluso el niño Dios. Al principio, estas contaban con silbatos en el interior para entretener a los niños, pero con el tiempo cambiaron a ser una tradición familiar.
En la actualidad, se estima que existen al menos 100 talleres o jugueterías de diversos tamaños que se encargan a la producción de las figuras para los nacimientos. Antes de la pandemia, se estimaba que podían llegar a producir hasta nueve mil piezas para comercializar durante la temporada navideña.
Su trabajo arranca desde principios de año, pero es en septiembre cuando comienza a aumentar y las producciones tienen que acelerarse. Cuando no se realizan las figuras del nacimiento, elaboran alcancías, recuerdos para boda y esculturas que se colocan en templos.
Los materiales con los que trabajan son la resina, la fibra de vidrio, pero en especial el yeso, al ser un material más económico y por ello, el que más se vende.
Las piezas pueden ser de diversos tamaños, desde aquellos de 10 centímetros elaborados con yeso, hasta figuras de cerca de dos metros realizadas con fibra de vidrio. Por ello, los precios para un nacimiento completo pueden ir desde los 230 pesos hasta los 35 mil pesos.
Los nacimientos constan de nueve figuras esencialmente: José, María, el niño Dios, un buey, una mula, un ángel y los tres Reyes Magos (Melchor, Gaspar y Baltazar).
Por tradición, las familias solo suelen descansar los días 25 de diciembre y los primeros de enero en el año nuevo, con los restantes buscando cubrir la gran producción que les espera.
Respecto a la elaboración, empieza con los moldes a base de látex, los cuales se rellenan de yeso y deben dejarse secar al sol por al menos tres días. Tras retirar el molde se debe dejar de nuevo secar al sol. Sigue el lijado de la pieza para detallarse y después pulirse. Lo último es colocar la pintura, la mayoría de los detalles a mano, por lo que pueden ser dos días más en lo que se seca por completo.
Aunque pocos negocios cuentan con sistemas para exportar sus obras a otros países, la mayoría sabe que han llegado a familias de diversos países, principalmente de Norteamérica, así como en varios estados de la República Mexicana.
SANTIAGO ACATLÁN Y EL GRAN OFICIO DE LAS FIGURAS
Dentro del municipio de Tepeaca, la comunidad de Santiago Acatlán se encuentra a 31 km del centro de Puebla. Cuenta con una población promedio de poco más de nueve mil habitantes y se le ha nombrado como una tierra de artesanos.
Su actividad más importante es su tradicional Feria Artesanal, la cual se realiza desde mediados de noviembre hasta finales de diciembre. La comunidad es una rica en yacimientos de mármol, especializándose también en la elaboración de esculturas de yeso, resina y fibra de vidrio.
Se estima que al menos 500 talleres se encuentran dedicados a esta actividad, por lo que al menos 80 por ciento de los pobladores lo practican, con personas que llevan más de cinco décadas dedicándose a este oficio.
Las figuras del nacimiento las realizan principalmente de yeso, con las esculturas principales y algunas más de animales como gallos, borregos e incluso pastores y más elementos.
El tamaño de las figuras puede ir desde los 10 centímetros hasta los 70 centímetros y algunas más grandes de hasta dos metros. Los compradores pueden ir desde tiempo antes y pedir que se realicen con colores en específico, con la combinación más popular la de blanco con dorado.
Para su elaboración, se realizan los moldes a base de látex, elaboran los contramoldes, se rellenan de yeso para poner a secar después las piezas. Se lijan, tallan y se resanan en caso de ser necesario tras dejarse secar por otro tiempo.
Con aerógrafo se coloca la pintura principal, tras secarse vuelve a pintarse y se colocan los detalles finales como los acabados con pincel.
Durante el año, cuando no están realizando las tradicionales figuras navideñas, se dedican a la producción de figuras religiosas, en especial las de la Virgen María y las del niño Dios, debido a su cercanía con la Iglesia del Niño Doctor de Tepeaca.