/ jueves 24 de octubre de 2024

Panificadora Chri-Sand, un negocio en busca de resurgir | Clásicos Poblanos

Chri-Sand disfrutó de un éxito notable, siendo una de las primeras panaderías en la zona del hospital de San Alejandro

La panadería Chri-Sand, ubicada en la Diagonal 10 Poniente 2706 de la colonia Villa San Alejandro en Puebla, es un ejemplo de la resiliencia y la tradición en el ámbito de la panificación. Fundada en 1979 por Mario Manuel Ortiz Limón, este negocio ha sido parte integral de la comunidad, creando lazos con los vecinos y ofreciendo productos que evocan tanto nostalgia como autenticidad.

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Los orígenes

La historia de Chri-Sand comienza con Mario Manuel Ortiz Limón, un joven originario de Teziutlán, Puebla. Gracias a su familia, que ya contaba con una panadería en su tierra natal, Mario se vio expuesto a la industria de la panificación desde una edad temprana.

En la década de los 70, se trasladó a Puebla para estudiar administración de empresas, pero su vida dio un giro inesperado cuando, a los 20 años, se convirtió en padre de dos hijos. La necesidad de generar ingresos lo llevó a considerar abrir su propio negocio, y fue así como, tras una recomendación de un amigo, decidió emprender el camino de la panadería.

Vengo de una familia de gente que se dedica al tema de la panadería, aquí soy fundador, aunque ya tenía la herencia de realizar el pan de donde soy, pero me vine a Puebla a probar suerte en la capital del país (…) era un reto venir aquí siendo de provincia”, menciona Mario a esta casa editorial, quien también explica:

Se lo comenté a mi papá, me preguntó si estaba seguro y le dije que sí, entonces así empezó esto, desde niños estábamos de cerca con el pan, aprendimos algunas cosas, consideré que podíamos hacerlo, pero me recargué en los maestros panaderos en especial uno que se llamaba Blas López

En 1979, Mario abrió las puertas de lo que inicialmente se conocía como Villas San Alejandro. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla

En 1979, Mario abrió las puertas de lo que inicialmente se conocía como Villas San Alejandro. Con la ayuda de maestros panaderos de Teziutlán, logró crear una oferta variada que incluía tanto pan popular como recetas tradicionales de su tierra, como la galleta de trocante y el polvorón hueco. La panadería rápidamente se convirtió en un punto de referencia en la zona, atrayendo a muchos clientes, especialmente de la comunidad vecina.

Fuimos de las primeras panaderías, nos establecimos en agosto del 79 y a los meses pusieron otra panadería y sentimos la amenaza de que ya no nos funcionara, pero poniéndole ganas y calidad esto no afectó tanto (…) fuimos muy bien recibidos, todos los vecinos que estaban alrededor de nosotros tenían muchos niños, entonces había mucha clientela”, señala.

El cierre de San Alejandro dejó una huella emocional en la comunidad y una baja en las ventas de la panadería. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla

Su surgimiento y desafios

Durante sus primeros años, Chri-Sand disfrutó de un éxito notable, siendo una de las primeras panaderías en la zona. La cercanía con el hospital San Alejandro contribuyó a su popularidad, ya que muchos pacientes y familiares acudían a comprar pan fresco. Sin embargo, la situación no siempre fue fácil. En la década de los 90, una crisis económica afectó al país y, aunque muchas panaderías cerraron, Chri-Sand logró mantenerse a flote.

Muchas panaderías cerraron en Puebla y panaderos sueltos emprendieron con más pequeñas, entonces nos enfrentamos a esa competencia, así como cuando se comenzaron a meterse a plazas comerciales, pero nos supimos a adaptar e implementamos servicio a domicilio, vendimos a cafeterías, Centro de Convenciones, Centro Libanes revela el fundador.


La reactivación del hospital podría significar un incremento en el flujo de clientes. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla


Cierre de San Alejandro y anécdota

El terremoto del 19 de septiembre de 2017 fue uno de los mayores desafíos que enfrentó la panadería. El hospital San Alejandro, su principal fuente de clientela, tuvo que cerrar debido a daños estructurales. Este evento no solo impactó a la panadería en términos de ventas, sino que también dejó una huella emocional en la comunidad, con numerosas anécdotas de médicos que improvisaron para atender a los enfermos en medio de la crisis.

Ha sido el terremoto más feo que he sentido (…) era de alguna manera nuestra venta más fuerte, ya que había una afluencia de personas de más de 10 mil personas diarias en la zona, no todos entraban, pero era más fácil que nos visitaran”, comenta Mario, quien también recuerda una historia que se vivió en esa fecha:

En el terremoto, estaban tan afectados todos que tuvimos que brindarles la ayuda para meter a algunos cuneros y enfermos, porque todo era un caos, las y los enfermeros no se daban abasto, todo improvisado, estuvieron alrededor de 2 horas aquí dentro”, además de que menciona que tiempo después los médicos fueron a agradecerle y hasta le llevaron una canasta de productos.

La forma en que es vista la profesión de panadero y las profesiones de sus hijos provoca que el negocio pueda no trascender generaciones. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla

Sueña tener nuevo auge

A pesar de los obstáculos, Chri-Sand se mantiene en pie, operada por su fundador Mario, quien sigue comprometido con la tradición que caracterizan su negocio. Con la reciente noticia de la reinauguración del Hospital General Regional número 36 'San Alejandro' programada para diciembre de 2024, el establecimiento vislumbra un nuevo resurgimiento.

La reactivación del hospital podría significar un incremento en el flujo de clientes, ofreciendo a la panadería la oportunidad de revitalizar su negocio y reafirmar su lugar en la comunidad.

Finalmente, Mario menciona que, aunque él desearía que su negocio continúe por muchos años más, lo ve complicado, ya que sus hijos actualmente se dedican a sus profesiones, además de que el oficio del panadero ha sido denigrado por la sociedad:

Lo veo complicado, mis hijos tienen sus carreras y caminos diferentes. El oficio de la panadería ha sido muy abandonado porque la gente siente que es un tanto denigrante, aunque en otros países es bien recibido, quisiera que esto continuara, pero hasta donde dios me preste vida estaremos aquí recibiéndolos

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El nombre del lugar es por las primeras letras del nombre de sus hijo Christian y Sandri.

La panadería Chri-Sand, ubicada en la Diagonal 10 Poniente 2706 de la colonia Villa San Alejandro en Puebla, es un ejemplo de la resiliencia y la tradición en el ámbito de la panificación. Fundada en 1979 por Mario Manuel Ortiz Limón, este negocio ha sido parte integral de la comunidad, creando lazos con los vecinos y ofreciendo productos que evocan tanto nostalgia como autenticidad.

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Los orígenes

La historia de Chri-Sand comienza con Mario Manuel Ortiz Limón, un joven originario de Teziutlán, Puebla. Gracias a su familia, que ya contaba con una panadería en su tierra natal, Mario se vio expuesto a la industria de la panificación desde una edad temprana.

En la década de los 70, se trasladó a Puebla para estudiar administración de empresas, pero su vida dio un giro inesperado cuando, a los 20 años, se convirtió en padre de dos hijos. La necesidad de generar ingresos lo llevó a considerar abrir su propio negocio, y fue así como, tras una recomendación de un amigo, decidió emprender el camino de la panadería.

Vengo de una familia de gente que se dedica al tema de la panadería, aquí soy fundador, aunque ya tenía la herencia de realizar el pan de donde soy, pero me vine a Puebla a probar suerte en la capital del país (…) era un reto venir aquí siendo de provincia”, menciona Mario a esta casa editorial, quien también explica:

Se lo comenté a mi papá, me preguntó si estaba seguro y le dije que sí, entonces así empezó esto, desde niños estábamos de cerca con el pan, aprendimos algunas cosas, consideré que podíamos hacerlo, pero me recargué en los maestros panaderos en especial uno que se llamaba Blas López

En 1979, Mario abrió las puertas de lo que inicialmente se conocía como Villas San Alejandro. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla

En 1979, Mario abrió las puertas de lo que inicialmente se conocía como Villas San Alejandro. Con la ayuda de maestros panaderos de Teziutlán, logró crear una oferta variada que incluía tanto pan popular como recetas tradicionales de su tierra, como la galleta de trocante y el polvorón hueco. La panadería rápidamente se convirtió en un punto de referencia en la zona, atrayendo a muchos clientes, especialmente de la comunidad vecina.

Fuimos de las primeras panaderías, nos establecimos en agosto del 79 y a los meses pusieron otra panadería y sentimos la amenaza de que ya no nos funcionara, pero poniéndole ganas y calidad esto no afectó tanto (…) fuimos muy bien recibidos, todos los vecinos que estaban alrededor de nosotros tenían muchos niños, entonces había mucha clientela”, señala.

El cierre de San Alejandro dejó una huella emocional en la comunidad y una baja en las ventas de la panadería. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla

Su surgimiento y desafios

Durante sus primeros años, Chri-Sand disfrutó de un éxito notable, siendo una de las primeras panaderías en la zona. La cercanía con el hospital San Alejandro contribuyó a su popularidad, ya que muchos pacientes y familiares acudían a comprar pan fresco. Sin embargo, la situación no siempre fue fácil. En la década de los 90, una crisis económica afectó al país y, aunque muchas panaderías cerraron, Chri-Sand logró mantenerse a flote.

Muchas panaderías cerraron en Puebla y panaderos sueltos emprendieron con más pequeñas, entonces nos enfrentamos a esa competencia, así como cuando se comenzaron a meterse a plazas comerciales, pero nos supimos a adaptar e implementamos servicio a domicilio, vendimos a cafeterías, Centro de Convenciones, Centro Libanes revela el fundador.


La reactivación del hospital podría significar un incremento en el flujo de clientes. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla


Cierre de San Alejandro y anécdota

El terremoto del 19 de septiembre de 2017 fue uno de los mayores desafíos que enfrentó la panadería. El hospital San Alejandro, su principal fuente de clientela, tuvo que cerrar debido a daños estructurales. Este evento no solo impactó a la panadería en términos de ventas, sino que también dejó una huella emocional en la comunidad, con numerosas anécdotas de médicos que improvisaron para atender a los enfermos en medio de la crisis.

Ha sido el terremoto más feo que he sentido (…) era de alguna manera nuestra venta más fuerte, ya que había una afluencia de personas de más de 10 mil personas diarias en la zona, no todos entraban, pero era más fácil que nos visitaran”, comenta Mario, quien también recuerda una historia que se vivió en esa fecha:

En el terremoto, estaban tan afectados todos que tuvimos que brindarles la ayuda para meter a algunos cuneros y enfermos, porque todo era un caos, las y los enfermeros no se daban abasto, todo improvisado, estuvieron alrededor de 2 horas aquí dentro”, además de que menciona que tiempo después los médicos fueron a agradecerle y hasta le llevaron una canasta de productos.

La forma en que es vista la profesión de panadero y las profesiones de sus hijos provoca que el negocio pueda no trascender generaciones. Foto: Erik Guzmán / El Sol de Puebla

Sueña tener nuevo auge

A pesar de los obstáculos, Chri-Sand se mantiene en pie, operada por su fundador Mario, quien sigue comprometido con la tradición que caracterizan su negocio. Con la reciente noticia de la reinauguración del Hospital General Regional número 36 'San Alejandro' programada para diciembre de 2024, el establecimiento vislumbra un nuevo resurgimiento.

La reactivación del hospital podría significar un incremento en el flujo de clientes, ofreciendo a la panadería la oportunidad de revitalizar su negocio y reafirmar su lugar en la comunidad.

Finalmente, Mario menciona que, aunque él desearía que su negocio continúe por muchos años más, lo ve complicado, ya que sus hijos actualmente se dedican a sus profesiones, además de que el oficio del panadero ha sido denigrado por la sociedad:

Lo veo complicado, mis hijos tienen sus carreras y caminos diferentes. El oficio de la panadería ha sido muy abandonado porque la gente siente que es un tanto denigrante, aunque en otros países es bien recibido, quisiera que esto continuara, pero hasta donde dios me preste vida estaremos aquí recibiéndolos

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El nombre del lugar es por las primeras letras del nombre de sus hijo Christian y Sandri.

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