México se ha caracterizado por su historia multicultural, ya que con el paso del tiempo se han localizado diferentes vestigios de varias épocas, como ocurrió con los ‘Perros de Tepeaca’, una escultura que expone la diversidad, creencias y costumbres que alguna vez existieron.
Estos objetos fueron localizados en lo que hoy se conoce como Tepeaca, un municipio que antes solía tener un longitud diferente, pues colindaba con otras ciudades céntricas; razón por la que se fundó, ya que los conquistadores españoles pensaron que sería un lugar estratégico para poder moverse en el territorio.
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Antes de la llegada de los europeos ya estaban los habitantes indígenas que nombraron a esta región como ‘Tepeyacac’, que en náhuatl quiere decir ‘En la punta del cerro’. Muchas de las costumbres de los pueblos originarios se mantienen hasta la fecha. A continuación te daremos todo lo que se sabe sobre esas figuras de piedra.
¿Cuáles son sus características?
‘Los Perros de Tepeaca’ son un par de esculturas que fueron creadas en piedra. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) indicó que pudo haber sido elaborada en el siglo XVI, que comprendió del 1501 al 1600.
Su nombre se debe a la forma que tiene, ya que parecen dos canes comunes, aunque su pelaje simula a unas plumas, por lo que se ha comparado con el ‘coyote emplumado’ que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología.
En cuanto a sus características generales, el organismo especializado destacó que esas figuras zoomorfas tienen una altura de 117 centímetros, mientras que de ancho logran alcanzar unos 50 centímetros.
Todo lo que sabe estas piezas
El INAH informó que estas piezas fueron localizadas en Tepeaca, un sitio que al inicio fue habitado por indígenas. En aquel entonces sus límites llegaban hasta lo que hoy se conoce como Tlaxcala y Cholula.
Durante sus expediciones, Hernán Cortés decidió tomar este pueblo para nombrarlo ‘Villa de Segura de la Frontera’ el 4 de septiembre de 1520; justo un año antes de que cayera la Gran Tenochtitlán.
Como en esta zona vivieron culturas diferentes, con el paso de los años se han encontrado varios elementos virreinales y prehispánicos; uno de ellos fueron las esculturas de los ‘Perros de Tepeaca’.
El investigador Fernando Pichardo del INAH redactó un artículo en el que precisó que estas figuras históricas probablemente pertenecieron a una fuente con una forma octagonal. Además, cada uno de los canes pudo funcionar como desagüe.
Se destacó que pudieron haber seleccionado a este animal por la fidelidad y compañerismo que representaban. Es así como tal vez podían pensar que gracias a esos atributos ‘cuidaban’ el agua de la fuente de esa comunidad, que en algún punto habría sufrido escasez.
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Estas piezas fueron trasladas al Museo Nacional del Virreinato, que está en el antiguo Colegio de San Francisco Javier en Tepotzotlán, Estado de México. Para llegar desde la capital poblana se debe hacer un recorrido de 2 a 3 horas.
