Las páginas de la historia están escritas con tinta de diferentes culturas, pues cada una quiere aportar su versión de los hechos con base en sus vivencias y creencias, permitiendo que cada persona pueda elegir la que prefiera, independientemente de lo que la ciencia ha podido demostrar y una de las civilizaciones clave en este y muchos otros rubros fue la griega y la romana.
Pues si algo caracterizó a los griegos no sólo fue su evolución a lo largo de 3 mil 500 años, sino también los aportes que hizo a ramas como como las artes, la filosofía e incluso la ciencia, tal es el caso de la astronomía, pues incluso en la mitología griega existe una historia sobre el origen de cada uno de los integrantes del Sistema Solar y aquí te contamos más al respecto.
¿Por qué la mitología de los planetas y su origen?
Dentro de la manera de contar el origen de las cosas, los humanos se han caracterizado por recurrir a asombrosas explicaciones, que en diversas ocasiones involucran a deidades o seres de otro mundo, esto debido al politeísmo que se vivía, leyendas que hasta la actualidad se concervan como acervo literario y cultural de las naciones, inspirando a otros al estudio de estos temas.
En lo que respecta a la mitología de los miembros del vecindario solar, sus raíces se centran en culturas antiguas como la romana y la griega, en las que los antepasados veían a los planetas y el Sol como seres divinos y celestiales, incluso sus nombres y características tienen un origen basado en deidades y mitos, por lo que al ser una base se sus creencias no los podía dejar fuera de sus páginas.
¿Qué dice la mitología romana sobre los planetas del sistema solar?
Sobre la mitología de Mercurio, desde los romanos era considerado como el mensajero de los dioses, equivalente al dios griego Hermes, por lo que también se le consideró como dios del comercio, la comunicación y los viajes, asociando su rapidez y agilidad con su órbita cercana al sol; por su parte Venus, que era la diosa del amor y la belleza, para los griegos fue uno de los objetos más brillantes en el cielo nocturno, por lo que se le relacionó con la belleza y el amor.
Sobre Marte, mientras que para Roma era el dios de la guerra, para Grecia era Ares y su color rojo se asemejaba con la sangre y la violencia provocadas por los conflictos bélicos; por su parte Júpiter, el rey de los dioses, es llamado así por ser el planeta más grande del sistema solar, además de que su nombre está relacionado con el poder y la autoridad de la deidad principal.
Saturno, dios de la agricultura y la cosecha, es el similar de Cronos, destacando este planeta por sus anillos a los cuales se les relación con la agricultura y la abundancia de la misma; mientras que Urano porta el nombre del cielo y aunque la mitología griega no le prestó demasiada atención, otorgándole este apelativo para continuar con la línea de otras figuras celestiales.
Por su parte Neptuno, que en la mitología romana era considerado como el dios del mar, el cual para los griegos fue Poseidón, se le dio este nombre por ser el planeta azul, color con el que se le relaciona al agua; en tanto que Plutón había sido nombrado así en honor a Hades, esto por la distancia y la oscuridad que tenía en referencia al dios romano del inframundo.
Finalmente, respecto a las características del Sol, a lo largo de la historia diversas civilizaciones lo han considerado como una deidad, fuente de vida, tal y como es el caso del dios griego Apolo, que es representado por el Sol, además de asociarlo con la luz, la música y la poesía, mientras que a la Tierra se le relaciona con la diosa Gea, considerada la deidad femenina principal, de donde surgen todos los dioses y los primeros humanos.