El 14 de febrero se celebra en varios países el Día de San Valentín, durante esta fecha las personas festejan al amor a través de regalos como cartas, peluches, chocolates, bombones o flores. En ciertas regiones su significado suele tener algunas variaciones teniendo a la amistad de tema principal.
Su origen es algo distinto a la interpretación que se la da actualmente, al inicio está conmemoración estaba alejada del romance característico de estos días, no se daban obsequios, al contario, todo partió de la muerte de una figura muy importante durante la época de los romanos.
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En el siglo III el emperador de Roma Claudio II, emitió un decreto en el que no les permitía a las parejas jóvenes casarse, todo porque él quería que los varones estuvieran disponibles para ir a la guerra y no tuvieran ataduras en sus hogares que les impidieran cumplir con sus labores bélicas.
Un sacerdote de nombre Valentín, se opuso a esta nueva ley, pues consideraba que era injusto para su población no tener acceso a este reconocimiento eclesiástico. Pero no podía hacer nada en contra de las autoridades para que escucharan su inconformidad.
Es entonces que decidió comenzar a celebrar uniones maritales a escondidas del gobernante, gracias a su trabajo pudo casar a mucha gente joven que tenía el deseo de pasar el resto de sus días con la persona que decían amar.
Cuando Claudio II descubrió estos actos, mandó a ejecutar a Valentín alegando desobediencia y rebeldía. Los verdugos de la corte acabaron con la vida del sacerdote el 14 de febrero del año 270. Con el tiempo su muerte fue recordada por los creyentes, por eso decidieron hacer este día sagrado en honor al líder religioso.
EL DÍA DE SAN VALENTÍN YA NO SERÍA UNA FECHA RELIGIOSA
Con el paso de los años, los historiadores señalan que los plebeyos y nobles le dieron un giro diferente a la celebración, ahora en esta fecha el comercio se volvió una actividad importante, al igual que los juegos de sorteos.
Esta tradición se expandió por toda Europa hasta llegar al continente americano, aunque no tenía tanta fuerza, pero todo cambió a mediados de 1840, cuando una mujer estadounidense llamada Esther A. Howland, vendió tarjetas de regalo con diseños de enamorados para el Día de San Valentín.
En esos mismos años, en Filadelfia un periódico compartió el artículo “La moda de las declaraciones amorosas medio serias, medio cómicas y patrañas”, esta publicación acompañada de las tarjetas de Howland generó una nueva visión de esta fecha que fijó que resultó en lo que pasa en estos días.