Se llama Semana Santa a aquella previa a la de Pascua, misma que comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Sábado Santo, sin embargo, cada día intermedio cuenta con su propio nombre y celebración, tal y como el Viernes Santo que este 7 de abril la Iglesia Católica se encuentra celebrando con diferentes tradiciones por todo el mundo y rituales que conmemoran la pasión y muerte de Cristo, tales como la Procesión, pero qué es y de dónde proviene.
Las primeras procesiones como tal ya se realizaban tanto en la Antigua Grecia como en el Egipto faraónico, solo que, a diferencia de las que actualmente conocemos, en vez de contar con cristos y vírgenes por dioses, lo hacían como Poseidón o Ra, esto de acuerdo al sitio web InSpain.
No obstante, las procesiones y actos litúrgicos que hoy en día tanto caracterizan a la Semana Santa comenzaron a celebrarse de forma privada y lejos de espacios públicos, debido a que, los primeros momentos de expansión del cristianismo fueron bajo el dominio del Imperio Romano, tiempo en el que los fieles eran perseguidos por renegar de la religión politeísta romana. Esto llegó a su fin cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial.
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Fue así como el origen de las procesiones actuales se situó en torno al siglo XIII, con la llegada de franciscanos y dominicos a la península Ibérica, en medio de un contexto en el que las guerras y diferentes epidemias de peste asolaban Europa, por lo que estas órdenes religiosas las realizaban mientras se flagelaban, acompañados por alguna cruz o representación de Cristo crucificado, mismas en las que la idea de la Pasión y la muerte de Jesús era el centro del ideario cristiano y no la resurrección, pasando de un culto gozoso a otro en el que el sufrimiento era la clave.
Procesión del Viernes Santo en Puebla, una tradición de la época virreinal
La Procesión de Viernes Santo en Puebla tiene su origen en una antigua tradición centenaria que se instauró desde la época virreinal y que se llevó a efecto hasta mediados del Siglo XIX, misma que fue promovida por los franciscanos, cuya encomienda era la evangelización de los pueblos, para enseñarle a los indígenas el recorrido y sufrimiento que pasó Jesucristo hacia su crucifixión, la llevaron a cabo desde que se fundó la ciudad, en el siglo XVI.
En esa época no se trataba de una representación de la pasión y muerte de Cristo, solo se realizaba el rito de la procesión tal cual se hace ahora, donde las personas vestían de negro por el luto, mientras las imágenes eran sacadas para llevarlas en el camino y los presentes rezaban y hacían el Vía Crucis, sin embargo, esta tradición tuvo que ser suspendida en tiempos del presidente Benito Juárez García.
Fue hasta el año de 1992 cuando la Procesión del Viernes Santo se retomó en Puebla para recorrer así algunas de las principales calles del Centro Histórico. En esta “nueva tradición”, se procuró mantener los elementos principales de aquella que le dio origen y en la que participaban iglesias, templos conventuales de religiosas y hasta capillas del centro de la Angelópolis, esto según información emitida por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
La solemne celebración, actualmente cuenta con la participación de ocho imágenes con un alto valor religioso, mismas que son apreciadas como las más milagrosas en la región, una importante y fervorosa tradición que este viernes 7 de abril cumple su 31 aniversario en Puebla.