De manteles largos a 491 años desde que se fundó la Ciudad de Puebla. La Puebla que, según la leyenda, fue trazada por los ángeles y que posee que una belleza sin igual, reconocida por propios y extranjeros.
Todo poblano que haya caminado por el centro histórico cuando los rayos de sol queman la piel ha aprovechado la perfecta inclinación de las calles de la ciudad para continuar su camino del lado de la sombra.
Ese trazo perfecto atribuido a los ángeles, pero que pertenece al obispo Fray Julián Garcés, quién, dicen tuvo una revelación de estos seres celestiales sobre el sitio en el que debía fundarse la Ciudad de Puebla.
Propios y extranjeros reconocen, al recorrer las calles, la tranquilidad y perfección de sus edificios de arquitectura barroca. La iluminación de sus monumentos, por las noches, permiten apreciar los detalles que los mismos ángeles planearon.