La Revolución Mexicana fue un movimiento político en el que varias personas se levantaron en contra del gobierno de Porfirio Díaz, un presidente que duró más de 30 años en el poder y que aumentó la desigualdad con su forma de gobierno. Los más afectados fueron los campesinos, indígenas y demás miembros de comunidades marginadas.
Esto dejó cambios en distintos niveles, pues también se modificó la manera en la que se organizaba la sociedad, pues varias costumbres que surgieron durante este periodo hasta la fecha se conservan, por ejemplo la alimentación, pues los expertos destacaron que se presentó una gran carencia de recursos económicos.
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Por ese motivo, los ciudadanos tuvieron que ingeniárselas para satisfacer esta necesidad, en especial quienes se fueron al campo de batalla. Asi fue como muchas técnicas e ingredientes empezaron a ocuparse y con el paso del tiempo se mantuvieron como una alternativa común en la mayoría de los hogares.
¿Cómo se alimentaban en esta época?
La Revolución Mexicana duró casi una década y durante este periodo se vivió una carencia de recursos económicos, inaccesibilidad a los servicios públicos, problemas derivados de la insalubridad de los espacios y escasez de alimentos, así fue como lo explicó Carlos Viesca-Treviño, en su publicación “Las enfermedades del hambre: México, 1915”.
El sector más afectado fue la clase desvalida, que en su mayoría estaba conformada por indígenas que no contaban con los elementos suficientes para comer; ante esta situación, su dieta principal se basaba en maíz, chile y frijoles.
Igual consumían legumbres como habas o lentejas. Por otro lado, algunos grupos de la sociedad que tenían ingresos un poco más elevados podían añadir algunas piezas de carne, no obstante, esto era máximo dos veces a la semana. También comían algunos caldos.
Las personas que se revelaron en contra del gobierno de Porfirio Díaz andaban de un lugar a otro, por lo que además de resolver el tema de la falta de alimento, igual tenían que encontrar una solución para resolver la carencia de herramientas para elaborar platillos.
¿Qué comían los revolucionarios?
Las Adelitas fueron mujeres que acompañaban a sus esposos, quienes formaban parte de las fuerzas que peleaban en contra del Porfirito. Ellas tenían que atender a los heridos, cargar armas o incluso entrar al campo de batalla cuando era necesario.
Una de sus principales tareas también era alimentar a las personas que participaban en este conflicto, por lo que cargaban anafres, fogones y brazeros para cumplir con esta responsabilidad, así fue como lo explicó la doctora Laura Adriana Rueda Ruvalcaba, profesora del Departamento de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad de Guadalajara.
Durante su paso por varios puntos del país ellas recolectaban lo que encontraban en el camino y lo preparaban con las especias que cargaban, fue así como nació la costumbre de ingerir quelites, verdolagas y flor de calabaza.
Los tacos y las tortas
Fue aquí cuando las tortas y los tacos empezaron a tomar un papel muy importante, pues las personas que viajaban guardaban lo que les sobraba de una comida para que más tarde pudieran alimentarse de nuevo.
Así fue como lo señaló Alberto Peralta de Legarreta, doctor en Historia por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, autor de La mesa de todos, historia de la gastronomía callejera en la Ciudad de México.
“Si tengo un poquito de guisado que me sobró en esta parada del tren, lo meto en una tortilla o un pan y lo guardo en una canasta con trapitos, para que se mantenga caliente y lo pueda comer después”, precisó el especialista.
En cuanto a las bebidas, algo que se popularizó en esta época fue el café de olla, que al principio solo era para ciertos sectores, pero con el paso del tiempo se extendió; igual era común el chocolate, el pulque y el tequila.